Lorena Busto, asociada de EFPA España escribe este artículo para el #blogEFPA dónde expone respuestas a cuestiones que buscan explicación a lo que está pasando o puede pasar en un momento excepcional como el que estamos viviendo.
En las últimas semanas se está viviendo una situación excepcional que pasara a la historia de nuestro país. Es un hecho probado que todos nos hemos visto afectados de una u otra manera.
Sin embargo, se puede hablar de la coexistencia de dos Españas: una tocada muy de cerca por el virus, que está sufriendo esta enfermedad en cualquiera de sus variantes; y otra que desde casa busca formas de evasión y aprovecha este tiempo para reflexionar.
Ahora más que nunca vivimos centrados en el presente. Pero estos últimos ya comienzan a preguntarse como las diferentes posibles consecuencias podrán afectar sus decisiones futuras.
Por eso, he recopilado algunas de las preguntas que recientemente me han ido formulando personas de mi entorno y, sin ánimo de satisfacer del todo su curiosidad, voy a intentar en la medida de lo posible darles respuesta.
¿Se pueden predecir las crisis?
Desafortunadamente, las crisis lo son porque son impredecibles; o en mi opinión, lo que es impredecible es el tamaño del impacto socioeconómico. A día de hoy la severidad de las consecuencias de la crisis sanitaria son “predecibles” una vez que nos hayamos inmersos en ella.
Muchos han calificado este como un evento de Cisne Negro – un evento muy poco probable, pero de consecuencias muy negativas. Es una metáfora que el escritor Nassim Nicholas Taleb popularizo tras la publicación de su libro “El Cisne Negro” en 2007.
La expresión proviene del antiguo supuesto de que todos los cisnes debían ser blancos. Como no había registros de cisnes de otro color la existencia de un cisne negro era supuestamente imposible. Sin embargo, cuando los primeros europeos llegaron a Australia pudieron refutar esta teoría al encontrarse con cisnes negros.
En palabras de Taleb para el New York Times:
“Un suceso de Cisne Negro tiene tres atributos: 1) es un caso atípico, 2) conlleva a un impacto extremo, y 3) la naturaleza humana nos hace inventar explicaciones de su presencia después de los hechos, por lo que es explicable y predecible.”
La gripe española de 1918 es considerada un ejemplo de Cisne Negro por el autor, al contrario que la pandemia de coronavirus de 2020. Pues para algunos analistas este ha sido un evento predecible, como un Rinoceronte Gris – un peligro evidente que a menudo se ignora.
Cisne negro o Rinoceronte Gris, la correlación entre la crisis sanitaria y la financiera es clara. Este atípico escenario está teniendo un gran impacto vital, financiero y laboral cuyas dimensiones aún son difíciles de predecir.
¿Qué diferencia al capitalismo de otros sistemas económicos?
Probablemente para dar respuesta a esta pregunta y a como las diferentes economías han actuado ante la amenaza del coronavirus tenga que compartir mis interpretaciones más personales.
Me parece interesante comparar en este momento como las economías de sistemas capitalistas de occidente han reaccionado en comparación con el sistema socialista chino donde se originó el virus.
El papel del gobierno y la equidad económica son los pilares diferenciadores del sistema capitalista y socialista. En un sistema socialista el Estado ejerce el control sobre la economía mientras que el capitalismo defiende la libertad económica. Creo que control y libertad son las dos palabras clave que han fundamentado la diferente toma de decisiones.
El capitalismo se opone a la intervención del gobierno, por eso las medidas de confinamiento más drásticas se hicieron esperar en los países occidentales. Aunque ahora parezca haber un consenso sobre la tardanza en su aplicación, cierto es que de haberse aplicado con demasiada prontitud habrían sido criticadas de intervencionistas y fatales para la economía, sin estimar el beneficio social que se pudiera obtener de ellas.
Economías socialistas como la China delegan la responsabilidad del bienestar social a sus gobiernos. Confían en el gobierno la provisión de los bienes básicos y la distribución del beneficio de las grandes industrias. La población está acostumbrada a un gobierno que interviene en la sociedad y es el motivo por lo que las restricciones de movilidad y el posterior control de la misma han sido implantadas de la forma más estricta, casi impensable en occidente donde los derechos individuales son priorizados.
Ambos sistemas conviven en la actualidad y toda economía capitalista tiene algunas características sociales. Sin embargo, eso no hace más fácil la decisión por parte de los gobiernos del cese de la actividad económica no esencial. Quizá eso explique porque hasta que las cifras justificaran la toma de decisiones las medidas no se hayan materializado.
¿Cómo se ve afectado el mercado de divisas?
La expansión del virus alrededor del mundo ha puesto de manifiesto que la globalización es real en todos los aspectos. De modo que, aunque la movilidad de personas sea reducida, nuestra exposición al mundo sigue existiendo. Ya sea por la necesidad de exportar o importar o por la naturaleza de las inversiones continuamos expuestos al riesgo de tipo de cambio.
Desde el punto de vista de las inversiones, la mayoría abandonaron posiciones de mayor riesgo y se movieron a otras más seguras. En el caso de las divisas, uno de estos refugios seguros ha sido históricamente el dólar por ser la moneda más liquida del mundo, lo que le llevado a alcanzar en el mes de marzo su máximo en 4 años.
Por otro lado, las divisas con perfiles de riesgo superior han visto descensos acusados. Tal es el caso de la libra esterlina. Dado su déficit por cuenta corriente, que la hace más dependiente del exterior que otras divisas, y la prima de riesgo del Brexit ha caído hasta su mínimo desde 1985.
Como ya he mencionado con anterioridad, vivimos una situación sin precedentes que dificulta las previsiones económicas. Lo que los analistas esperan es que, mientras el número de casos siga aumentando, divisas refugio como el dólar sigan apreciándose. Aunque, en este caso, dependerá mucho de la reacción del frágil mercado laboral estadounidense.
¿Cómo va a afectar a la oferta de trabajo?
Otro tema de conversación recurrente es el laboral. La viabilidad de asumir el coste de los numerosos ERTEs presentados por parte de la Seguridad Social, como se reflejará esta situación del mercado laboral en la tasa de desempleo o las condiciones que se han de dar para que un ERTE termine convirtiéndose en un ERE son algunas de las cuestiones que más preocupan.
Las cifras del mes de marzo justifican la preocupación generalizada. Según los datos de afiliación a la Seguridad Social, más de 830.000 trabajadores se han dado de baja; siendo especialmente acusado el día 16, cuando después del decreto del estado de alarma 182.000 empleos desaparecieron.
En mi opinión, esto es un reflejo de la alta temporalidad del trabajo en España que en situaciones como la actual se ve altamente afectada y en este caso provoca la mitad de las bajas.
Si hacemos referencia al paro registrado, el mes de marzo ha sido el mayor incremento contabilizado hasta la fecha (302.000 personas), incluso superando los registros de enero de 2009 (200.000 personas) que hasta ahora eran los peores del mercado laboral español.
A pesar de no ser nada alentadoras, estas cifras solo recogen parcialmente el impacto del coronavirus en el mercado laboral. Los trabajadores de las más de 450.000 empresas con Expedientes de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) que se calculan ya a mediados de abril tan solo tienen suspendido el empleo.
Una vez pasada esta situación esperan recuperarlo, de modo que no contabilizan como bajas. Esto hace sospechar que el impacto es todavía mayor y a día de hoy se podría decir que ya son más de 3 millones de trabajadores afectados.
A petición de los sindicatos, a finales de marzo el Gobierno aprobó diferentes fórmulas temporales para restringir los despidos asociados al estado de alarma, ya sean por causa de fuerza mayor o económicas o productivas. Estas medidas incluyen la renovación de los contratos temporales y la revisión de los ERTEs presentados.
También dada la avalancha de solicitudes de ERTE a la que se estaba enfrentando el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y la dificultad para gestionarlas se han limitado los importes máximos que pueden percibir los trabajadores acogidos a ERTE, con independencia de su situación familiar.
Con una tasa de paro del 13.9% antes del inicio de la crisis, ¿qué nivel alcanzara cuando termine? ¿qué expectativas de creación de empleo podemos tener?
Desafortunadamente, no muy buenas pues podemos esperar que la mayor destrucción empresarial será la de PYMES y autónomos, principales impulsores de la economía nacional.
¿Qué medidas se podrían tomar para reducir el impacto en las clases medias y bajas?
Una de las lecciones que hemos aprendido en esta crisis sanitaria es que no discrimina entre personas, pero que las crisis económicas una vez más sí. Esta vez lo que está marcando la diferencia es la capacidad para trabajar desde casa de los más ricos.
Los trabajadores con salarios más altos suelen ser los más flexibles, los que desde su portátil pueden trabajar desde cualquier lado y a cualquier hora; es decir, pueden trabajar desde casa y mantener su empleo. Entre estos se encuentran, por ejemplo, empleados de la administración pública, del sector financiero y asegurador o empresarios.
Por el otro lado, los que perciben salarios más bajos normalmente trabajan en hostelería (hoteles y restaurantes) o comercio de cara al público, siendo los que acarrearan con el coste de los cierres cuando ya son los que menos ganan.
En el caso de España, son estos trabajadores los que forman la parte principal del modelo productivo de nuestro país y por lo que nuestra economía se ha revelado más sensible que las de otros países de Europa. Pues el turismo es uno de los motores del sector servicios y el comercio.
Así que una de las posibles consecuencias de la crisis podría ser que se agravaran las diferencias entre clases. El aumento en los presupuestos familiares del gasto en energía y alimentación parece inevitable. A su vez se reducen forzosamente los costes de transporte y en restauración que en el caso de las clases más bajas es probable no sea suficiente para compensar.
¿Qué inversiones con alto grado de liquidez pueden hacer los particulares para protegerse?
A diferencia del Estado, que ya comenzaba esta crisis con tasas disparadas de déficit y que se verán empeoradas por la paralización de la economía y el gasto que en el que deberá incurrir para minimizar las consecuencias, la tasa de ahorro de los hogares españoles alcanzo su tasa más alta desde 2013 el año pasado.
Las familias han aprovechado la fase expansiva para crear un colchón financiero que les puede permitir afrontar este shock desde una posición más sólida que en ocasiones anteriores. En la situación actual cabe esperar que la tasa de ahorro siga creciendo, pero a su vez también la de inversión en activos financieros de bajo riesgo.
Al shock de oferta provocado por la ralentización de la actividad económica, le ha seguido uno de demanda ocasionado por la pérdida de confianza del consumidor. Y esto desemboco en un desplome generalizado de los mercados.
Los Gobiernos y, especialmente, los Bancos Centrales han tomado decisiones que ayudaran a un aumento de la liquidez con la ampliación de los paquetes de rescate. Además, dado el origen de la crisis, se puede esperar una recuperación de los mercados y que se trate de una perturbación de carácter transitorio.
Cabe destacar que activos como el oro históricamente considerados como refugio no están funcionando como si lo hicieron en crisis anteriores. De acuerdo con el Consejo Mundial del Oro, es probable que se deba a que los inversores estén vendiendo oro para aumentar su efectivo y cubrir pérdidas en otro tipo de activos. Por lo que actualmente los bonos del gobierno de corta duración y el efectivo son refugios seguros. Aunque no hay que sobreestimar el efecto de la inflación en la retención de efectivo.
¿Es ahora un buen momento para comprar acciones?
Con los tipos de interés muy bajos, algunos están decididos a invertir para sacar partido a su dinero. Como siempre hay que tomar decisiones racionales alejándose de las emociones del momento y pensar en el medio y largo plazo cuando nos aventuramos a buscar oportunidades en las Bolsas.
Lo que para nosotros es una situación inédita, para las Bolsas es una de tantas ocasiones en las que se enfrentan a un giro inesperado de las previsiones con altas volatilidades y grandes caídas en los índices. Globalmente las acciones están cerca del punto más barato en 20 años, incluso más que en marzo de 2009.
La situación es similar a la de octubre de 2008: incertidumbre, volatilidad y reducción de liquidez, cuando el mercado registró mínimos al año siguiente. La diferencia es que en esta ocasión las medidas se han tomado antes y los estímulos son todavía mayores.
Algunos sectores están comportándose en Bolsa pero que otros. Las acciones del sector energía están en su punto más barato históricamente y cerca se encuentran las del sector financiero. Por el contrario, aparte de los valores del sector de la sanidad, hay que destacar el buen comportamiento de los del sector tecnológico.
Con esto en mente, a la hora de comprar acciones es recomendable pensar en el largo plazo y evaluar nuestro umbral de sueño en momentos bajistas. Pues en el largo plazo siempre se obtienen rentabilidades, pero en el escenario actual se hacen frente a mayores volatilidades.
Por eso, mi recomendación es evitar el pánico, respetar los horizontes temporales fijados, diversificar la cartera para reducir su riesgo y quizá es más conveniente ir invirtiendo periódicamente con precios de compra distintos que minimicen las fluctuaciones.
¿Se abaratará el precio de la vivienda?
Como no iba a ser diferente en esta ocasión, la vivienda es un tema de preocupación principal para todos los ciudadanos. Además, en un entorno de tipos de interés bajos, parece propicia la adquisición de vivienda.
Pero con las medidas de distanciamiento social todavía vigentes se vuelve más complicado. También habrá que esperar a ver las estrategias comerciales que toman los bancos para la concesión de hipotecas una vez recuperada más o menos la normalidad. Condiciones y márgenes aplicables serán decisivos a la hora de evaluar la conveniencia y coste de nuestra hipoteca.
El Gobierno alumbro a principios de este mes una serie de medidas para proteger a inquilinos y propietarios afectados por la declaración del estado de alarma.
- Una de ellas fue la suspensión provisional de los desahucios, por lo que las instituciones no podrán hacerse a los activos inmobiliarios como modo de pago de la deuda al menos durante 6 meses.
- Otras medidas incluyen, por ejemplo, la moratoria en el pago de hipotecas de hasta 3 meses y la solicitud del aplazamiento del pago del alquiler que en caso de ser rechazado por el propietario podrá financiarse mediante créditos avalados por el Estado.
Habrá que esperar a la restitución del estado normal de las cosas para confirmar como estas medidas son asumidas por las instituciones financieras e incorporadas en sus planes estratégicos.
A estas preguntas se podrían sumar otras tantas, por ejemplo, sobre el futuro de la Unión Europea en conjunto, la posibilidad de una actividad productiva más sostenible tras la crisis o las consecuencias de la digitalización forzada en las formas de trabajar y relacionarnos. Pues la incertidumbre se ha apoderado de nuestras vidas e inevitablemente la naturaleza humana nos lleva de nuevo a buscar explicaciones no solo de lo que está pasando, sino también de lo que pasara.
Lorena Busto Hurtado forma parte del Middle Office de la tesorería de Santander UK en Londres. Anteriormente, Lorena trabajó como administradora de sistemas de trading electrónico para el Banco Santander en Madrid. Además, tiene un máster en Banca y Mercados Financieros de la Universidad de Cantabria y otro en Economía de Comercio Internacional e Integración Europea para el cual recibió una beca de la Comisión Europea.