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La geopolítica, los tipos y la volatilidad en el punto de mira en el mes de octubre

Octubre

Asesores e inversores inician un trimestre decisivo para cerrar un ejercicio cuyo resultado final depende de cómo afronten los muchos riesgos de ese periodo. Es importante tener claro qué datos y comportamientos hay que vigilar más estrechamente para no llevarse sobresaltos ni reaccionar con imprudencia. Hay, sin duda, más riesgos de los habituales, por lo que el tema principal del número de octubre de Asesores Financieros EFPA no duda en consultar a profesionales de larga trayectoria y reputación sobre estos.

Están en juego las carteras del ejercicio de 2024. Porque no será fácil obtener un resultado semejante al del pasado año y existe también el riesgo, ante el nerviosismo que se aprecia en los mercados, de que lo logrado en los nueve primeros meses del año se eche por tierra en el último trimestre.

Hay quien maneja incluso la posibilidad de cerrar con pérdidas, si se repitieran reacciones como las del primer lunes de agosto pasado. Ante esta situación, asesores financieros e inversores deben afinar sus decisiones y ser plenamente conscientes de los riesgos a los que se enfrentan en estos últimos meses para preservar los beneficios obtenidos. De ellos hablamos, reunidos para la ocasión, con algunas voces expertas e invitadas expresamente por la revista para analizar e identificar las fuerzas que marcarán este final de año.

Octubre, mes de ‘mudas’

El último trimestre es un periodo decisivo para los mercados, tanto para la renta fija como para la renta variable. Este año se dan unas circunstancias especiales que lo hacen más arriesgado. No se nos debe olvidar que los mayores cambios en los mercados bursátiles suelen ser en octubre, el periodo del colapso de 1929 que inició la Gran Depresión y el lunes negro de 1987, que algunos recordamos muy bien.

El de este ejercicio viene rodeado de especiales riesgos entre los que más resuenan están una fuerte volatilidad, los tipos de interés y la geopolítica. Y ello, sin olvidar la recesión, temor que aparece y desaparece, pero sobrevuela como espada de Damocles. Además, hay un hecho singular que es necesario tener en cuenta en este final de año: “Venimos de una pandemia -dice Jaume Puig, director general de GVC Gaesco- y los modelos que tenemos y con los que hemos trabajado no incorporaban una pandemia. Se nos había olvidado, por ejemplo, que después de una pandemia, el consumo sube, tal y como ocurrió con la pandemia de 1918, de la mal llamada gripe española”.

Si se revisan los factores que provocan la volatilidad de los mercados, uno se da cuenta de que nos encontramos en un escenario alto de riesgo. De ahí el nerviosismo que aflora la aparición de uno solo de ellos. Por ejemplo, existe una gran sensibilidad en estos momentos a los datos de inflación tanto en Europa como en Estados Unidos por la influencia que tienen en las estrategias que adopten los bancos centrales respecto a los tipos de interés. También respecto a los datos de empleo y, sobre todo, se observan con suma atención los índices de crecimiento del PIB tanto en Europa como en Estados Unidos.

El fantasma de la recesión

Sin embargo, Jaume Puig confiesa: “Para mí lo más importante es seguir los datos del sector servicios porque en la fortaleza de este sector, por la demanda de los consumidores, está gran parte de la bonanza económica actual”. Puig señala también que “además de una demanda grande de servicios, el ahorro crece” y ello le lleva también a considerar la importancia de controlar que se mantengan las tasas bajas de paro que permiten financiar esta demanda”.

La palabra “recesión” sigue sobrevolando como una mariposa sobre la cabeza de muchos analistas, que no descartan dificultades económicas si llegara a posarse en alguna de las dos partes del Atlántico. Rob Almeida, director de inversiones y estratega global de MFS, decía a finales de agosto pasado en una entrevista a Funds Society que “algo tiene que retroceder en los mercados, porque crecieron demasiado. Vamos a tener una recesión muy grande”. El 55% de los inversores encuestados por Janus Henderson para su informe Insights for a Brighter Future confiesa que está preocupado por una posible recesión.

Las cosas parecen verse de otro color en el Viejo Continente y así Ramón Alfonso, socio fundador Norz Patrimonia, afirma que “el entorno económico sigue siendobueno y los resultados empresariales
muestran fortaleza”. Por su parte, Puig asevera: “En las últimas recesiones siempre ha habido una euforia previa y yo no la veo en estos momentos. Las OPAS que se están produciendo tienen sentido para los compradores y los precios son muy realistas. Tampoco se ve a los inversores en esa euforia previa”.

Evolución de los tipos

Sin embargo, Daniel Sullà, director de Caja Ingenieros Gestión, matiza que “las valoraciones de esas operaciones siempre han estado en el rango alto”. Para Jaume Puig, una de las grandes preocupaciones en este último trimestre del año es la evolución de los tipos a largo: “Los cortos ya sabemos que bajan-afirma- pero el indicador a seguir son los tipos a largo por el hecho de que la prima temporal exista”. Por su parte, Sullà considera que “hasta el momento la política monetaria ha tenido menos impacto de lo que cabría suponer, aunque restrictiva, va a provocar algunas consecuencias”. Alfonso reafirma por su parte que seguir la evolución de los tipos a largo plazo es, efectivamente, “crucial para la marcha de la economía y los
mercados
”.

Un elemento que está produciendo volatilidad en los mercados es el del impacto de la inteligencia artificial en los diversos sectores y en gran número de compañías. Al uso de algoritmos de alta frecuencia y el trading automatizado, que amplifican las reacciones del mercado a corto plazo, se une ahora la inteligencia artificial como impacto de la tecnología. Para Jaume Puig “no se puede hablar de una burbuja de la inteligencia artificial comparándola con la burbuja de las ‘puntocom’. Considera que “las compañías relacionadas con la inteligencia artificial suponen el 25% de los beneficios empresariales declarados, mientras que las punto. com apenas llegaban al 5%”.

Es verdad, sin embargo, que en Estados Unidos se ha abierto un amplio debate (ver páginas 14-19 de esta revista) cuestionando la mejora de los ingresos de las grandes tecnológicas gracias a la inteligencia artificial y teniendo en cuenta las grandes inversiones que se están realizando. Tal debate, si se sigue extendiendo, podría suponer una pesada losa en el crecimiento de las cotizaciones de estas empresas.

Octubre y los geopolíticos

Si algo han mostrado los mercados financieros en los últimos tiempos ha sido su gran capacidad para asumir los grandes riesgos geopolíticos. Reaccionan a corto plazo, pero a medio y largo plazo incorporan con toda naturalidad los acontecimientos geopolíticos en un ejercicio que no deja de ser sorprendente, aunque resulte habitual. Ramón Alfonso afirma que hasta la fecha ningún riesgo geopolítico ha cotizado de manera fuerte: “A lo sumo -dice- ha sido un latigazo de volatilidad que en tres o cuatro días ha vuelto a los niveles anteriores”. Otra cosa, bajo su punto de vista, “son las situaciones en las que los conflictos geopolíticos ponen en riesgo la cadena de suministros porque en esos casos afecta durante más tiempo a la economía y los mercados hasta que la situación se logra restablecer”.

Sin embargo, son muchos los analistas que consideran que la evolución política en Europa y en Estados Unidos va a tener consecuencias en la economía y los mercados. Y no solo los analistas: el reciente informe de Janus Henderson que se ha mencionado anteriormente revela que las elecciones presidenciales (78%) preocupan a los inversores estadounidenses más que la inflación (70%) y los tipos de interés (57%). Como consecuencia de ello, más de 6 de cada 10 encuestados planean reducir el riesgo de cartera hasta después de que se decidan las elecciones a Presidente.

Kamala vs Trump

Para poner en contexto estos datos es importante añadir que los inversores encuestados señalan que en el escenario de la próxima década la mayor preocupación es la discordia política en Estados Unidos (77%) y en tercer lugar (66%) la deuda nacional. La elección entre Kamala Harris y Donald Trump para ocupar la presidencia de Estados Unidos impone, por tanto, una cierta reflexión teniendo en cuenta que ambos defienden modelos de sociedad y de economía que resultan en algunos casos antagónicos, aunque Daniel Sullà señala que “los candidatos no son tan diferentes cuando se trata de defender las opciones fundamentales”.

En cualquier caso, las relaciones con China y Rusia y el posicionamiento ante la demanda energética y el medio ambiente se verán afectados en el caso de que Donald Trump lograra volver a la Casa Blanca. Y, sin duda, las propias relaciones con la Unión Europea y con los organismos en que ambos participan sufrirían un cambio que Bruselas está teniendo ya en consideración.

Sin embargo, es verdad que los datos desmontan en buena parte el temor de la mayoría de los analistas e incluso de los inversores. Si uno observa el comportamiento del S&P 500 después de celebrar elecciones en Estados Unidos descubre algunos patrones en la semana posterior a los resultados: después de la elección de 2016, cuando Donald Trump ganó, el S&P 500 subió un 1.4% en la semana siguiente. En 2020, tras la elección de Joe Biden, el S&P 500 subió un 2.2% en la semana siguiente. Caben variadas conclusiones ante estos datos: el cambio cotiza al alta. Pero, la conclusión más importante es que el resultado electoral borra las incertidumbres y hace subir los mercados. Las expectativas económicas y fiscales que acompañan siempre a una campaña electoral cotizan siempre al alza, especialmente para algún sector económico.

Este artículo no acaba aquí. Descárgate el número 17 de Asesores Financieros EFPA para saber más y acceder a los dos apoyos que te ayudarán a tener una visión aún más completa.

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