El 26 de septiembre tuvo lugar un webinar donde pudimos explorar el fascinante mundo del crédito y su potencial en el actual entorno económico. A medida que los tipos de interés han comenzado a descender, surge una oportunidad única para los inversores que buscan diversificar su cartera y maximizar sus rendimientos. Durante esta sesión, Uriel Saragusti, responsable de deuda corporativa y gestor de fondos en La Financière de l’Echiquier (LFDE), analizó la situación actual del mercado de crédito, así como los criterios y ejemplos de inversión en este ámbito. Un encuentro del que extraemos este resumen.
En el caso de LFDE, el departamento de Deuda Corporativa aplica sus competencias de asignación de activos a todo el espectro de la deuda emitida por empresas, principalmente en Europa. A través de una gama de fondos diversificados o específicos y con más de 1.900 millones de euros en gestión (*1), esta área sitúa la selección de títulos en el centro de su proceso de inversión. Este enfoque, denominado bottom-up o ascendente, se centra en las características específicas de cada título, más que en las del sector o país de la empresa. El equipo da preferencia a los instrumentos de alto valor añadido, como la deuda corporativa investment grade (*2) y high yield (*3), así como a los bonos híbridos, una clase de activos que multiplica las ventajas.
Flexibilidad: la clave de los bonos híbridos
Los bonos híbridos son títulos de deuda subordinada emitidos por empresas no financieras que ofrecen a los emisores más flexibilidad que la deuda sénior (*4) (préstamos bancarios o emisiones de bonos). Principalmente, permiten aplazar el reembolso del principal o el pago de los cupones. A cambio de esta flexibilidad, las empresas acuerdan remunerar a los tenedores de estos bonos con una rentabilidad más elevada que la de la deuda sénior. Aunque las empresas rara vez aplazan los vencimientos de sus bonos híbridos, el temor a que recurran a esta posibilidad puede influir en los precios en un contexto de tensiones en el mercado.
Por lo tanto, creemos que un enfoque de gestión dinámica es apropiado para nuestra estrategia, que invierte en bonos híbridos emitidos por empresas no financieras de alta calidad crediticia. La agilidad está en el ADN de nuestra estrategia centrada en los bonos híbridos. Esta se materializa en forma de ajustes de la asignación sectorial, situaciones especiales o gestión de la sensibilidad a los tipos de interés. Un ejemplo es la gestión de la exposición al sector inmobiliario, que ha sufrido especialmente en los dos últimos años. La gestión, muy activa, comenzó con una reducción significativa de la exposición a principios de 2022, seguida de un incremento gradual del riesgo en 2022 y 2023. En consecuencia, la ponderación asignada al sector cayó del 6% en noviembre de 2021 al 2% tres meses después, antes de volver al 4% en la actualidad.
Crédito: una selección rigurosa
Protagonista de nuestro proceso de inversión, la selección de emisores es un factor clave para obtener rentabilidades en esta clase de activos. La naturaleza subordinada y perpetua de este tipo de deuda puede ser una fuente de volatilidad significativa y de riesgo de crédito si una situación no se desarrolla como se esperaba. Este análisis de las empresas se complementa con un trabajo de selección de títulos de deuda, que también es de gran envergadura en este universo. Muchos factores técnicos pueden influir en el comportamiento de los bonos híbridos, en particular los incentivos para amortizar anticipadamente. Un ejemplo es el mecanismo para recalcular los cupones en fechas periódicas.
Un universo favorable a los bonos verdes
A nuestro juicio, el mercado de bonos híbridos es un entorno ideal para los bonos verdes (*5), un instrumento que se utiliza sobre todo en el sector de las utilities. La transición energética es una cuestión clave. La producción de electricidad se financia cada vez más mediante emisiones en el mercado de bonos híbridos. Esta potencia de fuego adicional también ayuda a proteger a los inversores en deuda sénior. Iberdrola, que está desplegando un plan plurianual para promover la transición a las energías renovables, es un paradigma de esta práctica. Por ejemplo, de las ocho emisiones de bonos híbridos actuales de Iberdrola, una de las principales convicciones del equipo de gestión, seis son «verdes».
Las primas de riesgo, determinantes
En el mercado de bonos híbridos, la evolución de las primas de riesgo es esencial. A tenor de la mayor visibilidad del contexto macroeconómico, son más bajas que hace 18 meses. Dado que se espera que las tasas de impago se mantengan en niveles muy moderados durante los próximos años en el universo investment grade, a pesar de la atonía del crecimiento (previsto en el 0,5% en la zona del euro), y que el contexto de la política monetaria es más visible, consideramos que las primas de riesgo remuneran el riesgo adecuadamente. Por otra parte, los emisores de híbridos siguen teniendo acceso actualmente a diversas fuentes de financiación.
En nuestra opinión, esta clase de activos ofrece múltiples ventajas a los inversores. Los rendimientos de los bonos híbridos han sido históricamente más altos que los de los bonos sénior, que presentan un riesgo menor por su naturaleza. En la estructura de capital, los titulares de deuda sénior obtendrán el reembolso antes que los titulares de bonos híbridos. Además, los bonos híbridos son una clase de activos que disfruta de liquidez, ya que suelen amortizarse en la primera fecha. Por último, en un entorno normativo en constante cambio, cabe destacar que no dependen de las decisiones de los reguladores.