La capacidad y la voluntad de los consumidores de cambiar de productos y servicios financieros se trata de una cuestión de gran relevancia por su repercusión en el ahorro y en la competencia en el mercado. De acuerdo con un estudio encargado por la Comisión Europea en 2019, existe un número considerable de consumidores que se beneficiarían de un cambio en su hipoteca, sus cuentas corrientes o sus seguros de hogar.
En particular, el estudio encargado por la Comisión Europea evalúa:
- Los ahorros a los que renuncian los consumidores como resultado de no cambiar a productos más ventajosos.
- Proporciona un panorama general de los obstáculos jurídicos y comerciales para el cambio de los productos financieros minoristas
- Analiza las posibles medidas para aumentar la tasa de cambio de un producto financiero a otro.
Pérdida de ahorros por no cambiar de productos
El estudio encargado por la Comisión Europea, plantea que:
- Los consumidores pierden sus ahorros, al no cambiar sus hipotecas y sus cuentas de pago a otros con condiciones más ventajosas.
Si bien se trata de unos índices que varían significativamente entre los Estados Miembros, en el caso de las hipotecas, el factor clave del ahorro mensual promedio es el diferencial al de los tipos de interés entre ellas.
En términos generales, el ahorro agregado podría alcanzar hasta 1.700 millones de euros al mes, o más de 20.000 millones de euros anuales.
Sin embargo, el estudio revela que no todos los consumidores que han realizado un cambio se han beneficiado de él por estas razones:
- La incapacidad de evaluar el acuerdo óptimo en un momento dado.
- La presentación confusa de los detalles de la oferta de hipoteca.
- Debido al momento en que se produjo el cambio. La obtención de un asesoramiento adecuado puede, por tanto, marcar la diferencia.
Por lo que respecta al cambio entre las cuentas de pago, los resultados del estudio indican que:
- Casi la mitad de las personas que efectuaron un cambio obtuvieron un beneficio financiero.
Barreras legales y comerciales para el cambio de productos
Con respecto a las barreras que los consumidores se encuentran a la hora de efectuar un cambio en sus hipotecas residenciales, el estudio revela:
- Dificultades en muchos Estados Miembros, asociadas a los costes de escritura notarial y de registro, como también a las complejidades de la inscripción.
No obstante, la adopción de ciertas medidas que modifican el equilibrio entre el prestamista y el prestatario en beneficio de este último (como la posibilidad de amortizar de manera anticipada unilateralmente la hipoteca en cualquier momento y sin ningún otro tipo de limitación) puede aumentar la tasa de cambio.
Las previsiones de la Directiva de Crédito Hipotecario resultan adecuadas para alcanzar este propósito.
Con respecto a las cuentas de pago, la dificultad principal para el cambio está asociada a la vinculación entre estas y otros productos financieros como las hipotecas.
En el caso de las cuentas de ahorro, la vinculación entre estas y una cartera de inversiones puede implicar tasas de transferencia que supongan un obstáculo relevante para el cambio.
Igualmente, el cambio de otros productos vinculados como los seguros de hipoteca y los seguros de hogar asociados a la contratación de la hipoteca pueden entrañar dificultades.
Cómo facilitar el cambio de productos financieros
Entre las medidas para aumentar la tasa de cambio de un producto financiero a otro, además de posibles cambios normativos, el estudio apunta a ciertas novedades del mercado, como:
- La expansión de los neo-bancos,
- La introducción de la ANP (portabilidad del número de cuenta) con respecto a las cuentas de pago.
- El desarrollo del instrumento hipotecario común europeo (Eurohypothec) para elevar el número de préstamos hipotecarios transfronterizos.
Si bien el estudio concluye que no existe una medida única que pueda aplicarse fácilmente en todos los Estados Miembros para aumentar la tasa de cambio, sí señala un mayor margen de mejora entre algunos productos, como es el caso de las hipotecas residenciales.
En este ámbito, se destaca el papel muy relevante que los asesores financieros han tenido en el Reino Unido para alentar a los consumidores a cambiar de hipoteca.