La robotización supone una tercera gran revolución que está cambiando la forma de pensar de nuestra especie. Los robots han venido para quedarse, y según el profesor José A. Herce van a hacer que en 50 años el 90% de nuestros hijos esté subvencionado por falta de empleo.
En este artículo aparecido en Byzness, de El Periódico, escrito por Nieves Ruiz, varios especialistas dan su opinión acerca de esta nueva realidad. ¿Los robots vienen a formar parte de nuestro ecosistema o a invadirlo por completo?
Cambios que veremos con la ploriferación de los robots
La próxima guerra no será de humanos contra robots, sino de humanos contra humanos que controlan los robots. Ya que
“El 1% de la población poseerá el control de todos los robots”
José A. Hercé
Un ejemplo de esta tendencia la cumple ya, a día de hoy, la empresa Amazon.
Como afirma Ángel Bonet, de Mindsait, la compañía va a abrir en 2019 su mayor centro de logística, que funcionará con robots. Lo hará en Barberá del Vallès (Barcelona), y las pocas personas que haya en plantilla, estarán para ayudar a los robots.
Según él, la falta de talentos va a hacer que las empresas echen mano de sistemas inteligentes. Y no será hasta dentro de un par de décadas que los sistemas universitarios podrán rellenar ese vacío.
Aún así, insiste Herce, por cada dos empleos que desaparezcan a causa de la robotización, se crearán 5 asociados a ella.
Eso sí, se eliminarán los puestos de trabajo que no aporten nada, y sólo sobrevivirán los que necesiten que haya un pensamiento para ejecutar procesos.
Cómo afectarán los robots al empleo
En datos de Ángel Bonet:
En un par de décadas, cerca del 47% de los empleos que conocemos a día de hoy serán llevados a cabo por algún tipo de bots. Por orden de especialización:
- médicos
- abogados
- consultores
- vendedores
- atención al cliente
Por otro lado, en nada menos que en tres años los ordenadores serán equiparables al cerebro humano en capacidad de computación. Y en 15 un sólo ordenador podrá tener la capacidad de todos los cerebros del planeta unidos. Esto es, siete mil millones y medio de mentes pensando al unísono.
Más nos valdría ir pensando en paralelo una legislación para controlarlos.
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Redacción.
Puedes leer el artículo original de Nieves Ruiz también en FactorHumà