Cinco años después del Acuerdo de París, las inversiones de capital de las empresas intensivas en carbono siguen superando con creces la inversión en energías limpias.
Han pasado cinco años desde la firma del Acuerdo de París sobre cambio climático. En aquel momento, Climate Action Tracker advertía de que las políticas en vigor provocarían que, en 2100, la temperatura mundial hubiese aumentado 3,6 °C con respecto a los niveles preindustriales.[1] Aunque muchos países se comprometieron a reforzar sus políticas medioambientales, se estimó que estos esfuerzos no evitarían un perjudicial aumento de 2,7 °C. [2]
Sin embargo, en los meses finales de 2020, China se ha comprometido a ser neutra en carbono en 2060, mientras que el presidente electo de EE. UU., Joe Biden, ha anunciado que el país volverá a adherirse al Acuerdo de París. Además, 127 países que representan el 63% de las emisiones mundiales se están planteando o han adoptado objetivos de cero emisiones netas, entre ellos la Unión Europea (UE), Sudáfrica, Japón, Corea del Sur y Canadá.[1]
Actualmente, una evaluación optimista sitúa el calentamiento global en 2,1 °C, lo que pone al alcance el objetivo, acordado en París, de mantener el aumento de la temperatura «por debajo de 1,5 °C».
Se trata de una buena noticia de cara a la próxima Cumbre del Clima (COP26), que se celebrará en Reino Unido en 2021.
La inversión de capital (capex) puede utilizarse como un indicador aproximado para medir si los compromisos climáticos van por buen camino.
La organización Climate Policy Initiative estima que los bancos de desarrollo, las instituciones financieras, los gobiernos y los hogares han invertido 579.000 millones de dólares en financiación climática, mientras que las empresas han invertido 183.000 millones.[3]
En el Gráfico de la Semana analizamos las inversiones de capital de las cerca de 900 empresas más grandes del mundo en 2019
Nuestro análisis revela que, de los 2 billones de dólares de inversiones de capital, las 150 empresas más expuestas a los riesgos climáticos invirtieron 651.000 millones de dólares en capex con una vida económica de unos 22 años, lo que supone una amenaza para el clima y aumenta el riesgo de que los activos se queden obsoletos a medida que las políticas climáticas se vayan generalizando.
Aunque el desplome de la demanda de petróleo provocado por la pandemia ha llevado a las petroleras cotizadas a cancelar más de 54.000 millones de dólares en proyectos [4], y pese a que algunas energéticas europeas han adoptado objetivos de cero emisiones netas de carbono, el análisis muestra que, de momento, ninguna está alineada con los objetivos del Acuerdo de París. [5]
A través de la plataforma Climate Action 100+, 545 inversores de todo el mundo (entre ellos, DWS) que gestionan activos por valor de 52 billones de dólares colaboran activamente con las grandes empresas. [6]
A partir de 2021, unas 160 empresas serán evaluadas públicamente conforme a parámetros como la reducción de emisiones, las inversiones de capital, el gobierno corporativo, la transparencia o las actividades de lobby.
Los inversores desempeñan un papel decisivo a la hora de ayudar a las empresas a reorientar tantas inversiones de capital como sea posible hacia los casi 4 billones de dólares anuales necesarios para lograr una sociedad renovable y eficiente en el uso de recursos. [7]
Fuentes: Análisis de DWS Investment UK Ltd basado en el informe de GFMA/BCG de diciembre de 2020, con datos del índice de precios al consumo (IPC) a noviembre de 2019.
[1] Climate Action Tracker, diciembre de 2020.
[2] CarbonBrief, octubre de 2018.
[3] IPC de noviembre de 2019, Landscape of Climate Finance 2017/2018
[4] Duff and Phelps, julio de 2020
[5] TPI, octubre de 2020
[6] http://www.climateaction100.org/
[7] GFMA/BCG, diciembre de 2020
La sostenibilidad, una razón de peso para los inversores por DWS.