Si alguien tiene la capacidad de captar la atención de todas las miradas de los mercados financieros del Viejo Continente, este es Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE).
Y no es para menos. La unión de la ya anunciada subida de tipos en la eurozona para el último cuatrimestre del 2019, junto con el nefasto final de año 2018 que han experimentado los mercados financieros a nivel global, ha generado confusión y nerviosismo entre los mejores profesionales financieros.
Curiosamente, los mercados estaban más pendientes de cualquier nuevo mensaje o insinuación que el presidente de la autoridad europea pudiera transmitir, que del principal objetivo de la comparecencia: confirmar la ya anticipada retirada de estímulos QE o compras de deuda de los Estados de la eurozona. Y es que las ininterrumpidas subidas de tipos llevadas a cabo por parte de la FED durante el 2018 y el anuncio de la continuidad de estas medidas para el 2019 no pasan desapercibidas.
Así, las dudas reinan en los mercados europeos, que se cuestionan cuál será el camino a seguir por el equipo de Draghi.
Análisis del programa de retirada de estímulos del BCE
Llevamos más de una década con continuas bajadas de tipos por parte del máximo órgano regulador europeo. Esta política monetaria estimulatoria o expansiva ha sido objeto de constantes y duras críticas por parte de un gran número de especialistas, a través de diversos razonamientos.
- El primero de ellos radica en el peligro de crear una burbuja de deuda o sobreendeudamiento por parte de entes tanto públicos como privados.
- Otro punto crítico se basa en la idea de que, con unos tipos de referencia mínimos, se castigan duramente los márgenes financieros del sector bancario y, en consecuencia, sus beneficios.
Ante esta situación, la banca extrema las precauciones a la hora de conceder financiación al sistema y procede a endurecer los criterios de concesión, por motivos de prudencia. Por tanto, se bloquea de manera importante uno de los principales canales de engranaje del motor económico.
No puedo obviar la base fundamental de las críticas citadas, así como la consistencia de su razonamiento. Sin embargo, me permitiré algunas discrepancias y mi opinión al respecto:
Las motivaciones de Mario Draghi
Es plenamente cierto que un escenario macroeconómico con bajos tipos de interés estimula el sobreendeudamiento de las unidades económicas, y que esta situación puede derivar en una crisis de deuda, con consecuencias fatales. Sin embargo, en economía, las mismas herramientas que se emplean para solucionar un problema, pueden crear, a corto o largo plazo, otro problema. La varita mágica no existe.
¿Qué sentido tiene subir los tipos de interés cuando Europa, en cuanto a crecimiento económico se refiere, a duras penas ha levantado cabeza desde la gran crisis financiera del 2008?
Aunque se trate de un índice bursátil, la doctrina del Análisis Fundamental nos indica que las épocas de crecimiento económico van acompañadas de escenarios bursátiles alcistas (y viceversa).
En el siguiente gráfico se puede contemplar la evolución del índice Eurostoxx 50 durante la última década. Se trata de uno de los índices más representativos de la marcha de la economía europea.
En el gráfico se pueden comprobar los frecuentes episodios de turbulencias vividos en los mercados europeos durante estos últimos 10 años.
¿Qué presidente del BCE se atrevería a subir los tipos ante un escenario de incertidumbre como el que representa el gráfico?
¿Es el sobreendeudamiento un peligro que el BCE deba evitar?
Básicamente, porque ya están los presidentes de los Estados, Autonomías, directores financieros de empresas y tantos otros responsables para encargarse de la correcta gestión financiera de la unidad económica que administran.
Asimismo, constituye responsabilidad ineludible de dichos directivos el conocimiento de las capacidades y limitaciones de endeudamiento de dichas unidades económicas.
¿Se deberían incrementar los tipos de interés?
Exceptuando Reino Unido, Europa se caracteriza por tener, en general, una economía bancarizada. Esto implica que la salud del sector bancario explique gran parte de la tendencia de la economía europea. Aunque todos los sectores son igualmente importantes a la hora de mirar la economía de forma global.
No se puede negar que el sector bancario ha atravesado, y sigue atravesando, etapas de extrema dificultad. Sin embargo, a través de reestructuraciones de dimensión, rediseños de sus estrategias comerciales o ayudas públicas, entre otros, ha logrado sobrevivir.
A mi juicio, independientemente de las estrategias monetarias llevadas a cabo por el máximo órgano bancario europeo durante los últimos años, la reciente retirada de estímulos QE constituye una jugada maestra de Draghi.
Por qué la retirada de estímulos QE de Draghi es un acierto para la economía
Las políticas monetarias son los dos grandes y fundamentales grupos de instrumentos que utilizan los Bancos Centrales para mantener la estabilidad de precios del país en cuestión. A través de una serie de herramientas y procedimientos, los bancos centrales regulan los tipos de interés y la cantidad de dinero en circulación.
A grandes rasgos, hay dos tipos de políticas monetarias:
- Política monetaria Expansiva, es una inyección de dinero y/o reducción de los tipos de interés de referencia. Pretende estimular la economía, propiciando un incremento de variables macroeconómicas básicas para el crecimiento económico, como el Consumo, la Inversión o el Gasto Público, entre otras.
- La Política Monetaria Restrictiva, en cambio, es el extremo opuesto y su finalidad sería “enfriar” la economía para evitar un aumento excesivo del nivel general de precios (inflación). Los dos instrumentos básicos, en este caso, serían la restricción de entrada de dinero al sistema y/o el aumento de los tipos de interés de referencia.
Ante todo, no podemos olvidar que el ejecutivo del BCE, en ningún momento ha garantizado un aumento de los tipos de referencia para el 2019. Sólo ha dejado entrever una “previsión” de alza, y que en todo caso, no se produciría antes del verano del 2019. Este mensaje nos deja abierta una cierta probabilidad de que la tan deseada subida de tipos por parte de la banca se haga esperar más de lo previsto.
Cómo encaja la decisión de Mario Draghi en la perspectiva económica para 2019
En la línea de esta posibilidad, no podemos obviar las predicciones del mismo BCE para el 2019, en el que se augura una ralentización de la economía a nivel mundial.
De cumplirse esta previsión, ¿tendría sentido un aumento, por sensible que sea, de los tipos de interés de referencia? La respuesta parece más que evidente. Y en esta cuestión es donde Draghi se saca el as de debajo de la manga y nos demuestra porqué está al frente de la máxima autoridad bancaria europea.
Su jugada consiste en aplicar unos mecanismos de política monetaria restrictiva, pero dándole un cierto carácter moderado.
Así pues, el presidente italiano opta por la retirada de estímulos QE, o lo que es lo mismo, finalizar con el programa de compra de deuda de los Estados de la eurozona.
Pero cuidado, porque la culminación de las compras de deuda no implica la devolución del nominal por parte de los Estados: ante los vencimientos de los bonos soberanos, se acometerán reinversiones, aunque por un tiempo que el presidente no ha querido precisar.
Draghi es muy consciente de que si no renueva los vencimientos de los bonos, estará actuando con unos criterios excesivamente restrictivos. Y el resultado podría ser un estrangulamiento económico que no favorecería en absoluto a la ya anunciada desaceleración económica que tenemos a la vuelta de la esquina.
Ante esta posibilidad, el máximo mandatario italiano ha optado únicamente por paralizar las nuevas compras de bonos soberanos (cerrar el grifo de liquidez), y a partir de esta decisión, observar cómo se comportan los indicadores macroeconómicos durante el primer semestre del 2019. Según la evolución de éstos, abordará la cuestión de subida de tipos. En resumen, quiere ir poco a poco y con buena letra.
Conclusión
Tanto el incremento de tipos como la finalización del programa QE constituyen instrumentos de política monetaria restrictiva. Las dos herramientas van en consonancia. Pero, en contra de quienes optan por la subida de tipos, creo que hay una gran diferencia.
Con la segunda de las medidas descritas, el BCE posee mayor margen de maniobra, así como la capacidad de ir poniendo a prueba la economía de la eurozona durante los próximos meses.
Es decir, con la retirada de estímulos QE, Draghi puede ir cerrando el grifo poco a poco, sin cerrarlo del todo, consiguiendo un mayor control de la situación.
Con la subida de tipos, el sistema financiero europeo, que goza de una alta eficiencia, aplicaría esta subida a todo el abanico de tipos de interés existentes en el sistema. Y una vez realizado, ya no hay vuelta atrás, puesto que una posterior corrección a la inversa de los tipos por parte del BCE generaría una nueva oleada de turbulencias que, en el escenario actual, no acompañarían en absoluto.
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