Si hablamos en términos financieros, a estas alturas del año, 2023 ya apunta sus propias maneras. Por este motivo, EFPA España programó un webinar con el objetivo de arrojar luz sobre un tema en concreto: el crédito. ¿Ha vuelto? ¿Qué podemos esperar en un escenario de subida de tipos? ¿Hay razones para el optimismo? Acompañada por Begoña Alfaro, delegada territorial del Comité de Servicios a Asociados EFPA España (País Vasco y Navarra), la directora de Cuentas de Schroders, Inés del Molino, fue la ponente encargada de responder.
¿Por qué creemos que este es el año del crédito europeo?
El año 2022 fue, literalmente, el peor ejercicio para la renta fija de los últimos 50 años. El mercado de crédito, en concreto, recibió un castigo superior al experimentado durante la pandemia cuando, a pesar del freno de la actividad corporativa a nivel global, la caída del crédito fue la mitad que en 2022. Pero, tras esta tormenta, empezamos a ver ya señales de recuperación en este comienzo de año en el mercado de crédito en Europa que nos hacen ser optimistas.
¿Qué razones hay para ese optimismo con el crédito europeo?
Los fundamentales de las empresas parecen sólidos, y vemos que, por ejemplo, el sector financiero muestra menos vulnerabilidades que las que históricamente ha mostrado. Además, los diferenciales siguen ajustándose, tanto en el segmento de grado de inversión, como de alto rendimiento. Por ejemplo, el precio medio del crédito de alto rendimiento ofrece importantes oportunidades alcistas para los inversores que compensan de sobra el riesgo de impago, ya que muchas empresas están en buena situación tras haber saneado sus balances durante la crisis del COVID-19.
¿Qué riesgos habría que tener en cuenta?
Hay dos riesgos potenciales para este mercado, uno es la inflación, que puede socavar el valor nominal de cualquier bono a medio plazo. El segundo es que, si se entra en una recesión fuerte, las tasas de impago pueden aumentar temporalmente.
Con respecto a la inflación, creemos que hemos visto el techo. Un invierno relativamente suave y la caída del precio del gas han amortiguado la crisis energética en Europa y, con ello, las presiones inflacionistas en el viejo continente.
Por otro lado, teniendo en cuenta las encuestas empresariales, que reflejan unas perspectivas pesimistas, creemos que las empresas serán más prudentes en su uso del apalancamiento, limitando así las tasas de impago. Ya en los últimos meses hemos visto a varios emisores comprometerse con una política financiera más conservadora, menos fusiones y adquisiciones financiadas con deuda y amortización de ésta. Esperamos que esta tendencia continúe a lo largo de este año. Además, creemos que ambos riesgos están bien compensados para los inversores actualmente.
¿Se puede volver a considerar el crédito un componente estable de la cartera?
El aumento de los rendimientos de los bonos y de los diferenciales de crédito en 2022 abarató los flujos de caja que proporcionan los bonos. Ahora, creemos que estos ingresos serán una parte mucho más importante de la rentabilidad de los bonos durante los próximos meses y proporcionarán un mayor colchón contra la volatilidad este año. También, cabe destacar que la dispersión del mercado ha aumentado en un contexto en el que las empresas de buena calidad se han visto afectadas indiscriminadamente. Por ello, será importante realizar una selección cuidadosa, buscando, sobre todo, emisores con flujos de efectivo que se incrementen con la inflación o modelos de negocio resilientes a la desaceleración.
¿En qué sectores ven mejores oportunidades?
A través de nuestro fondo Schroder ISF EURO Corporate Bond estamos sobreponderados en crédito de empresas financieras, sector inmobiliario, medios y transporte, mientras que infraponderamos sectores vinculados al consumo, asistencia sanitaria y telecomunicaciones. Los servicios financieros continúan siendo un sector esencial en la cartera, ya que pensamos que los fundamentales siguen siendo sólidos y sigue habiendo margen para el ajuste
¿Es posible invertir de forma sostenible en crédito sin renunciar a la rentabilidad?
Sin duda. En Schroders aplicamos criterios ESG en todos nuestros fondos porque estamos firmemente convencidos de que la inversión sostenible puede ofrecer rentabilidad ajustada al riesgo a largo plazo, pues la inversión sostenible no solo se centra en el crecimiento, sino en cómo se logra obtener. Al incorporar emisiones de empresas que se están haciendo más sostenibles y que, probablemente también están reduciendo sus costes, incrementando su rentabilidad e incluso reduciendo su componente cíclico, se pueden obtener buenas rentabilidades ajustadas al riesgo.