El último webinar EFPA, presentado por Rafael Rubio, asesor de comunicación de EFPA España y director de la revista Asesores Financieros de EFPA, tuvo como protagonista a Irene López, DWS Senior Sales & ESG Specialist, que analizó la importancia de los Objetivos de Desarrollo Sostenible como clase de activo emergente. #WebinarEFPA41 con Irene López (DWS).
Rafael Rubio dio paso a la ponente indicando que se ha incrementado la demanda y la oferta de fondos sostenibles y responsables en los últimos años, y puso en valor la importancia de tener este tipo de activo en nuestra cartera.
Irene López comenzó su intervención comentando que las inversiones sostenibles han tenido un año 2019 y 2020 muy buenos. En concreto, comentó que “según Morningstar, dos terceras partes de las inversiones han venido por este tipo de producto durante los últimos meses del año. Es fundamental que estos productos tengan una rentabilidad positiva, una contribución positiva a factores no económicos ASG, y que esta contribución sea medible”.
Los ODS se fundamentan en erradicar el hambre en el mundo, fomentar un consumo responsable o apostar por la educación, entre otros.
En total, son 17 objetivos generales que se dividen en 169 subobjetivos concretos que se deben cumplir. Los ODS son una continuación de los objetivos del milenio, que se impusieron en el año 2000 para cumplir antes de 2015 y estaban enfocados a la desigualdad y a la pobreza.
La diferencia fundamental con los ODS es que la mayor parte de la financiación era mediante dinero público, mientras que ahora se requiere que al menos el 80% proceda de empresas privadas. Actualmente, se debe destinar un 9% del PIB global en inversiones anuales para conseguir alcanzar los ODS en 2030.
La experta señaló que:
“Existe una conexión ESG y ODS. Environmental se centra en recursos y gestión de residuos, cambio climático y emisiones CO2, Social se ciñe al capital humano, sociedad y productos responsables. Y, por su parte, Governance observa la ética en el negocio, la gobernanza corporativa, políticas públicas y diversidad. Todos estos puntos tienen que estar alineados y el rating en ESG tiene que ser positivo para que se incluya en la cartera”
Irene López indicó que:
“Una combinación inteligente de inversión ESG sumado a una contribución positiva de la inversión en ODS apoya en la consecución de objetivos de rentabilidad a largo plazo”.
López matizó en que:
“Para implementar esos criterios sostenibles en la cartera hay que analizar tres aspectos.
El primero es la selección de datos, en concreto, análisis de los ratings y datos aportados por los proveedores de datos ESG y disponer de datos comparables para poder comparar por percentiles en un grupo de comparables.
El segundo paso es la agregación de datos ESG, en concreto, contar con un peso equilibrado entre los diferentes ratings de proveedores como señal de neutralidad y transparencia.
El tercero y último es analizar los ODS, contribución positiva y negativa de cada compañía, basado en los ingresos de productos y servicios así como en buenas prácticas de negocios”.
Respecto a los criterios de exclusión, apuntó a:
“Armas controvertidas (las excluimos 100% de la cartera) como nucleares, bombas de racimo, minas antipersona y uranio. En sectores controvertidos se encuentran el tabaco, la defensa militar, la pornografía, el juego, la energía nuclear y el carbón, con un límite máximo por ingresos menor o igual del 5%”.
Por último, Irene López afirmó que:
“Nos encontramos en una economía circular y tenemos que tener en cuenta aspectos sociales como el reciclado. Si entramos en detalles, en 2025 la generación de desechos se incrementará en un 70% vs. 2010. Si no se implementan medidas de reciclado, en 2050 habrá más plásticos en el océano que peces. Por otro lado, más de 20 países europeos incrementarán la obligación de uso de biodiesel en 2020”.
Fuente: Resumen extraído de la presentación elaborada por DWS International Gmbh. CRC FINAL 078546. / Septiembre 2020.
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