Una política climática mundial creíble debe contemplar la reducción de las emisiones de carbono y el aumento de precio de los derechos de emisión de CO2, pero también la protección y la restauración de los ecosistemas terrestres y marinos. El mundo entero está mirando, por lo que el fracaso de la 26º Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), que dará comienzo en Glasgow dentro de 16 días, no es una opción. Y está cada vez más claro cuál debería ser la receta para el éxito. Seguir leyendo