El mercado de las criptomonedas se ha desplomado un 70% desde noviembre de 2021 hasta julio de 2022, un “crash” que ha provocado la pérdida de confianza de los inversores, situando al mercado en un “invierno” que se podría prolongar durante un tiempo indeterminado.
Las plataformas de compraventa de activos digitales están viendo como se aceleran las retiradas de dinero por parte de los inversores. Entre ellas, la plataforma 2gether, fundada en el año 2017, ha anunciado su cierre después de años de pérdidas y tras haber sufrido importantes hackeos, dejando desamparados los ahorros de 100.000 pequeños inversores que tenían el objetivo de obtener cierta rentabilidad.
Opciones: prohibir o regular
Como continuación a la entrada de la revista Asesores Financieros EFPA, sobre la Orden Ejecutiva que emitió Joe Biden en Estados Unidos para garantizar el Desarrollo Responsable de los Activos Digitales, cabe destacar el análisis que el experto Joel Seligman realiza en su artículo doctrinal “The Rise and Fall of Cryptocurrency: The Three Paths Forward”. En este contexto de desplome global de la capitalización del criptomercado, el autor del artículo explora como opciones políticas relacionadas con el futuro de las criptomonedas su prohibición y la regulación, explicando las implicaciones de cada alternativa y proponiendo un camino a seguir.
Joel Seligman considera la posibilidad de que Estados Unidos, con el objetivo de combatir la crisis del cambio climático, introduzca gradualmente la prohibición de un consumo excesivo de energía de determinados criptoactivos que superen los niveles especificados en las legislaciones.
La popularidad de las criptomonedas también ha provocado que Estados Unidos muestre cierta preocupación reguladora debido a la falta de una legislación completa y específica que proteja a los inversores.
A pesar de los esfuerzos de regulación, no existe ningún organismo encargado de coordinarlos, de examinar actuaciones ni de adelantarse en este campo que evoluciona tan rápidamente. Por esta razón, la otra vía que propone este experto consiste en crear una única agencia reguladora de criptomonedas independiente. Centralizar esta labor permitiría un cumplimiento más eficaz de los mandatos del uso de energía, de las normas penales y del registro de los productos y medios de comercio. La nueva regulación de los criptoproductos tendría presencia en el Consejo de Supervisión de Estabilidad Financiera.
Europa a la vanguardia de la regulación con MiCA
Siguiendo la opción regulatoria, el Parlamento Europeo y el Consejo han adoptado recientemente un acuerdo provisional, todavía pendiente de aprobación, sobre la propuesta de Reglamento relativo a los Mercados de Criptoactivos (MiCA, por sus siglas en inglés).
A pesar de que algunos Estados miembros ya cuentan con su propia legislación nacional sobre esta materia, la Unión Europea sería la primera jurisdicción en establecer un marco regulador tan completo para los criptoactivos.
El Reglamento MiCA tiene como objetivo proteger a los inversores frente a algunos riesgos asociados a la inversión en criptoactivos y preservar la estabilidad financiera, al mismo tiempo que promueve la innovación y fomenta el sector de los criptoactivos. Con esta nueva regulación, los proveedores de servicios de criptomonedas deberán estar autorizados para operar dentro de la Unión Europea, además de cumplir con una serie de normas de conducta y responsabilidades. Además, según el acuerdo provisional alcanzado por el Parlamento Europeo y el Consejo, MiCA también garantizará la trazabilidad de los criptoactivos con el objetivo de rastrear e identificar las transferencias de estos para prevenir el blanqueo de capitales, la financiación del terrorismo y otros delitos.
La importancia de esta nueva regulación queda patente en la actual coyuntura global de los mercados de criptoactivos, y la urgencia de su adopción ha sido destacada por el Banco Central Europeo.
No obstante, voces como la del Centro de Estudios de Política Europea (CEPS, por sus siglas en inglés) destacan que habría sido más conveniente considerar la criptografía bajo las leyes MiFID existentes en lugar de crear un nuevo marco regulatorio. El escrutinio regulatorio previsto en MiCA no es comparable al que están sometidas las instituciones de los mercados financieros. Por otra parte, cuestiones como que no se prevea un sistema de reconocimiento mutuo con criptomonedas no pertenecientes a la Unión Europea conlleva que los consumidores sigan asumiendo ciertos riesgos.
Por lo demás, la supervisión fragmentada entre los reguladores nacionales y europeos requiere con urgencia un enfoque coordinado internacionalmente.
Así lo ha destacado la Autoridad Monetaria de Singapur (MAS, por sus siglas en inglés) en su respuesta a la pregunta parlamentaria sobre las restricciones de las plataformas de comercio de criptomonedas, señalando que, si bien está considerando la introducción de salvaguardas adicionales para la protección del consumidor, como la imposición de límites a la participación minorista y normas sobre el uso del apalancamiento en las transacciones con criptodivisas, estas medidas requieren la coordinación y cooperación regulatoria a nivel mundial, dada la naturaleza sin fronteras de los mercados de criptodivisas.