¿Recuerdas la primera edición de Operación Triunfo? Estamos hablando del año 2001. Entonces, aún pagábamos con pesetas aunque en los mercados financieros ya se operaba en euros. Imagínate que, en aquel momento, un ahorrador de los mal llamados conservadores (ahora veremos el por qué) decide dejar en cuenta corriente, a un interés 0 o muy cercano a cero ya en la época, un millón de pesetas (es decir 6010,12 euros). ¿Cuál es el valor real en la actualidad de esta inversión?
Caso 1: El ahorrador que no hizo nada
Lo primero a tener en cuenta es que, partiendo de la hipótesis que esta inversión no ha tenido rentabilidad financiera y tampoco se le ha aplicado ningún coste financiero (comisiones), el ahorrador seguirá teniendo 6010,12 euros en su cuenta bancaria.
La cuestión es, que se podía hacer con un millón de pesetas en 2001 y que podemos hacer hoy en día con 6010,12 euros. Para saberlo necesitamos analizar el efecto inflación.
Si utilizamos la calculadora del Instituto Nacional de Estadística veremos que la inflación acumulada entre mayo de 2001 y mayo de 2019 ha sido de un 42%. Por tanto, -42% es, en términos reales, la rentabilidad obtenida por este inversor conservador en un periodo de 18 años.
Financieramente hablando, este ahorrador sigue teniendo 6010,12 euros en su cuenta, sin embargo, puede hacer muchas menos cosas con ese dinero en términos de economía real.
Caso 2: el ahorrador que invirtió
Imagínate ahora que este mismo ahorrador hubiera apostado por la renta variable… y le da por invertir su millón en un vehículo de inversión idexado al ibex35 (quizá, aconsejado por su gestor del banco).
Podemos consultar cual ha sido la rentabilidad acumulada del Ibex 35 con dividendos partiendo del dato que podemos encontrar en el punto 1.2 de la página donde nos dice que, en 2001, su cotización fue de 11.255,40 y en abril de 2019 de 27.143,20.
Por tanto, nuestro inversor se encontraría después de 18 años con 14.493,83 euros. Es cierto que falta considerar que estos vehículos de inversión no vienen exentos de comisiones. Por ejemplo, en fondos de inversión, las comisiones pueden rondar el 1,5% anual sobre el capital. Sin embargo, vale la pena pagarlas.
También hay un efecto fiscal a considerar si se dispone del dinero, ya que se generan ganancias patrimoniales que formarán parte de la base imponible del ahorro. Si ese año no obtuviera otras rentas a incluir en dicha base, tendría un coste fiscal de 1663,70 euros.
Conclusión: cómo tener en cuenta la inflación
Como conclusión, en el primer caso se obtiene una rentabilidad financiera del 0% para afrontar una inflación del 42% en el periodo establecido.
Mientras que, en el segundo caso, se obtiene una rentabilidad superior al 100% de la inversión para afrontar la misma inflación. En mi opinión, es más conservador en términos reales el ahorrador que apuesta por la segunda opción. Y tú, ¿qué opinas?
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