quieren controlar la inflación, pero se enfrentan a retos ligeramente diferentes. Ahora que la guerra ha empeorado las perspectivas de inflación y crecimiento, ninguno lo tendrá fácil. Quizás los banqueros centrales preferirían volver a ese pasado no tan lejano en el que el mayor de sus problemas era la deflación. Entonces, la vida era relativamente sencilla y cualquier shock que sufrieran la economía o los mercados financieros podía tratarse con la misma medicina... Seguir leyendo