El pasado 18 de enero tuvo lugar uno de los webinars más esperados del mes y que puso el foco en la renta fija: oportunidades y riesgos. ¿Son los fondos de vencimiento una buena opción para un contexto de elevada incertidumbre? ¿Por qué puede ser más ventajoso un fondo de renta fija a vencimiento que otra clase de activos? Son solo algunas de las cuestiones que abordaron Pablo Martínez Bernal, Head of Sales para Iberia en Amiral Gestion y Borja Aguiar Suárez, Sales Director Iberia en Amiral Gestion, en el webinar organizado por EFPA España y que a continuación resumen sus ponentes.
No exageramos cuando afirmamos que 2022 ha sido el annus horribilis de la renta fija. Se trata del primer año con rentabilidades negativas desde 1973 y el que ha cosechado las peores remuneraciones para los bonos desde 1926, hace ya casi un siglo. Sin embargo, esto debería consolarnos, porque es harto improbable que volvamos a vivir esta situación en un futuro próximo. En cambio, cada vez más indicios apuntan a que la renta fija podría volver a su tradicional papel de inversión estable y ser un contrapeso a la renta variable en las carteras.
La caída en renta fija durante 2022 ha sido seis veces mayor que la sufrida en 2008 y, además, se produjo en tiempo récord. Durante el año pasado tuvo lugar la tormenta perfecta: la combinación de una fortísima inflación y rendimientos pírricos en renta fija high yield fue la causa de que cerca del 85% de los activos en el mercado estadounidense estuviera rindiendo en rentabilidad real negativa. En periodos anteriores más convulsos se habían alcanzado puntualmente niveles cercanos al 10%.
Renta fija: de dónde venimos…
Para entender dónde estamos es muy importante saber de dónde venimos. La deuda con interés negativo alcanzó a finales de 2020, los 19 billones de dólares. El 80% de los dólares en circulación no existían hace tres años. Esta situación vino sobrevenida por la política monetaria alejada de la ortodoxia de los bancos centrales, con tipos muy bajos o negativos que permitieron un repunte de estos activos a raíz de la crisis del Covid-19.
No obstante, hoy en día, tras los recientes movimientos del banco central de Japón, hemos llegado a un punto donde el volumen total de deuda con interés negativo es cero a nivel mundial. Estamos volviendo a cierta normalidad monetaria y eso es muy importante. La vuelta a la normalidad de la renta fija también debe alegrarnos a todos.
A pesar de que la inflación persiste y los tipos continuarán subiendo durante algún tiempo, el año que empieza se presenta favorable por varios motivos. El primero es que existe un consenso de mercado positivo. Las rentabilidades actuales que encontramos en la renta fija son razonablemente atractivas o incluso muy atractivas. Creemos que 2023 puede ser un año de recuperación y que podría haber una ola de retorno de inversores perdidos en los años anteriores a la renta fija, aunque tampoco anticipamos una recuperación rápida del mercado.
En cuanto a las valoraciones, los spreads de crédito han alcanzado niveles no vistos desde 2012, lo que supone un magnífico punto de entrada al mercado. Algunos segmentos de la renta fija ofrecen una rentabilidad similar a la media anualizada del S&P500 (8,26%), el IBEX-35 (7,95%) o el mercado inmobiliario (5,21%) en los últimos 100 años.
Fondos de vencimiento: ventajas en tiempos de incertidumbre
El famoso inversor Stanley Druckenmiller asegura que nunca se había enfrentado a un periodo en donde fuese tan difícil anticipar el estado de la economía a 6-12 meses vista. Estamos de acuerdo, y por eso ponemos sobre la mesa las ventajas de la renta fija a vencimiento: estabilidad en los rendimientos, reducción de la exposición a la volatilidad del mercado y la certidumbre de tener una rentabilidad dada en un periodo determinado.
En cuanto a la ubicación de activos, intentamos evitar de forma estructural zonas geográficas donde las divisas puedan añadir una volatilidad excesiva, o donde el coste de la cobertura de esa divisa suponga reducir nuestra rentabilidad esperada, por lo que nos centramos en EEUU y Europa, donde la volatilidad de las divisas y el coste de la cobertura es menor. Además, el acceso a la información de las empresas es más fácil y transparente. Nos interesa sobre todo el continente europeo, con rentabilidades hasta 50 pbs por encima de los EEUU y con un binomio riesgo/rentabilidad más atractivo.
A nivel de calificación crediticia nos interesa mucho el segmento high yield, combinado con duraciones cortas y mucha selectividad. Elegimos siempre los bonos de mayor calidad dentro de este segmento utilizando tres criterios: negocios que entendemos bien, con buenos balances y una buena visibilidad de la compañía.
Hacia dónde vamos…
El investment grade, aunque presenta algunas oportunidades, afronta exceso de concentración del mercado y puede causar problemas de liquidez si se producen ventas masivas, y el riesgo de ‘fallen angel’, que supone reducir la calificación crediticia, pasando de bono investment grade a high yield, lo que también puede conllevar problemas de liquidez.
Desde Amiral Gestion creemos que hay muy buenas oportunidades en los bonos convertibles corporate y en las emisiones sin calificación crediticia. Este último es un segmento bastante olvidado de la renta fija que se asocia al riesgo, pero ofrece muy buenas oportunidades para carteras de medio-largo plazo. Eso sí, siempre aplicando una gran selectividad, ya que la previsible recesión conllevará un aumento de los defaults.
El año pasado queda en el retrovisor, ya hemos vivido lo peor en renta fija y creemos que es momento de empezar a construir cartera para los clientes en este segmento. El momento de entrada es adecuado y tras un lustro en el que la renta fija ha dejado de cumplir ese rol de aportar más estabilidad y equilibrio a las carteras, vuelve a su razón de ser. La inflación es el gran enemigo a batir y la renta fija vuelve a ser un arma eficaz para combatirla.