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Lo que aprendimos con la pandemia

Este pasado mes de marzo, se ha cumplido ya un año desde el inicio de la pandemia. 365 días que han cambiado nuestra manera de vivir, de relacionarnos, de querernos, de trabajar e incluso de divertirnos.

Hemos tenido tiempo y oportunidades para aprender e informarnos de múltiples materias, para analizar y analizarnos, para conocernos, para pensar en cómo vivimos y cómo queremos vivir.

En resumen, ha sido un año que marcará un antes y un después. Es la oportunidad que tenemos para recomenzar, para reorganizar también nuestros recursos, para redefinir nuestra vida y cómo queremos vivirla, en definitiva para dejar de cumplir los objetivos de otros y empezar a cumplir los nuestros.

Para mí, cinco son las grandes enseñanzas que aprendimos con la pandemia y que no podemos olvidar:

1. Todo lo que piensas que es imposible que te pase, va un día y sucede

Nadie se imaginaba que esta pandemia podría paralizar una ciudad, un país y el mundo entero, y sin embargo sucedió. Si esto ha sucedido así, créeme que todo lo que te puede pasar, nunca descartes que te pase. Nos ha quedado claro que hay escenarios que no podemos dejar a la improvisación. Y la gestión de nuestras finanzas no se escapa. Nunca hemos visto ni sentido tan de cerca lo importante que es tener las espaldas cubiertas; lo que supone poder centrar nuestra energía en lo importante y no estar preocupándome por el dinero. En planificación financiera, tenemos que prever todos los escenarios y ponderar el riesgo de que sucedan, hacerlo así, será lo único que te garantice que tu plan se cumpla pase lo que pase.

2. La importancia de tener un fondo de emergencia

Durante el confinamiento un 24% de los españoles tuvo que recurrir a endeudarse para afrontar la caída de ingresos. Quizás en algún caso pueda estar justificado, pero en otros muchos, es la consecuencia de vivir en un desorden financiero, de excederse año a año, viviendo por encima de nuestras posibilidades. Una vez más la vida se encarga de recordarnos que no es suficiente tener un dinerito ahorrado. Es fundamental asegurarnos de contar con un fondo de emergencia líquido que nos permita cubrir nuestros gastos fijos en el caso de que no contemos con ingresos durante un tiempo. Contar con este soporte te genera un sentimiento de tranquilidad, seguridad y felicidad que no se paga con nada.

3. La ventaja de mantener un nivel de vida flexible

Seguro que lo habrás escuchado antes: “Si persigues estatus, compra pasivos; si persigues riqueza, compra activos”. Nunca mejor que ahora para darnos cuenta de lo importante que es mantener un nivel de vida flexible, que se pueda adaptar fácilmente a nuestro nivel de ingresos. Si sólo adquirimos bienes que nos consumen recursos (pasivos), en un momento en el que nuestros ingresos se reduzcan no podremos mantenerlos o será muy difícil adaptarse rápido a la nueva situación. Y créeme que aunque no lo creas, a ti también te puede pasar. Por tanto si organizas tu vida económica de manera flexible con gastos que puedas eliminar fácilmente, con una estructura fija muy pequeña y te rodeas de activos, estarás preparado para cualquier contingencia que ocurra.

4. Diversifica tus ingresos

Siempre te han aconsejado: nunca pongas todos los huevos en la misma cesta. Y sin embargo nuestras finanzas personales nos empeñamos en basarlas en una única fuente de ingresos. Aquellas personas que tenían más de una fuente de ingresos se adaptaron de mejor manera a la bajada de ingresos en alguna de sus actividades. Si por el contrario basas toda tu economía, en una fuente de ingresos y esa falla, tendrás muchas más dificultades para adaptarte. Además hoy más que nunca, tenemos al alcance de nuestra mano la posibilidad de explorar actividades que nos reporten ingresos accesorios, a través del alquiler de algún inmueble, de monetizar alguna afición o incluso de enseñar a otros a hacer una u otra cosa. Aquí no podemos olvidarnos que realizar una gestión eficiente de nuestros ahorros nos reportará ingresos financieros accesorios.

5. El valor de lo importante

Siempre es necesario parar y pensar, poner el contador a cero y crear desde ahí. Con la pandemia y el confinamiento hemos tenido la oportunidad de valorar lo que tenemos, seguro que muchas cosas que creíamos necesarias ahora las vemos prescindibles. Y algunas ideas que veíamos inalcanzables ahora las tenemos más cerca. Porque en muchas ocasiones nos dejamos llevar por otros y no por lo que nosotros queremos. Ha primado muchas veces hacer lo que tú haces y no hacer lo que yo quiero. Ahora es el momento, identifiquemos cuales son nuestras metas, nuestros objetivos en la vida y organicemos y gestionemos nuestros recursos para alcanzarlos.

Así que deja ya de gastar tu tiempo para generar dinero, empieza a gestionar tu dinero para generar tiempo. El tiempo es VIDA. Porque está claro que al final de tus días de lo que menos te vas a acordar es de lo material, el tiempo que pasas con los que quieres y haciendo lo que quieres es lo que hace a la vida realmente interesante.


www.gestionandomisfinanzas.com

Isabel Iglesias Arce, autora del libro ‘Finanzas en Femenino’.

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