Jordi Melé-Carné, presidente del Comité Deontológico de EFPA España, ejerció como anfitrión en del webinar titulado “Los principios éticos como guía para el asesor financiero” y organizado por EFPA España. Él fue uno de los ponentes junto a Carlos María Moreno, vicepresidente del Comité Deontológico de EFPA y Francisco J. Lara, secretario del Comité Deontológico de EFPA.
El presidente del Comité Deontológico de EFPA España comenzó el webinar presentando al resto de ponentes. A continuación, explicó que el Código de Ética de EFPA es el mismo para todos los países donde opera y se basa en distintos principios éticos de actuación o valores que es importante considerar siempre en el asesoramiento financiero. Y que, por ello, se han explicitado cuatro principios éticos en el Reglamento Interno del Comité de Ética y del Régimen Disciplinario de EFPA España (RICERD), así como distintos comportamientos clave resultantes de los mismos.
También destacó que estos “principios hay que aplicarlos en cada caso concreto y que, complementados con los comportamientos clave, deberían servir de marco de referencia y guía para el desempeño de todas las actividades del asesor financiero” y resaltó que “cada situación requiere la aplicación de principios, políticas y normas éticas”.
Los principios éticos más importantes
Carlos María Moreno, vicepresidente del Comité Deontológico de EFPA, se encargó de describir y analizar dos de estos principios éticos. Comenzó resaltando la importancia del principio de confidencialidad, que establece y garantiza la reserva, cautela y la discreción en la información recibida. Sobre este principio, el experto indicó que “la confidencialidad tiene su fundamento en la confianza. En la confidencialidad un cliente deposita algo valioso para que se gestione de manera correcta teniendo en cuenta los principios y maneras de proceder y porque depositar confianza requiere un tiempo, la confianza se merece, hay que ganársela con el tiempo”. Asimismo, detalló el principio de justicia, que tiene que ver con las obligaciones y deberes propios de la actividad profesional. El experto señaló la relevancia de este principio: “Desde EFPA apostamos por unos comportamientos y principios que establecen un marco y permitirán al asesor financiero un recto ejercicio de la profesión”.
Más tarde, fue Francisco J. Lara quien se encargó de detallar los principios de veracidad y prudencia. El secretario del Comité Deontológico de EFPA informó de que en el principio de veracidad “el asesor tiene que proporcionar información veraz y relevante. Información veraz es aquella que es comprobada y cierta, completa, clara y concreta. Veracidad es actuar con transparencia y relevante. Es un hecho que no se puede dejar de mencionar”.
La prudencia: clave para el ejercicio financiero
“La prudencia es la virtud más importante en un asesor financiero, es la acción de pesar algo, considerar las diferentes alternativas para que el cliente decida. En el asesoramiento la prudencia es vital. Hay que tener atención, consideración y cuidado con lo que se dice y hace”.
Francisco J. Lara, secretario del Comité Deontológico de EFPA.
Además, procedió a hablar del último principio: el de prudencia. Este se refiere a la ponderación en la interpretación, aplicación y compatibilidad de los principios fundamentales, así como de los comportamientos clave que se derivan de los mismos. “Para mí es la virtud más importante en un asesor financiero, es la acción de pesar algo, considerar las diferentes alternativas para que el cliente decida. En el asesoramiento la prudencia es vital. Hay que tener atención, consideración y cuidado con lo que se dice y hace”, concluía Francisco Javier Lara, opinión a la que se sumaba el presidente del Comité Deontológico de EFPA, apuntando que “la prudencia es lo que nos tiene que ayudar a aplicar todos los principios y de ahí poder establecer un diálogo con el cliente”.
Finalmente, Jordi Melé-Carné, tomó de nuevo la palabra para proponer cómo se podrían aplicar los principios éticos anteriores a un caso concreto: la manifestación de opinión del asesor financiero, que incluye la comunicación y la relación con los clientes. Además de los cuatro principios éticos mencionados, recomienda aplicar también el principio de excelencia y competencia profesional, que en el RICERD se presenta como un comportamiento clave, y el principio de legalidad, que siempre deben ser siempre de aplicación y consideración en todos ámbitos de actuación del asesor financiero. Según él, “seguir estos principios éticos es una manera de buscar la excelencia y hacer un buen asesoramiento”.