En el reciente webinar organizado por EFPA España, Ignacio Moro, profesor asociado en la Universidad Pontificia Comillas y Managing Partner en Extension Fund, analizó a fondo las oportunidades y estrategias del dinámico mercado de la deuda privada. Este resumen recoge las principales ideas compartidas. Una visión clara y práctica sobre cómo este activo está ganando protagonismo en las carteras de inversión.
La deuda privada es uno de los activos que más ha crecido en los últimos años: más de un 400% desde 2017. Hay un interés creciente por parte del inversor que busca descorrelacionar, diversificar y conseguir retornos positivos y estables en el tiempo. También las empresas están optando, cada vez más, por este tipo de financiación para hacer crecer sus negocios: es más ágil, sencilla y cuenta con gran apetito por parte del inversor institucional. Así lo cuenta Ignacio Moro, profesor asociado de la Universidad Pontificia Comillas y cofundador y socio director en Extension Fund.
Qué es la deuda privada
El mercado de deuda privada es un segmento del mercado financiero donde empresas privadas obtienen financiación de inversores privados mediante la emisión de deuda. Es, por tanto, una fuente de financiación de empresas en la que el prestamista asume principalmente el riesgo de crédito de la entidad emisora de deuda. Al ser deuda bilateral entre dos entidades privadas que no cotiza en mercados públicos líquidos, son posiciones que normalmente se mantienen a vencimiento o se refinancian. Por ello, la deuda privada tiene una prima de riesgo de crédito y liquidez que ambiciona mayores retornos que activos de deuda de compañías cotizadas o de deuda pública.
«La inversión en deuda privada es una de las estrategias más conservadoras dentro del capital privado», cuenta Ignacio Moro. «Hay distintos tipos de estrategia en función del riesgo y de a qué se destinan esos fondos: para crecimiento orgánico, crecimiento inorgánico o una refinanciación. En función del riesgo, buscas una rentabilidad u otra. Existen estrategias de preservación de capital, donde el inversor busca recuperar el capital a cambio de esos cupones o de esos tipos de interés que fija el préstamo. Y existen estrategias que van a buscar la apreciación del capital más allá de proteger el principal».
Ventajas de invertir en deuda privada
Ignacio Moro, profesor asociado de la Universidad Pontificia Comillas y cofundador y socio director de Extension Fund, explica que invertir en deuda privada ofrece numerosas ventajas. «Diversificación, retornos positivos, descorrelación, ingresos regulares, seguridad… Debido a su naturaleza y a su carácter flexible, la inversión en deuda privada permite aprovechar la diversidad de situaciones y estrategias de inversión que este tipo de activo proporciona. Es un activo que asume más riesgo que, por ejemplo, la deuda pública. De ahí que la rentabilidad sea mayor». Según Preqin, entre 2009 y 2018, los fondos de deuda privada tuvieron una TIR neta media del 9,4%. Estos retornos hacen referencia principalmente al segmento de préstamo directo (direct lending).
«Además, ofrece seguridad ya que, a menudo, está respaldada por garantías, lo que brinda cierta protección en caso de incumplimiento por parte de la empresa que recibe la financiación. El nivel de riesgo de un vehículo de deuda privada dependerá del segmento de la deuda en donde se ubique el gestor: senior, mezzanine, junior y de la situación financiera de las empresas a las que preste el dinero».
Añadamos dos ventajas más: protección contra la subida de tipos, ya que la mayoría de los intereses son flotantes (Euríbor más un margen), por lo cual las valoraciones no son sensibles a los tipos de interés; e ingresos regulares gracias al pago de intereses: el crédito privado puede convertirse en una fuente regular de ingresos para los inversores.
Estrategias de inversión en deuda privada
Los fondos de crédito privado, cuenta Ignacio Moro, se pueden clasificar en dos grandes grupos: estrategias de exposición a riesgo de crédito y de exposición a tipo de activos.
En el primer grupo (exposición a riesgo de crédito) encontramos:
- Préstamo directo (direct lending): prestamistas no bancarios que conceden préstamos a pequeñas y medianas empresas (pymes). Estrategia más relevante en cuanto activos bajo gestión.
- Mezzanine: un híbrido de financiación de capital y deuda. Está subordinada a la deuda senior de la compañía, pero con mayor prelación de crédito frente a deuda subordinada y capital.
- Crédito estructurado o CLO: vehículos estructurados que dan acceso a retornos de un portafolio diversificado de préstamos apalancados (leveraged loans). El vehículo emite distintas obligaciones con distinto perfil de riesgo/retorno.
- Deuda para emprendimientos (venture debt): préstamo concedido a una empresa tecnológica de nueva creación o en fase inicial. Esta es la forma de deuda más común en capital de riesgo (venture capital).
- Situaciones especiales (special situations): un fondo para situaciones especiales se centra en empresas cuyo valor puede verse afectado por un acontecimiento determinado, como escisiones de empresas, fusiones y adquisiciones u ofertas públicas de adquisición. Puede incluir tanto inversiones de deuda como de capital.
Exposición a riesgo de activos
En el segundo grupo (exposición a riesgo de activos), en los que el riesgo y retornos de la deuda están ligados a los flujos de capital del activo que financia, encontramos, entre otras:
- Préstamos garantizados por activos (asset-backed lending): el prestatario obtiene un préstamo garantizado utilizando sus activos como colateral. Estos activos pueden ser tangibles o intangibles y sirven como respaldo para asegurar el préstamo. En caso de incumplimiento, el prestamista tiene derecho a liquidar esos activos para recuperar el principal.
- Deuda para infraestructuras (infrastructure debt): tipo de deuda utilizada para financiar proyectos de infraestructura a largo plazo, como carreteras, puentes, hospitales, redes de energía, instalaciones de agua o aeropuertos. Los retornos de la deuda están ligados a los flujos de los activos que financia.
- Deuda inmobiliaria (real estate debt): tipo de financiamiento que se utiliza para adquirir, desarrollar o refinanciar propiedades inmobiliarias. Este tipo de deuda está respaldado por bienes inmuebles como colateral, lo que significa que, en caso de incumplimiento, el prestamista tiene derechos sobre la propiedad.
La deuda privada es un activo que, siempre, ha ocupado un lugar estructural en las carteras de los inversores institucionales y que está creciendo de manera sostenible. Aprecian su diversificación, descorrelación, sus retornos positivos a largo plazo y su amplia gama. Es un activo, como explica Ignacio Moro, que debe dar un salto para ser parte también de las carteras de inversores minoristas que pueden aprovecharse de una regulación que así lo permite desde hace poco más de un año. Falta, eso sí, una mayor dosis de educación financiera y, por ello, es clave la figura del asesor financiero.