Como seguro saben, se acaba de cumplir el décimo aniversario del acontecimiento icónico de la crisis financiera global: la quiebra de Lehman Brothers. El entonces cuarto banco de inversión del mundo.
Las señales de aviso sobre la burbuja que estábamos viviendo habían comenzado mucho antes:
- Julio de 2007, Bear Stearns, al fin y a la postre banco comprado por JP Morgan con el respaldo del Gobierno norteamericano, valoró dos de sus hedge funds centrados en la inversión en hipotecas subprime a cero.
- Agosto de 2007 hubo algunos días en donde en el mercado de activos monetarios se quedó seco y algunos fondos comenzaron a tener problemas.
- Febrero de 2008, en Europa, el Reino Unido nacionalizó Northern Rock Bank.
- Sin embargo, fue la quiebra de Lehman Brothers el 15 de septiembre de 2008 la que marcó un punto de no retorno convirtiéndose en el símbolo de una crisis que se ha llevado por delante entidades financieras, empresas y gobernantes…
La Quiebra de LB en España
Los máximos de las bolsas se tocan en noviembre de 2007. En aquel momento, nuestro índice, el Ibex 35, rozaba los 16.000 puntos.
Sin embargo, en nuestro caso, a la crisis financiera global hubo que añadir una crisis inmobiliaria demoledora y una crisis política en Europa.
A la primera no favorecieron ni la subida de tipos de Tritchet ni un Gobierno –el nuestro– hablando de brotes verdes. Y sobre la segunda… bueno, del famoso club de los PIGS, nosotros somos la “S”.
Las distintas reacciones a la quiebra y sus consecuencias en el momento
Aunque este artículo no tiene como objetivo buscar culpables, todos deberíamos hacer un ejercicio de humildad y reconocer nuestros pecados:
- Los gobernantes por no haber sabido gestionar la situación y aplicar una visión totalmente cortoplacista.
- Las autoridades monetarias europeas (BCE) por fijar los tipos de interés mirando sólo a una parte de Europa. Pensemos, ¿Necesitaba España tipos tan bajos en pleno crecimiento?
- Algunos bancos por aprovecharse de su situación para vender todo lo que pudieron sin considerar a quién se lo vendían.
- Y nosotros, los ciudadanos de a pie, por creernos los reyes del mambo gastándonos un dinero que no teníamos.
Llegados a este punto, vamos a tratar de reflexionar sobre estos sucesos y las lecciones que hemos obtenido de ellos a la hora de invertir:
Qué hemos aprendido de la quiebra de Lehman Brothers
1.No hay inversión 100% segura
Cuando cursaba mis estudios universitarios, aprendimos que para valorar si la rentabilidad esperada de una inversión era atractiva, había que compararla con la rentabilidad que ofrecía el llamado Activo Libre de Riesgo (ALR). Esto es, normalmente, el tipo de interés de las Letras del Tesoro. Ya que se consideraban una “rentabilidad segura”, sin riesgo.
La historia ha demostrado que esto es un error y que no hay nada 100% seguro. En los últimos años, hemos visto:
- Caer al 4º banco de inversión del mundo
- Depositantes que han perdido su dinero (caso de Chipre)
- Todo un país de la zona euro en quiebra (Grecia)
- Un banco español de cierta envergadura borrado de la realidad (Popular)
- El Euribor en negativo
- Un país abandonando la Unión Europea (Brexit) y miles de empresas que se han quedado por el camino.
En el mundo de la inversión, cualquier decisión acarrea un riesgo.
Por eso, cuando nos presentan ideas, productos o estrategias en las que ganamos seguro, nuestro deber es analizar de forma aún más exhaustiva los riesgos de dicha inversión.
Hace unas semanas me presentaban un producto alternativo cuya rentabilidad pasada en un gráfico era una línea recta al alza y el rendimiento esperada a futuro continuaba esa misma línea recta… Raro. Nadie vende duros a cuatro pesetas.
2.Nadie tiene la bola de cristal
Ni ahora y antes de la crisis: nadie tiene la bola de cristal. Aunque muchos se autodesignaron como visionarios, los que se olieron algo en 2007, afortunados ellos, seguro que no acertaron en todo lo que ha sucedido desde entonces.
En momentos de incertidumbre, siempre suena más verosímil anunciar el fin del mundo.
Desde mi punto de vista, para poder realizar un buen ejercicio de inversión debemos tener en cuenta los diferentes escenarios. Los que puedan suceder. Y asignar probabilidades a cada uno de ellos.
De esta forma, conseguiremos aprovecharnos de los mercados que se comporten positivamente. Y al mismo tiempo, no sufrir grandes pérdidas cuando éstos no nos den la razón.
¿El riesgo de estar fuera? Hemos escuchado que EE.UU. está caro en 2013, 2014, 2015, etc. ¿Qué beneficios se han obviado?