Por primera vez desde 1995, los precios de los bienes de consumo duradero están aumentando en EE. UU. Como mínimo, esto nos demuestra lo rápido que puede reaccionar la inflación cuando cambian las circunstancias. ¿Primeros indicios de inflación?
En nuestra opinión, era solo cuestión de tiempo que la inflación estadounidense aumentase de forma moderada.
Las medidas para combatir la pandemia frenaron inicialmente tanto la oferta como la demanda. Pero el lado de la oferta suele ser más rígido, ya que hace falta tiempo para reconstruir la capacidad. Mientras, las generosas transferencias fiscales han mantenido a flote el poder de compra de los consumidores.
Por eso, cuando las restricciones a la actividad económica se han relajado, una mayor demanda agregada se ha encontrado con una menor oferta. Esta situación fomentará, al menos temporalmente, un aumento de los precios, empezando por los de los productos que aportan «felicidad» en la época del distanciamiento social.
Como puede verse en nuestro Gráfico de la Semana, el índice de precios del Gasto en Consumo Personal (PCE, por sus siglas en inglés) de agosto parece respaldar esta teoría.
Por primera vez en 25 años, los precios de los bienes de consumo duradero han aumentado, tras haberse movido en terreno negativo durante todo este tiempo. Los precios de los electrodomésticos (+10% desde febrero) y de los coches de segunda mano (+17%) han sido los principales motores de este aumento.
La pandemia parece la causa más probable.
Si uno quiere evitar el transporte público, comprar un coche de segunda mano puede ser la mejor opción (por ejemplo, para alguien que haya perdido su empleo y que quizás no puede permitirse un coche nuevo).
Por otra parte, el mercado inmobiliario sigue viéndose respaldado por unos tipos de interés hipotecarios en mínimos históricos gracias a la expansión monetaria.
Una casa nueva suele implicar la compra de electrodomésticos. En cuanto a los bienes importados, otro factor que parece respaldar el repunte de los precios es la falta de capacidad del transporte marítimo a consecuencia de la pandemia.
Obviamente,estas tendencias podrían revertirse rápidamente. Como señala Christian Scherrmann, U.S. economist de DWS:
«El reciente aumento de los precios de los bienes de consumo duradero podría ser transitorio, pero nos demuestra lo rápido que puede reaccionar la inflación cuando cambian las circunstancias».
Conviene recordar que los bienes de consumo duradero solo representan en torno al 12% del gasto total, frente al 66% de los servicios.[2] Aun así, los precios de los servicios también han aumentado alrededor de un 2% en los últimos años.[3] Cuando le hayamos ganado la batalla al virus, es muy probable que los servicios también sufran falta de capacidad.
[2] Oficina de Análisis Económico (BEA) del Departamento de Comercio de EE. UU., Haver Analytics Inc., agosto de 2020. [3] De media, desde 2012.
Fuentes: Oficina de Análisis Económico (BEA) del Departamento de Comercio de EE. UU., DWS Investment GmbH a 31/8/2020.
Todas las opiniones y afirmaciones contenidas en el presente documento se basan en datos de fecha 6 de octubre de 2020 y podrían no llegar a materializarse. Esta información podrá verse modificada en cualquier momento dependiendo de consideraciones económicas, de mercado y de otro tipo, y no debería tomarse como una recomendación. Las rentabilidades pasadas no son indicativos de resultados futuros. Las previsiones están basadas en hipótesis, estimaciones, opiniones y modelos hipotéticos que podrían estar equivocadas. DWS International GmbH. Traducido del CRC 078807 (10/2020).