LOS PROTAGONISTAS MUNDIALES, BANCOS CENTRALES, UNA AYUDA DESINTERESADA O UNA OPORTUNIDAD PARA CONCENTRAR MÁS PODER. No es ninguna novedad que vivimos ya inmersos en una próxima década complicada para nuestro país, en lo que a datos de crecimiento económico se refieren. Y no solo aquí, en Europa y en el mundo también se está gestando una fuerte recesión. ¿Qué es la estanflación?
El panorama geopolítico en el mundo va a cambiar y mucho
Las principales preocupaciones mundiales como el desarrollo sostenible, el calentamiento global o las crisis migratorias, están pasando a segundo plano progresivamente, a medida que el Covid 19 toma fuerza en esta tercera ola de contagios.
Las nuevas cepas crean incertidumbre y protagonismo mediático, así como la falta de compromiso con algunas farmacéuticas a la hora de cumplir plazos con la entrega de vacunas. Paralelamente, en términos económicos, la estanflación va tomando un protagonismo en casi todos los países del planeta.
Alemania que había controlado el virus en marzo, paso a un durísimo confinamiento en la mayoría de los Länder en su último trimestre del 2019.
Ahora también Portugal, que parecía haber controlado la pandemia de forma ejemplar, en los últimos 14 días ha registrado la tasa de infección por Covid más alta de la Unión Europea con 1.429 casos por cada 100.000 habitantes según la ECDC (Centro Europeo para la prevención y de control de enfermedades).
La tasa de Portugal es la más alta de la UE 247,55 por cada millón. Su situación es crítica y está siendo auxiliada por Alemania y Austria, tanto con médicos como material sanitario.
El confinamiento es la medida estrella
Desgraciadamente, afecta negativamente al tejido empresarial, el cual necesita de las ayudas directas a autónomos y empresas con el objetivo de asegurar liquidez de los perjudicados por cierres.
El proceso está siendo lento
Los principales bancos españoles cerraron el año pasado con una media de 5.000 millones de euros menos que en el 2018. Destaca el Santander con 8.771 millones de euros. Se preparan para la morosidad que les viene y aun habiendo hecho provisión de fondos para este punto en concreto, son los usuarios los que están pagando el proceso, con más comisiones por los mismos servicios prestados y en el peor de los casos sin que ese servicio llegue a existir. La situación no es buena para las grandes, ni mucho menos, para las pequeñas empresas.
¿Qué es la estanflación?
La estanflación, es un fenómeno económico bautizado por primera vez por el ministro ingles de Finanzas británico, Ian McLeod quien, en 1965, en un discurso ante el Parlamento en ese año, dijo:
“Ahora tenemos lo peor de ambos mundos: no sólo inflación por un lado o estancamiento económico por el otro, sino ambos juntos. Tenemos una especie de “stagflation“. Y, en términos modernos, se está haciendo historia.”
Lo que los analistas vienen a decir es que el panorama que llega se va a quedar una década en gran parte de los países del mundo. Estanflación combina los términos estancamiento e inflación; es la situación económica que indica la convivencia del alza de precios, y el aumento del desempleo y el estancamiento económico, entrando en una crisis o incluso recesión.
Esta considerado uno de los escenarios económicos más complejos dada la contradicción estratégica que se crea al intentar dar solución a los dos problemas.
Por un lado, la inflación necesita de las políticas monetarias restrictivas que se utilizan para combatir el alza de los precios, pero tienden a profundizar y ampliar su componente recesivo sobre el estancamiento económico.
Y, por otro lado, las políticas monetarias y fiscales que deben utilizarse para dinamizar una economía en recesión empeoran el componente inflacionario.
Lo peor de los dos mundos
En una economía mixta (donde los mecanismos institucionales distorsionan el normal comportamiento del mercado), una inflación sana, solo estaría asociada a un crecimiento económico. Y una recesión, estaría por ende asociada a una baja inflación.
Como hemos explicado, ahora tenemos lo peor de los dos mundos. Esto representa un gran desafío para las autoridades gubernamentales y los bancos centrales, pues reciben señales mixtas y contradictorias sobre la economía, que hacen muy complicado decidir qué políticas establecer, en qué orden y en qué momento tomarlas.
Los bancos centrales han asumido una primera línea de combate determinante en la respuesta ante la arrolladora crisis económica desatada por la pandemia del coronavirus.
Son los protagonistas de la ayuda que nos llega en forma de deuda, primero con inyecciones masivas de liquidez con la que evitar el colapso del mercado financiero, y luego con programas de compra de activos, a un nivel sin precedentes.
¿La historia se repite?
Solo tenemos que remontarnos a la burbuja crediticia e inmobiliaria que generó el Banco central de Japón a lo largo de las décadas 60 a 80 con las inyecciones de liquidez que, no solo crearon una burbuja inmobiliaria sino también en la bolsa.
Entre 1985 y 1989 las acciones subieron un 240% y los precios del suelo un 245%.
El valor en el mercado de uno solo de los distritos de Tokio, tenían un valor superior a la totalidad de Canadá. (The Price of de yen. Richard Werner). Algunos pensaron que la causa era la escasez de tierra. Nada más lejos de la realidad. Como todas las burbujas, éstas son impulsadas por la rápida creación de dinero nuevo por el sistema bancario.
Los beneficios empresariales, dieron lugar a un aumento del empleo y por consiguiente de recogida de impuestos. Se escribieron literalmente miles de artículos explicando el milagro de la creciente economía nipona. La teoría más aceptada acabo siendo que las técnicas de administración japonesas eran las más eficientes y sus trabajadores los más productivos.
Sin embargo, esta situación acabó explotando como ocurre con todas las burbujas. En la década de los 90, con la gran crisis del sudeste asiático, incluido Japón, el suicidio se volvió la mayor causa de muerte de 20 a 44 años.
Entre 1990 y 2003, 212.000 empresas quebraron y hubo más de 5 millones de parados. En ese período la bolsa cayó un 80%. El precio de la tierra en las ciudades más importantes disminuyo un 84%. No en vano el Banco central japonés había conseguido su objetivo, activar cambios estructurales en la sociedad japonesa. Pasar de una economía tradicional a una economía agresiva capitalista y consumista. Como consecuencia de las acciones del banco central japonés, los japoneses son aún hoy en día, el país con la deuda per cápita más alta del mundo.
Lo mismo sucedió en EEUU, con las inyecciones de liquidez de la Reserva Federal en los dorados años 20 y todos sabemos cómo termino la década.
La importancia del papel del asesor financiero
Con este panorama económico donde nos esperan altas tasas de desempleo, endeudamiento y al mismo tiempo menores ingresos en una parte importante de los hogares españoles, el papel del asesor financiero adquiere una importancia vital.
Estamos en un siglo caracterizado por las continuas y alternantes burbujas y crisis. Con el poder que siguen operando los bancos centrales, este 2020 tienen una excusa perfecta, una pandemia que propicia una crisis de nivel mundial y les concede más poder (si cabe), para poder generar cambios no solo monetarios, y políticos que nos hagan ser más dependientes del sistema financiero que antes, sino que además acabarán polarizando más a la sociedad.
Ya no solo nos distinguimos por más pobres o más ricos sino por los que conocen los entresijos del mercado financiero y los que no. Un escenario así merece la pena tomarlo con calma. No tenemos que dejarnos llevar por las emociones y consultar con un asesor financiero que nos pueda ayudar a ver con absoluta frialdad la posible salida de un túnel que se espera largo.
El enemigo del ahorrador: la inflación por Eduardo García, nº Asociado EFA 14630.