AEB y CECA diseñan un protocolo estratégico para reforzar el compromiso social y sostenible de la banca, fomentado por la importancia que supone dar un impulso a la formación financiera. La banca ha contribuido al bienestar de la sociedad con el desarrollo de numerosas acciones como la educación de los jóvenes y mayores, la inversión en el patrimonio histórico y cultural, o el impulso a iniciativas solidarias que apoyen proyectos de inclusión a los colectivos más desfavorecidos.
En cuanto a las medidas de fomento de la formación de la plantilla, de este protocolo se pueden extraer acciones como:
“impulsar la formación de trabajadores, ofreciendo al 100% de la plantilla herramientas tendentes a la mejora de su capacitación y el desarrollo de competencias necesarias para facilitar su adaptación a los cambios en el sector empresarial. Además, el sector se compromete a promover la realización periódica de acciones de formación de habilidades digitales a su plantilla, que permitan conocer su nivel de madurez digital y acelerar su progreso”.
En todo el mundo las entidades de crédito se enfrentan a diversos retos que les obligan a valorar de nuevo sus modelos de negocio y la forma en la que pueden y deben seguir prestando sus servicios de intermediación financiera a sus clientes.
Las entidades financieras tienen la responsabilidad de dar confianza a los ahorradores y de mantener el flujo de crédito que necesitan las familias y las actividades productivas.
Esto se materializa también en la creación de compañías, generación de empleo y activación del consumo e inversión, pero siempre tratando de hacerlo del modo más eficiente posible.
En esta línea, el documento propone promover la mejora del acceso a los servicios de recolocación para los empleados afectados por las reestructuraciones.
Por ejemplo, analizando iniciativas para alcanzar mejoras en los servicios de recolocación sobre los legalmente exigibles; promoviendo fórmulas de apoyo de entidades de recolocación externas; apoyando y promoviendo la llamada economía senior o Silver Economy, facilitando su contribución en segunda carrera, si así lo desean; o promoviendo con especial foco el impulso de planes de emprendimiento para aquellos trabajadores desvinculados que deseen comenzar una segunda carrera como autónomos (ejemplos de este perfil son todos aquellos Business Angels).
Por otro lado, AEB y CECA indican que:
“el sector bancario es plenamente consciente del talento y las capacitaciones de las que disponen sus antiguos empleados, y una de sus prioridades en este ámbito es ayudar a canalizarlo de forma que beneficie a la sociedad”.
Bajo esta premisa, se propone:
“impulsar la incorporación de antiguos profesionales, en la actualidad retirados, a fundaciones y organizaciones para aprovechar su talento maximizando su aportación a la sociedad”.
Medidas de fomento de la educación financiera y digital
Otro tema destacable se refiere a las medidas de fomento de la educación financiera y digital, como aspecto prioritario para el sector. Es cierto que las entidades financieras llevan algunos años trabajando para hacer más comprensibles los conceptos económicos y favorecer que los clientes tomen decisiones financieras con un mayor control.
Por ello, la idea que se plantea es:
“promover una red de educación financiera y digital que facilite a la sociedad obtener los conocimientos adecuados para poder operar con total seguridad en los nuevos entornos y canales puestos a su disposición, por ejemplo, generando la implantación de plataformas abiertas on-line que ofrezcan cursos de educación financiera”.
Por último, entre otros temas, se establece un punto referente a las medidas de fomento de la sostenibilidad. En concreto, se señala que:
“por su actividad, el sector bancario no es una industria contaminante. Pero es indudable que le corresponde desempeñar un papel clave en este proyecto común, por su función de canalización de recursos financieros hacia los proyectos de inversión necesarios para la transición hacia un nuevo modelo económico”.
Se establece una visión muy clara para afrontar este punto, como lo es:
“contribuir de forma proactiva a acelerar los avances hacia una economía sostenible favoreciendo la adopción de estrategias orientadas a la reducción de sus impactos a través de la gestión de su propia huella medioambiental, así como promoviendo el desarrollo de productos y servicios que acompañen a sus clientes en su proceso de descarbonización o a llevar una transición sostenible. Además, se debería incorporar la sostenibilidad dentro del conjunto de preferencias de sus clientes que se toman como criterio para la comercialización de servicios de inversión y favorecer la divulgación relativa a la importancia de la sostenibilidad”.