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En primera línea: la educación financiera explicada por los formadores voluntarios

Formadores

Cada 1 de abril se conmemora el Día de la Educación, una fecha que nos recuerda el papel que tiene la educación (y educadores y formadores) en el progreso de la sociedad. También -y, de hecho, especialmente- la educación financiera. En palabras de Robert T. Kiyosaki, autor del best-seller ‘Padre rico, Padre pobre’, “es como una vacuna contra la pobreza“, un guante que recoge el Programa EFPA de Educación Financiera para hacer llegar conocimientos financieros básicos que permitan mejorar las capacidades financieras de toda la población. Hoy conocemos a tres de sus formadores, a quienes EFPA España ha entrado un diploma en reconocimiento de su labor.

Iratxe Panadero, Iker Latxaga y Sergio Gutiérrez-Solana son asesores financieros y voluntarios del Programa EFPA de Educación Financiera que la asociación imparte entre gremios profesionales y colectivos, y que actualmente atraviesa por la IX edición. Con una acentuada vocación formativa -entrenada al abrigo de su día a día como asesores-, estos profesionales han dado buena cuenta de que, en materia de educación financiera, aún queda camino por recorrer.

Ellos han tenido la oportunidad de impartir estos conocimientos entre profesionales colegiados y licenciados certificando que, las lecciones financieras no deben darse por ‘sabidas’. Al contrario. Precisamente, por el carácter transversal que tiene, por ejemplo, la compra de una vivienda o la planificación de la jubilación, la sociedad debe poseer un mayor nivel de formación que le ayude a tomar las mejores decisiones al respecto. Es lo que opina Iratxe Panadero, directora de oficina en SafeBrok.

Iratxe Panadero es directora de oficina en SafeBrok.

Más información, más protección

Los clientes se enfrentan a multitud de decisiones que tienen connotaciones económicas y se ven muy desprotegidos. El perfil de los clientes es en general conservador fruto en parte del desconocimiento”, explica Panadero, que en la Jornada de Asesoramiento Financiero EFPA España de Bilbao pudo recoger su diploma en agradecimiento a su labor como formadora. Tal y como comparte, ha podido evidenciar “la necesidad de este tipo de jornadas puesto que los propios colegiados, aunque tengan trabajos cualificados, reconocen que en ninguna etapa formativa han tratado temas financieros”.

Junto a ella, también estuvo Iker Latxaga, que comparte visión: “No debemos cansarnos de repetir las ideas más simples y básicas de una planificación, porque, aunque a nosotros nos parezca que estamos hablando de algo evidente, la gran mayoría de los ahorradores, no han oído hablar de ellas o se las han comentado por encima. No han podido interiorizarlas ni ponerlas en práctica”.  En este sentido, coincide con la opinión de Iratxe, quien afirma con rotundidad: “Creo que debería formar parte de la Educación reglada sin duda”.

Iker Latxaga ha participado en ocho ediciones del Programa EFPA de Educación Financiera.

Asesores y formadores con pasión por la enseñanza

Como en el caso de Iratxe, en el Programa EFPA de Educación Financiera, convergen las dos pasiones de Iker que, al mismo tiempo, lo hacen crecer personal y profesionalmente. En primer lugar, por “el placer que supone ver cómo se iluminan las caras de los participantes cuando comprenden un concepto o asimilan alguna idea nueva”. Por otra parte, añade, “es un espejo sobre tu propio conocimiento. Si no puedes explicar algo de forma sencilla, posiblemente no lo entiendas tan bien como crees”. En último lugar, la posibilidad de ser formador hace que Iker se exponga continuamente a preguntas relacionadas con su trabajo. “A las cuales debes responder y, por lo tanto, debes estar al día con tu propia formación. Con lo que es un buen termómetro de cuáles son tus conocimientos”, valora Latxaga, que ha participado como voluntario en ocho ediciones.

No es fácil, porque, como han detectado, siempre hay resistencias al cambio o inercias aceptadas durante mucho tiempo. “Creo que el punto crítico en la formación es lograr que los participantes abandonen viejas fórmulas de ahorro y costumbres heredadas de generaciones anteriores. El desconocimiento de cómo realizar una planificación y sus posibilidades, hace que los patrones de comportamiento financiero se repitan de padres a hijos que, aunque en su momento funcionaran, el entorno actual penaliza dichas prácticas”, observa Iker.

Formadores para una sociedad más preparada

Una visión sobre la que profundiza Sergio Gutiérrez-Solana, que recibió también el mismo diploma en la jornada de Bilbao. En su caso, es algo que le ha “sorprendido negativamente”. “La gente ha ido “tirando” a base de golpes y autoaprendizaje en las distintas fases de la vida financiera. Podríamos decir que está todo por aprender y asentar, desde los conocimientos financieros más básicos, hasta conocer mejor los productos de inversión”, opina Solana, que se animó a participar como voluntario por la gran carencia de conocimientos financieros que veía en su día a día. “Creo que nosotros, como asesores financieros, tenemos una responsabilidad de mejorar esta situación en nuestra sociedad”, valora.

Sergio Solana recibió el diploma en la jornada de Bilbao, junto a Iker Latxaga e Iratxe Panadero.

Por eso, no duda en recomendar este voluntariado “a cualquier compañero”. Y Sergio esgrime sus razones. “La primera, por la parte más ética de este deber que creo que tenemos de intentar mejorar la educación financiera de nuestra sociedad. “Y la segunda porque -como también apuntaba Iker- es una manera muy buena de estar actualizado de todos los conceptos y materiales que tenemos que usar en nuestro día a día”. 

Asesoramiento con vocación al cliente

Sobre el papel del asesor, Iker lo tiene claro: “El principal reto consiste en saber diferenciarse de los vendedores de producto con discurso. Es decir, los clientes empiezan a conocer la figura del asesor y saben que les traerá beneficios trabajar con ellos. El problema con el que se encuentran es que la gran mayoría de clientes no sabe qué esperar de ellos. Qué les pueden exigir y qué recibirán. De esta forma, muchas veces, cuesta distinguir entre un vendedor con labia y un asesor que aconseja según sus necesidades”. En este contexto, el Programa EFPA de Educación Financiera es clave. “A medida que la formación de los clientes vaya aumentando, irán relegando a los vendedores y trabajarán con asesores. Con lo que creo firmemente que la profesión evolucionará hacia un asesoramiento con clara vocación al cliente”, concluye.

Para Iratxe, la formación está, de hecho, alineada con lo que percibe de los clientes del día a día. “Los participantes de taller, que han tomado consciencia de lo importante que es tener conocimientos específicos en esta área, ven en estas jornadas la oportunidad de obtenerlos de una fuente imparcial y lo agradecen”, explica Panadero. Este contexto, acentuado por una situación económica y financiera cada vez más complicada de lidiar, “está ayudando a poner en valor nuestra labor y servicio. Cada vez más, la gente se da cuenta que necesita a un profesional especializado a su lado. Nuestra profesión vivirá un auge en los próximos años, en los cuales el principal ganador va a ser el cliente”, concluye Solana.

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