Matías Marino, Profesor en el Área de Finanzas de la Universidad de Oviedo y Consultor, explicará cómo confrontar la inflación y los incrementos de tipos de interés: nueva demanda de los inversores frente al panorama actual e importancia del asesoramiento financiero. Junto a su intervención, Juan Ignacio Muñiz, Profesor en el Área de Finanzas de lo Universidad de Oviedo y Consultor, también participará en esta mesa de debate que tendrá lugar en el marco de la Jornada de Asesoramiento Financiero en Oviedo, el próximo 25 de octubre.
Con estas jornadas recuperamos el espíritu con el que fueron diseñadas antes de la pandemia, debatir e intercambiar opiniones sobre todos los temas de actualidad para la industria financiera, siempre con un enfoque centrado en la labor del asesor y los retos con los que se encuentra cada día en su labor de asesoramiento a clientes.
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¿Las crisis económicas se convierten en el único elemento que realmente empuja a los ahorradores particulares a que incrementen su interés por la educación financiera? ¿Existen otras formas de captar el interés?
Las crisis económicas no son el único elemento, pero es cierto que despiertan el interés de los ahorradores, porque generalmente traen consigo incrementos sustanciales en la incertidumbre y “sustos” en la valoración de las carteras, y esa situación, junto con la lógica preocupación que conlleva, impulsa en los ahorradores el interés por ampliar sus conocimientos financieros, con el ánimo de evitar en lo posible situaciones patrimoniales desagradables y por qué no, de conseguir mejoras en los rendimientos futuros.
En cualquier caso, y con visión de largo plazo, la solución pasa por redoblar los esfuerzos en este campo (la educación financiera). Es cierto que se han hecho grandes avances en los últimos años, pero se ha de perseverar.
Es imprescindible que todos los ciudadanos tengan los conocimientos básicos mínimos en esta materia. Los poderes públicos han de fomentar la presencia de estos contenidos en los planes educativos. También los medios de comunicación y las redes sociales pueden contribuir de forma significativa a la divulgación del conocimiento financiero con distintas iniciativas. La implicación de los llamados agentes sociales (organizaciones empresariales y sindicales) también resulta deseable y positiva.
Adicionalmente hay una serie de entidades que han sido muy activas en este campo: CNMV y Banco de España como impulsores del “Plan de Educación Financiera” junto con todas las entidades u organismos, públicos y privados que se han incorporado a dicho Plan, así como las iniciativas puestas en marcha por entidades crediticias o de servicios de inversión y sus asociaciones. Lo que se necesita en este caso es continuar y -si es posible- incrementar el esfuerzo.
La figura del asesor financiero tiene que estar en constante actualización y aprendizaje, ¿cree que su figura es percibida por el inversor particular como un profesional indispensable para diseñar una estrategia de ahorro e inversión?
Quisiera contestar afirmativamente, pero he de matizar mi respuesta:
Creo que ya hay muchos inversores particulares que, afortunadamente, tienen relación profesional con asesores financieros debidamente formados y eficaces en su labor. Este segmento de la población sin duda percibe al asesor financiero como el profesional indispensable para el diseño de su estrategia de ahorro e inversión.
Sin embargo, existen amplias capas de la sociedad, que por diferentes motivos (falta de cultura financiera, dificultades de acceso a los servicios financieros, escasez de tiempo, circunstancias económicas y sociales…) desconocen realmente la figura, o tienen un conocimiento superficial y/o confuso. Evidentemente en estos segmentos demográficos no existe la percepción indicada. El reto es ir eliminando -en la medida de lo posible- las barreras citadas anteriormente, para que la figura del asesor financiero alcance el reconocimiento que merece. Por consiguiente, aún hay mucho por hacer en esta materia.
La capacidad económica determina en buena medida la posibilidad de ahorrar e invertir dicho ahorro. Pero no podemos olvidar que existe una clara correlación entre una mayor cultura financiera y un mayor interés por el ahorro y su gestión (en la cual la figura del asesor financiero juega un papel clave). Por tanto, diría para terminar, que impulsar la cultura financiera es quizá el elemento clave para que la figura del asesor financiero sea percibida cada vez más como un profesional indispensable en esta materia.