24 años, con una carrera (ADE) en una universidad pública, un máster con la mejor calidad-precio posible que mi familia pudo permitirse y, en mi caso, con la certificación EFA. Trabajar como asesor financiero era mi objetivo desde hace un tiempo, pero en este artículo voy a comentaros los distintos problemas para ser asesor financiero que han surgido desde entonces.
Expectativas vs realidad en los estudios para un millennial
Durante la carrera te hablan de la importancia de diferenciarte del resto de tus compañeros. Cada año salen de la universidad cientos de graduados en Administración y Dirección de Empresas y demás carreras de la rama de las Ciencias Económicas. Por ello decides hacer un máster.
Durante el máster te pintan un futuro laboral un poco más bonito, gracias a esta nueva formación realizada serás capaz de entrar en alguna empresa puntera de tu sector, en algún departamento acorde a tu titulación.
Cuando llegas a las entrevistas te ofrecerán becas en las cuales con un poco de suerte cobrarás 600 u 800 euros, porque claro, sin experiencia no pueden darte más.
Entonces no podemos quejarnos ¿no? Después de un año o dos con contrato en prácticas esa empresa que te ha formado, te contratará porque ya tienes la experiencia que pedían y podrá pagarte más.
¿Realidad?
Tras el periodo de prácticas, la mayoría de esas grandes empresas van a preferir volver a contratar a otra persona en prácticas.
Al fin y al cabo, aunque pierdan un par de meses en formarlo, acabará haciendo el mismo trabajo que un empleado, pero cobrando mucho menos (o gratis).
Luego también está la opción de alejarte del objetivo de ser asesor financiero. Puedes ser cajero de una entidad bancaria o incluso vendedor de seguros.
- Mientras tu banco no cierre sucursales debido a la gran digitalización del negocio y te quedes en la calle, todo bien.
- Mientras consigas vender todos los seguros que te exijan, todo genial. Bueno, en este caso puedes ser positivo, no te despedirán, porque lo más seguro es que seas autónomo.
El coste de ser emprendedor
“Si tanto te quejas empieza tu propio negocio donde tú quieras”
Eso sería maravilloso. ¿Problema? Sin dinero no hay negocio. Ningún banco va a financiar a un joven cuyo único ingreso es la beca que comentábamos antes.
La solución sería que tus padres te avalaran. Sí, tus padres, esos que ya han te han pagado una carrera, un máster, una certificación, unos cuantos cursos, un mes de ingles intensivo para tener el titulo de Cambridge… Ahora también van a tener que ser socios de tu negocio o avalarte con su casa.
¿Suena mal no? Pues sigue leyendo, aun puede empeorar.
Dónde establecerte como asesor financiero
Si tus padres también deciden avalarte (hecho por el cual ya podrían ser canonizados), ahora tendrás que plantearte dónde ubicar tu negocio. Y aquí es donde empeora el asunto.
Lo mejor sería poder montar tu nuevo negocio en tu localidad natal. En mi caso hablaré de Zamora, aunque podemos trasladarlo a cualquier provincia de: Castilla y León, Aragón, Extremadura, Castilla La Mancha…
En 2018, Castilla y León ha perdido 16.637 habitantes, de los cuales 2.855 son de Zamora.
¿Hacia quién dirijo mi negocio si cada vez hay menos personas a las cuales vender mi producto o servicio?
“Estamos en el siglo XXI, lo puedes hacer todo desde Internet”
Por supuesto, lo mejor sería gestionarlo todo desde casa: Búsqueda de clientes, ofrecer el servicio y gestionar el marketing de la empresa. Todo totalmente online.
La despoblación de las zonas rurales, una realidad en alza
En Castilla y León, el 20,8% de las viviendas no tienen acceso a internet. Puede parecerte poco, ya que si lo miras desde el otro lado, prácticamente el 80% tiene acceso a Internet… pero la realidad es otra. Cualquier persona que haya estado en pueblos de Castilla y León sabrá que es difícil hasta llamar por teléfono.
La cobertura y el servicio de redes WiFi de las zonas rurales deja mucho que desear en la práctica. Aunque tu Ayuntamiento, en un alarde de modernismo, ponga Internet para todo el pueblo, las paredes de adobe de las casas no dejarán pasar ni una onda de conexión.
Mientras que nuestros dirigentes políticos deciden si dar ventajas fiscales a los habitantes de los pueblos o si traer nuevas empresas a las capitales castellano-leonesas, la mayoría de los municipios van muriendo poco a poco.
Actualmente de los 2.248 municipios de Castilla y León, 690 tienen menos de 100 habitantes censados.
- 690 municipios con una media de edad más cercana a la jubilación que a los 30 años.
- 690 municipios en su gran mayoría sin acceso a la educación pública, sin escuelas. Como bien sabrá mucha gente, cuando quitan la escuela de un pueblo, se acaba su futuro. Sin dar la posibilidad a las familias de poder educar a sus hijos sin tener que desplazarse a otro municipio, nadie se planteará formar una familia en un pueblo.
- 690 municipios sin una velocidad de Internet aceptable para que los jóvenes puedan siquiera plantearse ir a vivir allí, ya no pido que además quieran montar un negocio viable económicamente.
- 690 municipios donde no tienes ninguna ventaja especial para montar tu propio negocio frente a las ciudades.
“Es que plantearte hacer un negocio en un pueblo de 100 habitantes es de idiotas”
Ahí te doy la razón. En mi caso no sería en un pueblo, yo preferiría hacerlo en la capital de mi provincia, Zamora: 61.827 habitantes en 2018… Mientras escribo este artículo, seguro que alguno menos.
Zamora te puede sonar por el río Duero, la Semana Santa o porque tenemos un alcalde de IU, pero seguro que no te suena porque tengamos alguna empresa. Básicamente es porque a nivel industrial no hay ninguna empresa de ámbito nacional que puedas conocer.
¿Por qué en Zamora no hay empresas?
Los motivos pueden ser varios.
Las comunicaciones.
- Tenemos comunicación con Madrid por AVE.
- Autopistas hacia Galicia, hacia el norte (León y Asturias), hacia el este (Valladolid o Madrid) e incluso hacia el sur (Salamanca, Extremadura, Andalucia…).
- No tenemos aeropuerto, lógicamente, estando a 1h en coche del de Valladolid y a hora y pico de Madrid en AVE, sería un gasto innecesario convertir a Zamora en la nueva Castellón con un aeropuerto.
“Bueno, pues por la comunicación no será…”
La Educación.
- Contamos con algunas carreras universitarias dirigidas por la Universidad de Salamanca. Incluyendo carreras técnicas de ingeniería u otras como farmacia o magisterio.
- Colegios tanto públicos como privados con buenos ratings en los rankings correspondientes
Tampoco somos analfabetos parece…
Los Servicios.
- Lógicamente la capital cuenta con todos los servicios necesarios, desde la sanidad hasta centros comerciales.
- No tenemos un Corte Inglés donde los madrileños podáis pasar los ratos muertos, pero oye, podéis salir a pasear a la calle.
Eso si, no tenemos bolera ni Foster’s Hollywood, lo siento mucho…
En resumen, ¿Por qué no creamos empresas en la provincia? Será que los empresarios no han leído el informe que nos otorgaba un futuro prometedor con unas proyecciones de hasta 200.000 habitantes en la capital.
Zamora y muchos municipios similares, están siendo borrados del mapa. Generalmente, toda la atención la absorben Madrid, Cataluña y el País Vasco. Todo el mundo se ve obligado a emigrar hacia esas zonas de España. Es el caso de los jóvenes con el problema que comentaba arriba de sueldos precarios y alquileres desorbitados.
Conclusiones
Por favor, no nos obliguéis a emigrar si luego no nos podemos permitir vivir con los sueldos que nos pagáis.
Se está destruyendo la clase media española y se está destruyendo el futuro de una generación. Los jóvenes estamos capacitados para todo lo que sea necesario, solo tenéis que darnos la oportunidad de demostrarlo.
El futuro será de los jóvenes, el problema es que ese futuro no lo construimos nosotros, lo planifican aquellos que no van a vivirlo. Crear un país con igualdad de oportunidades en todas las comunidades y provincias tiene que ser un objetivo político básico, que las diferencias las produzcan las habilidades de las personas y no las decisiones de unos políticos para ganar más votos en determinados sitios.
El asesoramiento financiero, marketing, mecánica, informática, hostelería… Cualquier negocio debería tener una mínima opción de funcionar en todos lados. No releguéis a muchas comunidades a convertirse en un destino de una semana en verano por las fiestas del pueblo y en una residencia de la tercera edad sin futuro en invierno.
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