En el ámbito de las finanzas personales existen algunas costumbres que casan mal con la filosofía básica de cualquier inversión financiera. Una de las más evidentes, por ejemplo, en un plan de pensiones, es el jugárselo todo a una sola carta. Es decir, a permanecer invertido a un larguísimo plazo en un único y solitario producto.
Un monopolio inversor que choca gravemente contra el dogma por excelencia de la gestión patrimonial de no poner todos los huevos en la misma cesta y que no resiste un mínimo análisis en términos de probabilidad y estadística.
El tener un único plan de pensiones no es un buen plan de inversión. Menos aún el confiar que dicho plan sea único en el sentido de que sea inigualable.
Por qué diversificar un plan de pensiones
El comportamiento histórico de un plan de pensiones puede haber sido muy relevante. Sin embargo, si lo fiamos todo a uno solo, estaremos sujetos a su privativa rentabilidad. Esto nos puede beneficiar cuando el plan bate al mercado. Pero nos puede perjudicar en períodos en los que la gestión o la distribución de activos no haya sido la más favorecida.
- Diversificando entre planes de pensiones dispares conseguiremos un “rendimiento medio”. De este modo rebajaremos la volatilidad de nuestro ahorro y la posibilidad de incurrir en pérdidas.
- Además, una combinación adecuada de varios planes de pensiones deriva en la afinación más precisa del perfil de riesgo inversor.
- Por añadidura, la posibilidad de realizar – sin peaje fiscal – traspasos periódicos entre unos y otros, nos permite cambiar a voluntad la composición de una necesaria cartera de planes de pensiones.
Al igual que el universo de fondos de inversión es amplio y heterogéneo, la variedad de planes de pensiones es considerable. No hay pues más excusas para apuestas exclusivas.
En los últimos cinco años, la gestión de estos productos se ha profesionalizado enormemente. Los situados con recurrencia en el top del ranking, han alcanzado niveles de sofisticación y resultados nada desdeñables. Eso sí, conviene desgranar minuciosamente el grano de la paja vía consejo profesional.
El estar a una sola apuesta en estos vehículos de inversión puede producir futuros disgustos económicos de consideración. Así que el consejo es simple: diversificar –dentro de lo excelente- en producto, en entidades y en filosofías de inversión al construir su cartera de planes de pensiones.
Háganlo así y dejen que su único plan se rodee de los mejores de la clase. No se arrepentirán y se ahorraran disgustos futuros. Pues arrepentirse, además de no servir para nada, es ser dos veces miserable.
Certificación EFPA European Investment Practitioner (EIP)
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