En el número 19 de nuestra revista en papel inauguramos una nueva sección que da voz a los asesores financieros miembros de EFPA España que viven y trabajan fuera de nuestras fronteras: EFPA en el mundo. En esta primera entrega, entrevistamos a Dickson Trujillo que nos cuenta cómo ha sido su adaptación al mercado financiero de Arabia Saudí, un entorno en plena transformación donde la cultura, la regulación islámica y la visión de futuro marcan el ritmo de las oportunidades. Aquí la versión íntegra de nuestra conversación.
¿Qué te motivó a ser asesor financiero y cómo llegaste a trabajar en el país donde resides actualmente?
Soy ingeniero químico de formación, pero tras realizar estudios de posgrado y adquirir experiencia en planificación estratégica, me especialicé como economista petrolero. Llegar al Medio Oriente representó un paso natural en mi carrera. Mi rol principal consiste en analizar la viabilidad de proyectos y gestionar portafolios de inversión dentro de la industria petrolera. La motivación para expandir mi carrera hacia el asesoramiento financiero surgió de la necesidad de trasladar muchas de las estrategias de inversión y análisis de riesgos, desarrolladas en el ámbito corporativo, a carteras privadas y a otros sectores económicos. Mi intención a largo plazo es aplicar esta experiencia en España, ofreciendo asesoramiento a inversores internacionales.
¿Cómo fue el proceso de adaptación a un nuevo mercado financiero y regulatorio?
Aunque no ejerzo directamente como asesor financiero, participo activamente en el análisis de inversiones y en la distribución de capital en una empresa con alcance global e impacto en el sector energético. A pesar de no trabajar en el mercado financiero tradicional, he tenido que familiarizarme con diversas particularidades del sistema financiero saudí, como las normas de la Sharia que regulan tanto las inversiones islámicas como los productos financieros. Un concepto clave que he aprendido es el Zakat, que implica un impuesto religioso sobre determinados activos, afectando directamente las decisiones de inversión. Esta característica es esencial para diseñar productos financieros adecuados para clientes locales e internacionales, especialmente aquellos alineados con los principios islámicos.
¿Qué diferencias has encontrado entre trabajar en España y en tu país de residencia actual?
Las diferencias más relevantes se centran en los patrones de inversión y en los elementos culturales que los determinan. En Arabia Saudita, la regulación financiera basada en la Sharia prohíbe prácticas como la usura y exige adherirse a estrictos principios éticos, lo que limita algunas opciones de inversión convencionales. Además, los inversores valoran enormemente la privacidad y la discreción en sus decisiones financieras. En cambio, en España, la inversión suele enfocarse más en la diversificación de activos, la planificación a largo plazo y una mayor tolerancia al riesgo, con amplia accesibilidad a productos como fondos de inversión, acciones y derivados. Estas diferencias representan tanto un desafío como una oportunidad para adaptar las estrategias de asesoramiento financiero.
¿Cómo es percibida la certificación EFPA en Arabia Saudí?
La certificación EFPA es altamente respetada en Europa, pero su reconocimiento en Arabia Saudita depende del contexto local. Aunque puede no tener tanto peso en el mercado financiero nacional, está ganando reconocimiento entre inversores expatriados y empresas internacionales. Las certificaciones locales, como CIBAFI o CIMA, tienen mayor prestigio en el contexto islámico. Sin embargo, con la Visión 2030 de Arabia Saudita, orientada a la diversificación económica, hay un creciente interés en certificaciones internacionales como un valor añadido, sobre todo en empresas que operan en un entorno globalizado.
¿Qué diferencias regulatorias destacarías entre España y Arabia Saudí?
El sector financiero en el Medio Oriente está avanzando hacia una mayor globalización y modernización. La Capital Market Authority (CMA) supervisa productos financieros tanto convencionales como islámicos, creando un entorno regulatorio único. Predominan productos financieros islámicos como los Sukuk (bonos islámicos), fondos de inversión islámicos y estructuras de participación en ganancias y pérdidas. En España, en cambio, la regulación está fuertemente influenciada por las normativas de la Unión Europea, ofreciendo mayor flexibilidad para productos financieros convencionales. Para asesorar en Arabia Saudita, es fundamental entender y respetar las normas de la Sharia, equilibrando productos islámicos y convencionales en las carteras de los clientes.
Comprender la cultura inversora local y anticipar las necesidades de clientes expatriados son claves para asesorar con éxito fuera de España.
¿Cuáles son las principales oportunidades y desafíos en el sector financiero en Arabia Saudí?
El sector financiero saudí está experimentando un crecimiento acelerado, impulsado por iniciativas como la Visión 2030, que promueve la diversificación económica. Las principales oportunidades incluyen el auge de inversiones en energías renovables, infraestructura, tecnología y fintech. Los inversores expatriados también están ejerciendo una influencia creciente. No obstante, uno de los mayores desafíos sigue siendo la necesidad de profundizar en la educación financiera, especialmente en productos islámicos y en la creciente demanda de inversiones sostenibles (ESG). Adaptarse a estas tendencias y a la creciente digitalización será clave para el futuro del sector.
¿Cómo afectan la cultura y el comportamiento financiero de los clientes en tu manera de asesorar?
La cultura islámica y los principios de la Sharia tienen un peso fundamental en las decisiones financieras de los clientes saudíes. Los asesores deben estar bien formados en inversiones islámicas para ofrecer soluciones adecuadas, como Sukuk y fondos Sharia-compliant. Además, los clientes locales valoran enormemente la confianza y las relaciones personales, prefiriendo trabajar con asesores recomendados dentro de su círculo cercano. Por su parte, los expatriados, aunque también consideran los principios islámicos, suelen tener una perspectiva más global y diversificada, lo que requiere un enfoque más amplio en la planificación patrimonial y la inversión internacional.
¿Qué tendencias en inversión o planificación financiera están en auge en Arabia Saudí?
En el Medio Oriente están en auge la banca islámica, los fondos de inversión sostenibles (ESG) y el notable crecimiento del mercado bursátil saudí (Tadawul), que atrae tanto a inversores locales como internacionales. Además, sectores como tecnología, startups y bienes raíces, especialmente impulsados por proyectos como NEOM, están captando gran interés. También existe un creciente apetito por activos alternativos como el capital riesgo y el private equity. La digitalización y la apuesta por las finanzas sostenibles están moldeando claramente el futuro del sector financiero en la región.
¿Qué diferencias has notado en la forma en que los clientes toman decisiones financieras en comparación con España?
Los países del medio oriente está avanzando hacia una mayor globalización y modernización de su sector financiero, abriendo el mercado a normas internacionales. La CMA (Capital Market Authority) supervisa tanto productos financieros convencionales como islámicos, lo que crea un entorno regulatorio único. Los productos financieros islámicos como Sukuk (bonos islámicos), fondos de inversión islámicos y estructuras de participación en las ganancias y pérdidas son predominantes. En España, la regulación es más diversa y está orientada por normativas de la UE, lo que permite una mayor flexibilidad en cuanto a productos financieros convencionales. Las normas de la Sharia en Arabia Saudita son clave, y los productos deben cumplir con ellas, lo que es un aspecto que los asesores financieros deben entender bien, sobre todo si trabajan con clientes locales e internacionales que buscan inversiones que respeten estos principios. Esto se traduce en la necesidad de equilibrar productos islámicos y convencionales en las carteras de los clientes.
¿Qué consejos darías a asesores financieros españoles que quieran trabajar en el extranjero?
Trabajar como asesor financiero en el extranjero, especialmente en Arabia Saudita, exige adaptabilidad y un profundo conocimiento de las normas locales, en especial de las finanzas islámicas. Es fundamental comprender productos como Sukuk, Mudarabah y Musharakah, y conocer bien las regulaciones locales. También es importante estar al tanto de las oportunidades emergentes en sectores como energías renovables, tecnología e infraestructura. Para asesorar a expatriados, el dominio de productos financieros globales y la capacidad de ofrecer soluciones de planificación patrimonial personalizada son esenciales. Además, adaptarse a la cultura de trabajo local, donde las relaciones personales son clave para el éxito profesional, es imprescindible.