A propósito de Green MiFID, hace tres años entró en vigor la primera fase del Reglamento de Divulgación de finanzas sostenibles (SFDR, por sus siglas en inglés). Esta normativa introdujo la obligación de que todos los fondos de inversión se clasificaran según su nivel de sostenibilidad.
Sin embargo, aunque las gestoras tuvieron que clasificar los productos -según el artículo 6, para fondos sin características ESG, artículo 8, para los que promovieran características de sostenibilidad y artículo 9, para los más comprometidos-, la segunda fase de la normativa que determinaba los estándares técnicos y demás requisitos no estaba lista. Esto hizo que, desde 2022, cuando se conocieron dichos detalles, numerosas gestoras hayan tenido que recalificar los productos, teniendo, muchos de ellos, que reajustarse a la baja.
Green MiFID, aterrizaje complicado
Igualmente, hay que tener en cuenta que la llegada de Green MiFID en agosto de 2022 tuvo un aterrizaje algo complicado como consecuencia del panorama político y económico, marcado fuertemente por el conflicto en Ucrania y la inestabilidad de los mercados. Esta situación tan difícil para los inversores, unido a que parte de las regulaciones en las que se apoya siguen en proceso de aplicación, ha entorpecido la aplicación de la normativa y ha conducido a que, en el último trimestre de 2023, se produjera una salida de dinero de los fondos sostenibles por primera vez desde que comenzaron las mediciones, un hecho impulsado especialmente por EE. UU.
Sin embargo, a pesar de estas salidas de capital, los activos combinados de los fondos de los artículos 8 y 9 aumentaron durante el cuarto trimestre, mientras que los fondos del artículo 6 disminuyeron. Cabe destacar que, durante todo 2023, los fondos artículo 8 y 9 ganaron cuota de mercado en detrimento del artículo 6, tanto en número de fondos como en activos gestionados, aglutinando el 59% de activos a finales (con el 41% en fondos de artículo 6).
Dos tipos de inversores
Y es que, si se atiende al lado de la demanda, se puede distinguir entre dos tipos de inversores con objetivos y necesidades divergentes. Por un lado, están los inversores institucionales. Estos inversores han mostrado durante mucho tiempo una demanda constante de productos financieros socialmente responsables y sostenibles, lo que ha impulsado a los proveedores a mejorar y ofrecer productos más sostenibles. Por otro lado, encontramos a los clientes privados, cuya prioridad suele ser la rentabilidad financiera. Aunque en momentos de inestabilidad su preocupación por la sostenibilidad puede ser baja, en periodos de estabilidad tienden a enfocarse más en este aspecto. Por ello, ha quedado claro que lo que impulsa la demanda, y puede impulsarla más en los próximos meses y años, es la mejora y ampliación de la oferta.
Los factores estructurales que nos han conducido a esta coyuntura no han experimentado transformaciones de importancia que mejoren la situación. La transición hacia un modelo económico más sostenible es imperativa y demanda inversiones considerables. En este contexto, los asesores financieros se enfrentan a un desafío importante: deben adquirir un profundo entendimiento del ámbito de las finanzas sostenibles para poder comunicar de manera efectiva su importancia y beneficios a los clientes, no solo en época de bonanza. Solo así podremos asegurar un futuro más próspero y equitativo para las generaciones venideras.
La sostenibilidad en EFPA Congress
¿Sabías que la sostenibilidad financiera en el nuevo marco del asesoramiento será uno de los temas a debatir en una de las mesas redondas de EFPA Congress? Moderada por Andrea González, miembro del comité académico de EFPA España y directora General de Spainsif, contará con las voces de Oliver Canosa, head of ESG Services de Tecnoambiente; Mark Halle, senior advisor Nature Finance; Patricia Rodríguez, asesora de Mercados Financieros en AEB, y Gemma Sanchez Danes, EFRAG SR Leadership team. Inscríbete y reserva aquí tu plaza: