En gran parte del mundo, los resultados corporativos están siendo sorprendentemente sólidos, lo que ha provocado que el mercado descuente una situación prácticamente perfecta.
Podríamos decir que la mayor sorpresa del año no ha sido ni la rápida recuperación económica del mundo industrializado, ni el aumento de la inflación ni las fluctuaciones de los tipos de interés del Treasury estadounidense.
Ni siquiera la aparición de nuevas variantes del coronavirus, como la variante delta, o la caída de Kabul en manos de los talibanes tras la retirada de las tropas occidentales han sorprendido a los expertos en esas áreas.
Por el contrario, muy pocos apostaban por la solidez que han mostrado los resultados corporativos en lo que va de año.
Como ilustra nuestro Gráfico de la Semana, las expectativas de beneficios han seguido un patrón bastante inusual últimamente.
En un año típico, las expectativas suelen ser demasiado optimistas a principios de año, luego se van revisando a la baja y se acaban estabilizando a lo largo del ejercicio.
Sin embargo, en los últimos ocho meses la tendencia ha sido muy diferente y las previsiones para 2021, 2022 y 2023 se han revisado notablemente al alza.
Gráfico de la semana: Un ascenso imparable
Hasta el momento, la inflación y las presiones de costes relacionadas no han sido obstáculos importantes.
«En cuanto a los cuellos de botella que ha experimentado la producción, nuestra impresión es que muchas empresas en realidad han salido beneficiadas. Al concentrar su limitada capacidad de producción en los productos de mayor margen, han logrado mejorar su rentabilidad», argumenta Thomas Bucher, Global Equity Strategist en DWS.
«En general, los resultados corporativos han sido tan buenos en los últimos meses que los analistas casi no han podido seguirles el ritmo para actualizar sus estimaciones de beneficios».
Además, como puede verse en el gráfico, la fortaleza de los beneficios está siendo un fenómeno mundial. Aunque las revisiones al alza han sido particularmente pronunciadas en EE. UU. y Europa, también se han dado en los mercados emergentes.
No obstante, ahora muchos parámetros de valoración superan ampliamente sus medias a largo plazo, lo que significa que a muchas empresas no les bastará con batir expectativas para provocar una reacción positiva en el mercado.
Además, ciertos riesgos planean sobre el horizonte, como las reformas fiscales propuestas en EE. UU. y otros países industrializados para que las empresas paguen más impuestos o las duras restricciones que está aplicando China a sus principales empresas tecnológicas. Aún es pronto para saber hasta cuándo durará la buena fortuna de la que disfruta actualmente el sector corporativo. Al fin y al cabo, los analistas tienden a extrapolar durante un periodo demasiado largo las tendencias de corto plazo, lo que explica por qué las estimaciones sufren revisiones con tanta frecuencia.
Fuentes: Bloomberg Finance L.P., DWS Investment GmbH a fecha de 8/17/21