La Comisión Europea aprobó el pasado 28 de junio de 2023 un paquete normativo sobre el euro para garantizar el acceso y uso del efectivo en billetes y monedas en euros, y habilitar al Banco Central Europeo para emitir el euro digital como complemento al efectivo.
El objetivo principal que busca la Comisión es consolidar el euro como moneda global, incorporando el formato digital. Para lograrlo, haciendo uso de las nuevas tecnologías y dando respuesta a las tendencias del mercado, refuerza el euro como moneda de curso legal en sus dos modalidades, física y digital. Se defiende de este modo la soberanía monetaria, pero con las cautelas necesarias para salvaguardar la estabilidad bancaria y proteger la privacidad de los usuarios del euro digital.
Poder liberatorio
La proliferación de criptomonedas aconsejaba una reflexión sobre el euro como moneda oficial y su reconocimiento como moneda de aceptación obligatoria, con poder liberatorio. La propuesta recoge que salvo determinadas excepciones ningún beneficiario podrá rechazar los euros entregados como medio de pago de una deuda. Solo se podrá rechazar el pago en euros de buena fe, por ejemplo, por pretender pagar con un billete de alta denominación una compra de escasa cuantía, o cuando exista un acuerdo previo de utilizar otro medio de pago.
Los Estados miembros deberán hacer un seguimiento de la aceptación de euro como medio de pago y tomar medidas cuando detecten que se incumple esta obligación. También deberán garantizare el acceso al efectivo tanto en las zonas urbanas como en las rurales.
Emisión de euro digital
La propuesta de la Comisión Europea habilita al Banco Central Europeo para emitir el euro digital. No le obliga emitirlos. Lo deja a su potestad como autoridad monetaria independiente. Lo cual puede llevar años, reconoce la Comisión.
En la práctica el BCE será el encargado de autorizar la emisión a los distintos bancos centrales de los Estados miembros. Se podrá acceder al euro digital a través de cuentas abiertas en un banco u otro proveedor de servicios de pago. Estas entidades garantizarán el acceso online y offline. Este acceso, en particular a los residentes, visitantes y turistas en la eurozona, se podrá realizar sin pagar ningún tipo de tasa por los “servicios básicos” como el de apertura o cierre de cuentas, o pagos entre particulares o en comercios.
Pero también se podrá acceder al euro digital a través de infraestructuras públicas designadas por el Estado Miembro, como pudiera ser la Sociedad Estatal Correos y Telégrafos, S.A. (Correos) a cambio de efectivo. Luego se podrá acceder al euro digital sin contar con cuenta en un banco.
Estados miembros fuera de la eurozona
La propuesta reconoce el derecho de los ciudadanos europeos que residan en un Estado Miembro fuera de la eurozona a poder acceder al euro digital. Para ello será necesario que haya un acuerdo monetario entre el BCE y el Banco Central del Estado Miembro. En dicho pacto se exigirá, por un lado, que la legislación nacional sea compatible con esta propuesta normativa y por otro, que el Estado cumpla con todas las normas, directrices e instrucciones que apruebe el BCE. Los proveedores de servicios de pago que operen en estos Estados Miembros deberán garantizar que no haya diferencias en el funcionamiento técnico del euro digital.
La propuesta garantiza el derecho a pagar con digital, con obligación de aceptación por parte del beneficiario. En este sentido, no serán vinculante aquellas cláusulas contractual no negociadas individualmente que excluyan el euro digital como método de pago.
Excepciones de aceptar el euro digital
Hay excepciones al deber de aceptar el euro digital como medio de pago, por ejemplo, no tendrán que cumplir esta obligación las empresas con menos de diez trabajadores o cuyos ingresos anuales no excedan los dos millones de euros.
En tanto que garantizar la estabilidad del sistema financiero también es una de las finalidades de la norma, la Comisión podrá limitar la cantidad de euros digitales que una persona puede tener en su cuenta. Es un medio para los pequeños pagos. De este modo, se preserva el negocio bancario y se garantiza la efectividad de la prevención del blanqueo de capitales.
La propuesta quiere dar plena libertad a los ciudadanos para que elijan el formato de moneda que quieren usar, por lo que será posible tener una cuenta con dinero físico y otra con dinero digital que podrán estar vinculadas entre sí, Se podrá hacer el cambio de un tipo de cuenta a otro, tener más de una cuenta con euro digital o más de un usuario por cuenta, hacer pagos online y offline ocambiarse de proveedor de servicios de pago. El acceso al euro digital se hará a través de la European Digital Identity Wallet, un tipo de cartera digital personalizada que se podrá gestionar desde el teléfono móvil.
Está prevista una interacción entre el euro físico y el digital. Se garantiza la mutua convertibilidad a la par entre las monedas y billetes en euros y el euro digital.