“La actual crisis energética que sacude al mundo ha puesto en valor la seguridad del suministro y la necesidad de contar con una energía sostenible a un precio que no erosione la competitividad económica” Este es uno de los mensajes que lanza Joan Batalla, presidente de Sedigás: la Asociación Española del Gas – creada en 1970- y que agrupa a las empresas del sector gasista español que desarrollan su actividad en los ámbitos de la producción, el transporte, la distribución y la comercialización de gas natural y gases renovables.
Sistema gasista español: robustez y resiliencia
Joan Batalla repasa el comportamiento de los precios de esta materia prima en el último año:
“Sí que es cierto que el uso del gas natural como arma de guerra por parte de Rusia ha condicionado totalmente su precio, pero también hay otros elementos previos, de oferta y demanda en los mercados internacionales, que ya fueron precursores de la tendencia al alza en los precios y también origen de la fuerte volatilidad en la segunda mitad de 2021. Desde el fuerte repunte de la actividad económica en todo el mundo tras el Covid-19, las actuaciones de reparación y mantenimiento de algunas instalaciones de producción que fueron pospuestas por la pandemia, o la suma de factores climáticos como las olas de frío en Asia, un gran competidor de Europa en la compra de gas natural licuado, o la sequía en Sudamérica que limitó sustancialmente la producción hidroeléctrica.”
Hasta hace un año, antes de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, la seguridad del suministro ni se cuestionaba. Se daba por descontada y ya sabemos todos que eso no es así. Ahora España puede contribuir a la seguridad del suministro de sus socios europeos.
España cuenta con una red de transporte amplia y con 6 plantas de regasificación, la infraestructura de recepción y almacenamiento de GNL más importante de Europa.
“Contamos -a diferencia de otros muchos socios europeos- con un aprovisionamiento fuertemente diversificado: el gas llega en formato líquido (GNL) y en formato gas (GN) desde más de 14 países diferentes. El GNL llega por buques metaneros desde EE. UU., Nigeria, Catar…, mientras que el GN llega por gasoducto desde Argelia a través del Medgaz que une la costa argelina con Almería. En los últimos doce meses EE. UU. supera ya a Argelia como principal suministrador gasista de nuestro país, pero por muy poca diferencia”
Por lo tanto, el sistema español es robusto, resiliente y diversificado. Su capacidad de almacenamiento y regasificación sitúa a nuestro país en disposición de dar una respuesta solidaria, eficiente y estratégica a la seguridad del suministro de la Unión Europea.
Interconexiones gasistas. España ¿un hub europeo?
Europa debe avanzar hacia un mercado energético común y España puede jugar un papel muy importante gracias a las infraestructuras disponibles. Cuenta con un tercio de la capacidad de almacenamiento de gas natural licuado en Europa y cerca de un 25% de la capacidad total de regasificación.
“Se trata de pensar en el conjunto de la UE y no solo en el corto plazo, sino en el futuro de medio y largo plazo. No se trata buscar soluciones ni respuestas individuales a la garantía de suministro, a la mejora de la eficiencia energética, a los altos costes o el propio proceso de transición ecológica”
La capacidad nominal de exportación a Francia (y el resto de Europa) es de aproximadamente 7,3 bcm/año. Por tanto, las posibilidades de enviar gas desde España a los países más expuestos ante una potencial interrupción del suministro de Rusia son limitadas (a pesar de contar con la relevante infraestructura de recepción de GNL y el gasoducto que transporta gas desde Argelia).
Con el proyecto MidCat – la no completada interconexión gasista España-Francia por Cataluña – la capacidad de exportación a Europa se podría doblar. Pero ese proyecto fue abandonado en enero de 2019. La realidad ha cambiado y una inversión como la necesaria para materializarlo podría ser más que compensada con los beneficios que puede reportar en términos de seguridad de suministro, diversificación de fuentes de origen y palanca para convertir a España en un hub del gas renovable, biometano e hidrógeno verde.
La descarbonización del sector gasista: gases renovables
La red gasista española suma más de 100.000 kilómetros preparados para la circulación de gases renovables (primero biometano, y después hidrógeno), que, con un refuerzo de las interconexiones pueden colocar a nuestro país a la cabeza de la carrera de los gases renovables en Europa.
“La gran apuesta europea son los gases renovables. El objetivo es duplicar el uso de hidrógeno verde hasta los 20 millones de toneladas y llegar a cubrir el 10% de la demanda de gas natural de la UE con biometano. España ha sido identificada como el país con mayor potencial de producción de hidrógeno verde y también como uno de los tres primeros en la de biometano. Tenemos el potencial y también la capacidad técnica y las infraestructuras para hacerlo posible” destaca el presidente de Sedigas, Joan Batalla.
El sector aspira a acelerar el impulso a estos dos gases renovables. Actualmente España cuenta con cinco plantas de producción que actualmente inyectan biometano en la red gasista, pero existen más de 200 proyectos en cartera preparados para poder materializarse en los próximos años.
Transición energética: ¿podría verse frenada por la crisis económica? Joan Batalla es claro y directo:
“puede haber dudas de cómo caminar hacia los objetivos de descarbonización, pero no podemos renunciar a la transición energética. Debemos hacerla compatible con la competitividad de su economía y su tejido empresarial”
Éste debe ser un objetivo compartido con todos los ciudadanos que debemos – en nuestro día a día- ser más conscientes del consumo de energía que realizamos y ver cómo podemos nosotros también contribuir a un menor gasto y mayor eficiencia.