Lo primero que tenemos que definir es el concepto de libertad financiera. La definición que, en mi opinión, mejor representa la libertad financiera es: aquella situación en la que se alcanza un nivel de recursos económicos suficientes para poder vivir. Cuando hablamos de libertad financiera me gusta incidir en un concepto previo e íntimamente relacionado que considero fundamental (porque lo uno no se puede conseguir sin lo otro): la salud financiera.
¿Qué es la salud financiera?
Salud financiera es un estado en el que una persona puede cumplir con todas sus obligaciones financieras actuales y en curso, puede sentirse seguro con su futuro financiero y puede hacer elecciones que le permitan mejorar su vida. Una persona tiene salud financiera cuando no le preocupan sus finanzas porque tiene la sensación de control sobre las mismas a diario y en el tiempo. Tiene la capacidad de hacer frente a situaciones sobrevenidas sin ponerse excesivamente nervioso, más allá de la situación en sí (es decir, financieramente tiene la situación controlada). Tiene sus metas financieras prácticamente conseguidas y, por tanto, tiene la capacidad de tomar decisiones que puedan hacer su vida más agradable.
Una vez definido el concepto de salud financiera nos encontramos con lo más difícil. ¿Cómo podemos conseguirla? Los aspectos más importantes que debemos tener en cuenta son, en primer lugar, conocer en todo momento nuestra situación de ingresos menos gastos. Como nuestra “cuenta de pérdidas y ganancias particulares” si lo asemejamos a la empresa. En este sentido, las personas tenemos muy claros nuestros ingresos, pero es mucho más importante el control de los gastos. Debemos anotar y controlar todos los gastos que vamos realizando ya sean habituales u ocasionales.
Razones para ‘cuidar la salud financiera’
¿Para qué? Porque debemos ir eliminando de nuestras vidas aquellos gastos superfluos, que los hay, y a veces suman cuantías desproporcionadas. No estoy hablando de no tener caprichos, la vida hay que vivirla (recuerda que ser feliz es más importante que ser rico, escucha tus emociones). Pero debemos preguntarnos siempre si lo que estamos gastando nos lo podríamos ahorrar. Os aseguro que, si elimináis los gastos no necesarios, tendréis una fuente adicional de ahorro muy interesante.
Otro aspecto importante -y que muy pocas veces se pone en práctica- es la elaboración de un presupuesto. Para conseguir una buena situación financiera es necesario tener un presupuesto y ajustarnos lo máximo posible a él. En el presupuesto podemos tener en cuenta los ingresos y gastos, ir revisándolo, adaptándolo, ver las desviaciones y tratar de establecer potenciales ahorros.
A veces las deudas no son necesarias. Estamos en un mundo en el que parece que no tener una tarjeta de crédito es un delito. Nos están vendiendo continuamente el crédito fácil. Tened mucho cuidado con esto. Una buena salud financiera se consigue si te endeudas solo estrictamente lo necesario. Además, si tenemos que endeudarnos que sea lo menos gravoso posible. Por tanto, eliminad las tarjetas de crédito o utilizad poco el crédito con intereses de las tarjetas en la medida de lo posible. No os imagináis lo que se ahorra sin pagar intereses de las tarjetas de crédito, etc. Cuando lo comprobéis, veréis que es otra fuente de ahorro adicional.
Consejos para el ahorro
Ahorra (aquí un artículo mío sobre el ahorro). Lo más importante para ahorrar es: después de conseguir ingresos, primero los gastos inevitables, después ahorramos y después gastamos en lo no necesario. Es la fórmula correcta para conseguir ahorrar.
Aprovecha el efecto del interés compuesto (echa un vistazo a mi artículo: el interés compuesto y su efecto multiplicador). Aquí está la clave. La educación financiera en España debe ir en este sentido, todavía estamos muy verdes en inversiones. Así pues, no solo se trata de ahorrar, hay que aprovechar el ahorro para invertir. La inversión es lo que permite obtener ingresos pasivos. Hay una gran cantidad de vehículos de inversión: yo suelo recomendar los fondos de inversión indexados. Pero cada uno tiene que elegir su inversión en función de su perfil de riesgo y su horizonte temporal.
A la hora de invertir es importante fijarse objetivos y aprovechar el horizonte temporal. Si uno se plantea objetivos de inversión es más fácil respetar el proceso de inversión. Por tanto, piensa en lo que te gustaría conseguir: una casa, un viaje especial, una segunda residencia en la playa, la jubilación, etc. Que luego consigas el objetivo o no, o que emplees el ahorro en el objetivo inicial es lo de menos. Lo importante es que habrás cumplido el proceso de ahorro.
Preparados para todo
Otro aspecto muy importante es conseguir un fondo de emergencia. Yo suelo recomendar tener disponible en la cuenta al menos tu sueldo multiplicado por tres. Para posibles imprevistos es fundamental conseguir el fondo de emergencia y respetarlo. Además, es clave para respetar el horizonte temporal de las inversiones porque si sobreviene un imprevisto, puedes utilizar el fondo de emergencia en lugar de deshacer inversiones.
Una vez que sigamos este plan básico conseguiremos obtener una buena salud financiera que es el paso previo para conseguir la libertad financiera. Este debería ser un objetivo vital. Hace poco leía algo con lo que estoy completamente de acuerdo: “teniendo en cuenta lo corta que es la vida y que en cualquier momento puedes morirte, ¿para qué quieres esperar a jubilarte a los 65 años para empezar a disfrutar de tu tiempo si puedes hacerlo mucho antes habiendo seguido un plan de salud financiera?”. Hacedme caso, merece la pena hacer un esfuerzo para tener salud financiera porque cuanto antes la consigamos, antes llegaremos a la libertad financiera y más felices seremos: porque la libertad financiera te permite ser el dueño de tu tiempo y emplearlo en aquello que te gusta y que te hace feliz.
¿Qué se consigue con la libertad financiera?
Pues básicamente te permite vivir sin tener que preocuparte por el dinero. No tienes que pensar en una actividad profesional por la que recibir dinero a cambio. Mucha gente me dice que no puede conseguir la libertad financiera porque no tiene el nivel de ingresos suficientes. Me cuesta, no porque sea difícil de explicar, sino porque no es fácil de entender, pero al final consigo explicarles que la libertad financiera no depende de tener un nivel de ingresos elevado. Obviamente, si lo tienes, mucho mejor, pero no es la clave. “No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita”. Esto es lo relevante.
Se trata de conseguir la salud financiera con tu nivel de ingresos. La tendencia natural al gasto está demostrada, por tanto, tienes que pensar que cuanto más ingresas más quieres gastar. En este sentido, lo más importante no son los ingresos, lo realmente importante es seguir a rajatabla tu plan para conseguir una buena salud financiera. Y seguir a rajatabla el plan para conseguir esa buena salud financiera que te lleve a la libertad financiera es conseguir ingresos pasivos de la forma que sea o de la que tengas a tu alcance: si te gusta escribir, ¿por qué no te planteas escribir un libro que te permita obtener ingresos?, aprovechando el interés compuesto en las inversiones, con depósitos bancarios, con alquileres de patrimonio, etc.
Razones para
La forma más sencilla y al alcance de todos es la inversión en fondos de inversión en la que aprovechas perfectamente el efecto del interés compuesto. Tener un plan de inversión recurrente es una buena forma de obtener ingresos pasivos.
Piensa siempre que hay personas que por el hecho de haber nacido en determinadas zonas es mucho más difícil que lleguen a conseguir salud financiera (hablo de países pobres o subdesarrollados, personas que están muriendo de hambre, que luchan por sobrevivir). Tenemos la suerte de haber nacido en una zona del mundo en la que sí se puede conseguir, estamos en el mejor de los mundos posibles. El camino para conseguir la salud financiera que te lleve a la libertad financiera será duro, habrá baches constantemente, situaciones que te harán pensar en tirar la toalla. Pero si persistes y tienes claro el objetivo, se puede conseguir.
Dicho esto, ¡disfrutad de la vida y luchad por una buena salud financiera!