Pese a que se trata de una dicotomía claramente incompleta, una de las grandes bisectrices que dividen los fondos de inversión sigue siendo con respecto al estilo de gestión. Puede ser activa (selección discrecional de activos) o pasiva (donde el gestor del fondo simplemente replica la composición de un índice).
En cada caso, subyace una hipótesis con respecto a los mercados y, sobretodo, una función del gestor claramente diferente. Lo cual, tiene un impacto sustancial con respecto a las comisiones del fondo.
En general, no se trata tanto de escoger una o la otra. Sino de entender bien en qué consiste cada forma de gestión, cuándo resulta más adecuada una u otra, y quién y qué comisiones se cobran.
Gestión pasiva
Empecemos por la gestión pasiva.
Qué es
De entrada, es importante resaltar que el adjetivo “pasivo” hace referencia a la actitud que ha de tomar el gestor, no el inversor.
Papel activo del inversor
Este, asesorado por un consultor financiero o por su cuenta y riesgo, es quien tiene que decidir en qué índices invierte y cuándo entra y sale. Se trata de un estilo de inversión que cuenta con la ventaja de ser (en teoría) muchísimo menos costoso a nivel de comisiones.
Sin embargo, requiere que el inversor cuente con los conocimientos necesarios para hacer un diseño de la cartera que se ajuste a su perfil de riesgo.
A qué se debe el menor coste de la gestión pasiva
La baja comisión para el gestor deriva de la máxima de que un fondo de gestión pasiva simplemente replica el índice, con lo que “no hay gestión”.
Es decir, simplemente, se pueden aplicar ciertas comisiones que recojan los costes de entradas y salidas (en la medida en que el fondo replica los cambios naturales en los índices) y los costes de depositaría.
Estos bajos costes pueden ser claves y determinantes para el pequeño inversor. La cuestión está en saber qué índices escoger:
Tipos de índices en gestión Pasiva
Existen índices sectoriales, geográficos, según el tamaño de las compañías y, desde no hace mucho:
- Los fondos “Smart beta”:
Estos últimos no replican la composición de un determinado índice, sino que su composición sigue una norma algorítmica fijada con anterioridad y conocida por el inversor.
Desde un punto de vista de mercados, y aunque simplificamos, la hipótesis detrás de los fondos pasivos es que:
Es imposible batir a “Mr. Market“
Con que lo mejor que podemos hacer es replicarlos.
Cómo replicar a Mr. Market
Algunos expertos relacionan el desarrollo de la gestión pasiva con las teorías de mercados eficientes de información perfecta. Desarrollados por economistas como Eugene Fama, entre otros.
Esta hipótesis, en general, se da como cierta en períodos largos de tiempo. También para índices amplios, que recogen una parte importante de la economía.
En periodos de inversión a largo plazo, los beneficios de una buena diversificación se diluyen. Una cartera puede ser tan simple como tomar un ETF que replique el S&P500, especialmente en el caso de importes pequeños.
Esto es, además, una estrategia recomendada por Buffett para el inversor lego en la materia y con limitado acceso a un buen asesoramiento financiero.
Se trata de una opción que el grupo Vanguard fundado por otro inversor célebre, John Bogle, ofrece con una comisión de tan solo el 0,25% para gastos corrientes (depositaría, comisiones de compra venta, corretajes, etc.), para períodos más cortos, o carteras de volumen que aconsejen no poner todos los huevos en el mismo cesto.
Este tipo de gestión exige mucho esfuerzo. El propio ahorrador-inversor tiene que estar pendiente, de manera constante, de definir las proporciones en las que invierte en cada índice. Ello, según evolucionen: la macroeconomía, los diferentes mercados y las divisas.
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