Con 51 años y más de 25 de experiencia en el sector financiero, Enrique Carrasco (EIP) inició el pasado mes de septiembre nueva etapa como Private Banker de Banco Mediolanum. El primer objetivo más que claro: consolidar su cartera de clientes y seguir desarrollándola, principalmente, en los próximos tres años. Es un movimiento que destacamos en el número 18 de Asesores Financieros y cuya entrevista compartimos íntegramente aquí.
Cuéntanos algo más de tu trayectoria, Enrique…
Llevo más de 25 años de experiencia en el sector financiero. Empecé muy joven como director de oficina en Banco Guipuzcoano, un desafío que me permitió aprender mucho como profesional. Posteriormente tuve mi primer contacto con la banca personal en mi etapa en BBVA y ahí descubrí que el asesoramiento financiero es lo que realmente me apasiona.
¿Cuándo y cómo o a través de quién empieza a interesarte este ‘mundo’?
Durante mi etapa universitaria me especialicé en macroeconomía y me interesé en cómo reacciona el mercado ante los grandes movimientos. Saber explicar esto a clientes, día a día, me resulta muy útil. En nuestra profesión también es importante realizar esa pedagogía, especialmente en momentos de incertidumbre.
¿Cómo surge este movimiento laboral, Enrique?
Me empecé a plantear el cambio en 2020, coincidiendo con la crisis del COVID-19. En un momento de incertidumbre total y con una gran mayoría de los ahorradores desinvirtiendo, a través de un Family Banker, cercano a mí, pude ver el acompañamiento que realizaba con los clientes y cómo les tranquilizaba para mantener sus inversiones e incluso de aprovechar las bajadas de los mercados para entrar a mejor precio. Aquello me cambió la percepción completamente y, sin duda, lo que me ha hecho tomar la decisión final ha sido ver cómo realmente se coloca el cliente en el centro.
¿Qué cualidades consideras imprescindibles en un/a asesor / planificador financiero?
Transmitir tranquilidad, principalmente en los momentos de incertidumbre. Y para ello, estar formado es esencial. Pero no solo formado en habilidades técnicas, sino en aspectos como la empatía o en la forma de adaptar tu vocabulario al cliente también. Y por último te diría que ser adaptable a situaciones complicadas con las que te encontrarás. Para ello, hacer ejercicios de coaching puede ser muy útil.
Una lección financiera que siempre tienes presente, Enrique…
Sin duda alguna, la quiebra de Lehman Brothers en 2008 supuso un antes y un después en mi vida. Yo en ese momento era director de oficina y el hecho de ver cómo empresas familiares, de varias generaciones, se veían obligadas a cerrar, en muchos casos porque no contaban con una buena planificación y se dejaron llevar por la euforia previa a la quiebra, fue algo muy duro. Por ello, la lección es que la planificación financiera es imprescindible para todas las personas y todas las familias. No podremos evitar los imprevistos, pero podremos afrontarlos mejor preparados.
Un consejo financiero que siempre recuerdas a tus clientes (o a tu equipo, amigos, familia…)
Uno ligado con la pregunta anterior: la clave para conseguir tus objetivos es la planificación. Es algo que he podido ver a lo largo de mi carrera. La mayoría de la gente ahorra sin planificar y de esta forma es muchísimo más difícil conseguir tus objetivos.
¿Un libro o autor al que te guste recurrir?
Me gusta mucho leer y, aunque no suelo optar por libros de economía o finanzas, creo que de todos se pueden sacar aprendizajes y lecciones que nos sirven en nuestro papel de asesor. Ahora estoy leyendo bastante obras de Santiago Posteguillo, un escritor de novelas cuyas tramas transcurren en el imperio romano.
¿Qué desafíos o retos consideras van a marcar el asesoramiento este nuevo año?
La victoria de Trump y la evolución de los tipos de interés son algunos de los acontecimientos que deberemos observar. El reto será, como siempre, seguir al lado de los clientes para aportarles tranquilidad en un contexto cada vez más cambiante.