“Debemos ir más allá de los titulares y entender qué hay detrás de la tecnología. La Inteligencia Artificial identifica patrones a partir de un conjunto de datos, realiza predicciones y toma decisiones“, es una de las ideas que ha compartido Susana Rodríguez Urgel, profesora de criptoeconomía y blockchain en el IE Business School, en el webinar organizado por EFPA España titulado Inteligencia Artificial: ¿cómo cambiará la gestión de activos y el asesoramiento financiero? Antes de entrar en materia, una cifra que ilustra el interés que despierta la IA entre los asesores: se conectaron más de 500 miembros certificados.
Rodríguez ha partido de una realidad: “hoy en día las máquinas basadas en Inteligencia Artificial pueden oír, ver, escuchar, hablar, escribir, etc. La Inteligencia Artificial va a revolucionar la sociedad, igual que antes lo hizo el descubrimiento del fuego o la invención de la energía eléctrica. La Inteligencia Artificial nos va a cambiar la forma de trabajar, de organizarnos, de comunicarnos, de comer, de ligar, etc.”.
Inteligencia Artificial: qué es, qué no es
“Estamos rodeados de Inteligencia Artificial. Es capaz de escuchar, ver, escribir, pero no le da sentido, no sabe lo que escucha o lo que ve. Las máquinas pueden ver y reconocen lo que ven, pero no entienden lo que ven. Puede ser creativa pero no puede imaginar. No entiende, no sabe el sentido de las cosas. Sí que tiene más capacidad de almacenar información y es mucho más rápida en los procesos“, explica Susana Rodríguez. Añade un par de ejemplos: “Gracias a la Inteligencia Artificial los patólogos han podido aprender que las células que rodean al cáncer son tan importantes en el diagnóstico como las cancerígenas (hasta ahora se pensaba lo contrario. Google fue capaz de cartografiar Francia en dos horas a partir de alimentar el algoritmo con todas las imágenes de las calles y números disponibles. Este trabajo hecho por humanos llevaría años”.
¿Cómo funciona la Inteligencia Artificial?
La profesora de IE Business School valora que: “El peligro de la IA no es que vaya a rebelarse contra nosotros, sino que hará exactamente lo que le pidamos que haga. El quid de la cuestión es cómo estructuramos el problema para que haga lo que queremos. Debe ser supervisada y sus sesgos también. La IA puede ser muy destructiva si es mal utilizada, por ello encontrar la colaboración máquina-hombre es clave. La IA, de momento, está limitada por falta de sentido común y habilidad para razonar cruzando diferentes dominios. Estamos a unas cuantas décadas de distancia de la IA (inteligencia general)”.
¿Qué aplicaciones tiene en la empresa?
Tres son las aplicaciones que tiene la IA: mejorar la eficiencia de los procesos actuales, crear nuevos productos y servicios inteligentes y, por último y más importante, generar nuevas oportunidades de negocio. En finanzas, en el sector salud, en el asegurador, en el jurídico ya estamos viendo cómo es utilizada. En finanzas, por ejemplo, para el análisis de riesgo crediticio, detección y prevención de fraude financiero, asesoramiento financiero, trading algorítmico, determinación de precios de pólizas, etc. En seguros, automatización del proceso de reclamaciones, detección de fraudes, prevención de riesgos, etc. En el sector salud, detección de enfermedades en imágenes médicas, investigación de nuevos tratamientos y terapias personalizadas, chatbots de atención médica, etc. En comercio electrónico, automoción, agricultura, recursos humanos, comunicación, entre otros. En todos estos sectores la IA abre la puerta a realizar procesos rutinarios con una mayor rapidez y eficiencia.
¿Desafíos?
¿Desafíos? “Muchos, seguridad, privacidad, la capacidad de que los datos siempre estén actualizados, la falta de talento, la pérdida de empleo. Ojo que el empleo no se destruirá, se transformará. Tenemos muy poco tiempo para ajustarnos a esta revolución“, explica Susana Rodriguez que detalla una lista de retos a los que se enfrenta esta tecnología.
- Regulación: Para evitar el mal uso de nuestra información.
- Privacidad: Derecho a mantener control sobre nuestros datos.
- Seguridad: La IA necesita de datos y los obtiene estando conectada. Cualquiera puede acceder al sistema y provocar serios problemas como el DDos de 2016 que tiró varios servicios internacionales (Twitter, Whatsapp…) esto se hace tremendamente serio cuando hablamos del “hombre conectado”.
- Black Box: Responsabilidad y Confianza. Cuando la IA en su aprendizaje acaba solucionando problemas de forma que el ser humano es incapaz de saber cómo llega a esas decisiones.
- Data Accuracy: La IA es tan buena como los datos con los que entrena. Si los datos están sesgados o no son confiables, los resultados también.
- Falta de Talento: Escasos perfiles disponibles capaces de desarrollar los sistemas de IA, son “capturados solo por las grandes”.
- Mayor riesgo sistémico: Si los sistemas de trading automatizado basados en IA se activan en momentos de volatilidad del mercado, podrían generar fluctuaciones extremas de los precios y afectar la estabilidad del sistema financiero.
- Pérdida de empleo: Tareas rutinarias, administrativas, de Back Office, de soporte, etc.
¿Impacto en el sector financiero?
Susana Rodríguez, profesora de criptoeconomía y blockchain, cuenta que “ChatGPT no tiene un impacto directo (“todavía”) en el sector financiero, pero sí se están aplicando soluciones de IA para: mejorar eficiencia, precisión y velocidad. Habrá algunos empleos que se pierdan y otros que cambien de rol”.
La pregunta es: ¿cuáles?
- Analistas de datos financieros: ayudará a procesar grandes cantidades de datos y a realizar análisis más precisos y rápidos. Pero no serán necesarios tantos.
- Operadores de mercado: reducción en toma de decisiones en tiempo real, pues la IA lo hace por ellos 24/7.
- Analistas de riesgos: la IA será útil en la evaluación de riesgos, especialmente cuando se trata de riesgos complejos y difíciles de prever. Pero no serán necesario tantos analistas.
- Agentes de servicio al cliente: cada vez la IA responde mejor que un humano. Y son capaces de identificar estado emocional. Ojo aquí. Posible oportunidad de mejorar la experiencia cliente y personalización.
- Auditores: automatización, mejora calidad y eficiencia menos tiempo para realizar auditorias más exhaustivas.
- Asesores: personalizar informes, mejorar recomendaciones, optimizar inversiones, personalizar servicios. En definitiva, mejora la competitividad de aquel que mejora use la IA.
- Agentes de crédito: agilizar procesos de solicitud y aprobación de créditos, verificación de identidad y solvencia.
¿Cómo afrontar esta revolución? Susana Rodríguez lo tiene claro: “no dejes nunca de aprender. Life long learning”.