Reflexionamos sobre el comportamiento que están siguiendo los inversores y cómo podrían capear mejor la tormenta. A continuación, os presentamos: Seis claves para entender esta crisis e invertir mejor.
1. Entender qué es lo que está impulsando la volatilidad del mercado
Una gran parte de la población, por no decir la mayoría, está viviendo un parón histórico y desconocido.
No obstante, la respuesta política está siendo muy rápida. En este sentido, ha habido grandes paquetes de estímulos, pero también una caída importante de la demanda.
Sin duda, toda esta perturbación afectará a la economía. Mientras, los inversores están tratado de averiguar qué impacto tendrá esto en sus vidas y sus inversiones y, sobre todo, si será a corto o largo plazo. Es esto lo que está desestabilizando a los mercados, actualmente.
2. Que muchos inversores piensen en vender puede ser una oportunidad
En el mundo de la inversión se utiliza el “círculo psicológico” para tratar de medir la ola de emociones que experimentan los inversores al gestionar sus inversiones.
Hay que imaginar la esfera de un reloj (ver imagen abajo). A las 12 en punto (la parte superior del mercado) hay euforia; un ambiente positivo y efervescente cuando la gente está feliz. Es cuando la gente compra. En cambio, a las seis en punto hay capitulación (la parte inferior del mercado). Es entonces cuando los inversores tienden a deshacer sus inversiones en el momento equivocado.
Actualmente, estamos entre las tres en punto (miedo) y las seis en punto (capitulación).
Durante esta fase se pueden producir picos de alivio y positivismo, ya que los inversores se sienten más inseguros pero pueden pensar que todo saldrá bien. Por ello, se suelen experimentar momentos de leves subidas.
Los días de grandes rallies presentan oportunidades para vender ciertas acciones y buscar oportunidades en otras que puedan hacerlo mejor. Por el contrario, los días más negativos, en los que nadie parece querer comprar una sola compañía, podrían ser el mejor momento para adquirir nuevas acciones.
3. Trabaja con tus emociones
A menudo se comenta que en los mercados hay que dejar las emociones de lado. Sin embargo, desde Schroders creemos que esto no es realista. No somos seres 100% racionales. Tenemos que trabajar en nuestras emociones para intentar capearlas. Los inversores pueden ser irracionales y, a pesar de que muchas veces esto no sea muy útil, es la razón por la que se suelen producir grandes oscilaciones en los mercados. Y es en estos momentos, precisamente, en los que se presentan oportunidades atractivas para invertir.
4. Recuerda por qué invertiste la primera vez
Lo que tiende a suceder es que cuando los tiempos son buenos los inversores tienden a centrarte en lo positivo. Cuando los tiempos son malos y los mercados caen, tienden a gravitar hacia lo negativo.
Sin embargo, ningún negocio es 100% positivo. Si lo es, entonces es probable que se negocie a una valoración que haga muy difícil el crecimiento de una inversión en el futuro.
Por ello, es recomendable mirar la solvencia de los negocios en los que se invierte para conocer cuáles son sus limitaciones. No se trata de deshacerse de inversiones por obligación, sino de entender lo que tienes y tratar de ser equilibrado al respecto. Antes de deshacer posiciones, intenta recordar cuáles fueron las propiedades que te atrajeron a esas inversiones por primera vez.
5. De media, los precios suelen bajar cuando se intenta adivinar qué hará el mercado
Normalmente, todo el mundo tiene una visión de lo que el mercado podría hacer. Muchos pueden pensar ahora mismo que todavía tiene que caer más. No obstante, si alguien nos hubiera ofrecido la oportunidad de invertir en el mercado a este nivel y a estos precios hace dos años le habríamos tomado por loco.
Como inversores, rara vez conseguimos llegar al segmento inferior del mercado. Pero puedes bajar tus precios y obtener el mejor precio promedio posible a lo largo del tiempo. Se trata de tener un plan. Sé valiente, pero sensato. Sé lo menos emotivo posible e invierte tu dinero en el mercado poco a poco.
6. Mantén la cabeza alta y mira al frente
Invertir es como conducir un coche. Si intentas conducir mirando a seis centímetros delante del capó, es absolutamente imposible. Todo se te viene encima demasiado rápido; todo cambia a gran velocidad. Pero si levantas la cabeza, miras más allá de la carretera y echas un ojo al espejo retrovisor, las cosas pueden parecer más estables.
En el mundo de la inversión hay que intentar actuar de la misma manera e intentar hacer balance de lo que está pasando. Los inversores pueden ver las cosas que están delante del capó como una oportunidad o una amenaza y elegir entre salir del camino u optar por un camino diferente.
INFOGRAFÍA: PANORÁMICA DE LA ECONOMÍA GLOBAL EN MARZO DE 2020 POR SCHRODERS.