“Por cada sesgo sicológico hay un sesgo contrario. Además, hay personas que son más proclives a un sesgo que a otro. Por ello es importante conocer a las personas a las que asesoramos, saber con qué tipo de clientes trabajamos” Este es uno de los mensajes que lanza Pedro Rey Biel, profesor titular del departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad de ESADE.
La Economía del comportamiento, ¿Qué es?
La economía del comportamiento combina enseñanzas de la Economía y la Psicología para entender las razones del comportamiento humano. La economía del comportamiento, además, desarrolla y realiza experimentos de laboratorio de campo para predecir cómo se comportarán los individuos en diferentes contextos. Utiliza, además, este conocimiento para diseñar intervenciones a gran escala y evaluar su impacto.
Pedro Rey Biel recuerda que uno de los más brillantes estudiosos de esta materia es Richard Thaler, Nobel de Economía en 2017. También sobresalen los estudios de otros de otros economistas que recibieron este galardón como Robert Fogel (1993), George Akerloff (2001), Daniel Kahneman (2000), Elinor Ostrom (2009) y Robert Shiller (2013).
Sesgos importantes para la inversión
Los sesgos, son un elemento importante en la teoría de la economía conductual. Estos influyen en las decisiones, generando brechas entre el pensamiento racional y el real. Los sesgos explican el por qué las personas actúan contrariamente a los beneficios frente a los problemas de salud y bienestar humano.
Kanheman decía que entre los sesgos más extendidos están los relacionados con las preferencias sociales, los relacionados con la racionalidad limitada y los relacionados con la voluntad limitada.
1. Sesgos relacionados con las preferencias sociales:
- Sesgo del Status Quo: Tendencia humana de mantener el estado actual de las cosas.
- Sobrecarga cognitiva: Es la cantidad de esfuerzo mental y de memoria utilizados en un segmento de tiempo dado. La sobrecarga ocurre cuando el volumen de información ofrecido excede la capacidad que tiene la persona para procesarla. Esto es muy habitual cuando vamos a unos grandes almacenes y nos estimulan con exceso de información: exceso de productos, de tamaños, de colores, de etiquetas … al final tenemos tantas opciones que somos incapaces de elegir, de tomar una decisión. ¿Lo más común? Elegimos algo que no necesitamos o que no nos conviene, pero siempre elegimos algo.
- Normas Sociales: Son las normas no explicitas que rigen la conducta dentro de una comunidad.
2. Sesgos relacionados con la racionalidad limitada:
- Optimismo y exceso de confianza: A pesar de conocer los riesgos las personas se consideran exentos de los efectos negativos.
- Aversión a la pérdida y a desperdiciar oportunidades: Las decisiones humanas se encuentran más afectadas ante la sensación de pérdida que ante la oportunidad de generar ganancias. Esto es muy habitual en la inversión en bolsa, nos duele mucho más perder que la recompensa que tenemos al ganar.
- Encuadre: Por lo general las personas toman decisiones diferentes dependiendo de la manera con que se le describan o encuadren las alternativas.
- Anclaje: Cuando se toma una decisión que involucra una gama de opciones, los individuos tienen a tomar un punto de referencia que consideran normal.
- Heurística del afecto: Las decisiones están influenciadas por el afecto y las emociones; la información es más efectiva si se dota de un contenido emocional. Esto es muy habitual, por ejemplo, en los anuncios de coches: nos venden un modelo porque representa poder o nivel social y nos trasladan la sensación de “me gusta conducir” o sensación de “seguridad, comodidad para toda la familia”.
3. Sesgos relacionados con la fuerza de voluntad limitada:
- Preferencias inconsistentes con el tiempo: Sobrevaloración del presente en detrimento del futuro. Pedro Rey Biel hacía referencia a una obra de teatro en la que el protagonista debe decidir si prefiere tener hoy 100.000 euros o dentro de 10 años 1 millón de euros. Muchas veces optamos por lo más cercano, por lo más inmediato.
- Agotamiento del ego y fatiga al tomar decisiones: Imposibilidad de mantener la atención sobre las situaciones por espacios prolongados de tiempo.
- Sesgo del egoísmo limitado: Explica que las personas se comportarían diferente si pudieran tomar las decisiones aislados o en privado.
Pedro Rey Biel, profesor titular de Economía, Finanzas y Contabilidad de ESADE, explica:
“La economía del comportamiento aporta realismo, aparte de anécdotas muy divertidas. Lo podemos ver claro con dos personajes que todos conocemos. Uno de ellos sería Homer Simpson, la economía tradicional y el otro Spok de la película Star Trek, que representaría a la economía del comportamiento. La primera asume que no cometemos errores, que siempre tomamos la mejor decisión, que valoramos todas las alternativas y elegimos sabiendo porqué elegimos. La economía del comportamiento asume que tenemos dificultades para comprender las probabilidades y, que nos comportamos de forma diferente en un entorno de certidumbre que en otro de alta incertidumbre”