Todo profesional necesita sentir que su trabajo reporta beneficios tanto a su organización como a su cliente. Necesita ver que realiza algo que mejora la vida de la gente. Pues bien, en el mundo del asesoramiento financiero, muchas veces es difícil conseguir esto último, y no porque no haya asesores profesionales y cualificados, si no porque muchas veces el usuario de servicios de inversión no se deja aconsejar debido a su falta de formación y educación financiera.
Cómo aplicar pedagogía financiera en el trabajo de asesor financiero
Por esto es tan importante nuestra labor de pedagogía en el sector. El cliente tiene que saber de las bondades de la planificación financiera, la inversión a largo plazo y la magia del interés compuesto.
En el entorno actual de tipos cero todavía tenemos muchos clientes que prefieren seguir renovando su depósito al 0,005… Todos los asesores financieros escuchamos todos los días las siguientes frases: “si tiene riesgo no quiero saber nada”, “con lo que me ha costado ganarlo como para perderlo en la bolsa”, “esos productos son para ti que los entiendes y los sigues”, “habrá que comprarse algún inmueble”, “no quiero nada de bolsa”, etc.
Cuántos clientes tenemos que dicen que su horizonte temporal es un año y llevan más de 10 renovando el mismo depósito o aún peor, con unas grandes cantidades de dinero a la vista. La percepción de que los fondos de inversión son un activo con mucho riesgo, aunque sean de renta fija y que la inversión inmobiliaria es segura.
Yo siempre pongo el mismo ejemplo: un fondo de inversión tiene que valorarse diariamente, por lo que vemos su evolución cada día. Sin embargo, en una inversión inmobiliaria, no hay un tasador que realice una valoración diaria para comprobar que el bien no ha perdido valor.
Aunque ya hemos visto que puede sufrir depreciaciones muy importantes, las personas no las perciben como tal, ya que ellos sieguen viendo que su inmueble está en el mismo sitio y condiciones.
Otro de los problemas que nos surgen es el Market Timing.
¿Qué es el Market Timing? primera cuestión que abarcar con pedagogía financiera
Los clientes siempre se animan a adquirir productos de inversión diferentes de sus habituales depósitos, fondos garantizados, etc. cuando el mercado está subiendo y las noticias son buenas, y suelen salir de estos productos cuando las mismas noticias son negativas.
Todos sabemos que esto es un error, pero contener el pánico/ euforia de las masas es muy complicado.
Nuestra labor en materia de educación financiera es un reto importantísimo. Intentar “enseñar” a nuestros clientes que hay vida después de los depósitos y los fondos garantizados, y que estas decisiones hacen que cada año sus ahorros pierdan poder adquisitivo.
Conclusión: algunos ejemplos para fomentar la pedagogía financiera
Hay que hacer que vean la importancia de una buena planificación financiera, de fijar unos objetivos financieros, del largo plazo, que la volatilidad no es exactamente lo mismo que el riesgo y que se disipa en el horizonte y de que el interés compuesto es su aliado más importante a la hora de mantener su poder adquisitivo. Inculcar a nuestros jóvenes la bondad de empezar a ahorrar desde el primer día, aunque sea una cantidad simbólica, y poco a poco crear un hábito para ayudarles a que su futuro financiero sea más claro.
Sobre todo, en estos momentos, cuando el futuro de las pensiones públicas es tan incierto, cobra aun más importancia el ahorro temprano y la inversión a largo plazo.
Hay que dar a conocer las enseñanzas y fomentar la lectura de los grandes inversores como Benjamin Graham, Peter Lynch, Warren Buffet, John C. Bogle, Francisco García Paramés etc.
Creo que la educación financiera es una asignatura pendiente de las instituciones financieras y educativas de este país, aunque cada vez surgen más iniciativas como Edufinet, Value School, el Programa EFPA de Educación Financiera, entre otras, que ayudan a conseguir que este reto se vaya logrando poco a poco.
Por último, en mi opinión, la educación financiera ayudaría a mejorar el futuro de muchas personas. Podría ser un punto a incluir dentro de la Responsabilidad Social Corporativa de todas las instituciones que su negocio tenga que ver con la inversión y el ahorro.
Porque ayudar a las personas en su formación financiera mejora nuestra sociedad.
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