Vuelve el clásico de todos los años: el sorteo extraordinario de la Lotería de Navidad reparte 2.408 millones de euros. Y, con él, vuelve ‘la paradoja del premiado’. ¿Por qué muchos agraciados con el décimo no logran fijar e incrementar su capital tras el codiciado golpe de suerte?
De entre los 172 millones de décimos emitidos en el sorteo de Navidad del Gordo, hay premios en más de 26 millones de décimos, aunque con cantidades muy dispares, eso sí. Hacerse con un pellizquito puede parecer fácil, pero no lo es tanto llegar a ser ‘millonario’. Al contrario, uno de los fenómenos más frecuentes que se repite entre quienes presumen de haber ganado la lotería es que muchos son los que vuelven a la casilla de salida a los pocos años.
Qué hacer si tu décimo es premiado
¿Qué sucede para que eso pase? O, mejor dicho, ¿qué no sucede? Desde EFPA España han identificado una serie de errores comunes que hay que evitar para preservar el capital y obtener las mejores rentabilidades. Es decir, ir de más a más, y no de más a menos. En primer lugar, no tomar decisiones precipitadas. Hay que compulsar el décimo del ‘Gordo’ ante notario y ser discreto. En segundo lugar, antes de hacer planes, hay que recordar que, como veremos, una parte del premio se la lleva Hacienda.
Un error muy común es derrochar el premio y gastarlo de forma compulsiva sin analizar urgencias financieras, circunstancias y necesidades personales a corto, medio y largo plazo. Una cosa es darse un capricho, y otra muy distinta dejarse llevar por un capricho. En este contexto, contar con ayuda profesional es clave. Una persona experta, y preferiblemente certificada como asesor o planificador financiero, que se encargue de diseñar una estrategia a medida para maximizar el ahorro a largo plazo.
Tapar agujeros: ¿siempre?
Tapar agujeros suele figurar entre las primeras opciones de quienes deben gestionar un premio, más en un momento como el actual. EFPA España detecta que son muchas las personas que no analizan si liquidar préstamos o hipotecas es, según sus condiciones, la mejor opción. Por ejemplo, si la hipoteca está negociada a tipos muy bajos y la rentabilidad que se puede lograr vía inversión en productos financieros es superior, sería mejor no adelantar pagos y optar por otras fórmulas.
A pesar de que el sorteo del Gordo lleva entre nosotros más de 200 años (se estrenó en 1812), existe un sesgo en el que es común caer. Que ‘toque’ el décimo del ‘Gordo’ no convierte al afortunado automáticamente en millonario (es decir, en una persona que tiene o acumula capital por un valor superior al millón de dólares). El valor del premio o décimo ha evolucionado con los años y aunque contemos con un décimo premiado, lo que podemos recibir por él (unos 400.000 euros sin descontar impuestos) no tiene el mismo valor que hace unas décadas.
Premio no es lo mismo que fortuna
En 1978, por ejemplo, el décimo premiado costaba unos 12 euros, pero su valor daba para comprar cuatro casas y 14 automóviles. Es decir, la posibilidad de darse un capricho, tapar agujeros, hacer un viaje, adquirir una casa y asegurar el futuro de la siguiente generación familiar mediante, por ejemplo, la adquisición de bienes inmuebles era más plausible. Hoy el décimo premiado apenas da para una vivienda en Madrid o Barcelona, si llega. Otro gallo canta para quien tiene la suerte de poseer toda la serie.
Lo curioso es que, a pesar de la evolución del valor del premio, el precio del décimo lleva 20 años congelado. Mientras la inflación reparte su influjo en prácticamente todos los sectores, la lotería se ha quedado al margen. Hasta ahora: según las palabras del presidente de la Sociedad Estatal de Lotería y Apuestas, Jesús Huerta, en algún momento, más pronto que tarde, “tendrá que subir”.
Un pellizco para Hacienda
Lo que sí ha subido con el paso de los años, a pesar de que muchas veces no se tiene en cuenta, es la cantidad de impuestos asociados a los premios, lo que también repercute en que los agraciados perciban menos dinero. En concreto, como destacan desde EFPA España, se mantiene el gravamen especial del 20% para todos los décimos premiados, a partir de 40.000 euros.
De este modo, solo tienen la obligación de tributar el “Gordo”, el segundo y el tercer premio. Es decir, el importe neto del premio ‘Gordo’ de Navidad (400.000€ por décimo), tras el pago de impuestos, ascendería a 328.000 euros, el segundo premio (con un importe de 125.000€), se situaría en 108.000 euros y el tercero se reduciría de 50.000 a 48.000 euros, tras el pago de impuestos. De tal forma, el cuarto y quinto premio, dotados con 20.000€ y 6.000€ por décimo, respectivamente, quedarían completamente exentos.