India es una de las economías con mayor potencial de crecimiento a nivel global, pero sigue estando infrarrepresentada en muchos índices y carteras de inversión. A pesar de los avances recientes, su peso sigue siendo bajo frente a otros gigantes como China. En este artículo, Alejandro Ortiz Fernández explora las razones detrás de esta infravaloración y la oportunidad que representa India para los inversores a largo plazo.
Pese a los grandes avances recientes, con un aumento del peso de las compañías indias en el MSCI World y la inclusión el año pasado de sus bonos en los índices mundiales de RF, el gigante hindú sigue siendo una economía infravalorada en términos de participación en índices y carteras. Esto no debería sorprendernos, pues las ponderaciones siempre suelen estar “viradas hacia Occidente” (de hecho, China, por ejemplo, también está notablemente infrarrepresentada), pero no es un tema baladí cuando hablamos de la economía que más va a crecer en los próximos años.
Según las previsiones del FMI, el PIB indio seguirá creciendo a ritmos del 6,5% en 2025 y 2026, lo cual le permitirá adelantar en el siguiente bienio 2027-2028 a Japón y Alemania y convertirse en la tercera economía del mundo. Y el potencial seguirá ahí, porque hablamos de un mercado de más de 1.400 millones de habitantes que seguirá creciendo en población bastantes años (más de 1,5 nacimientos por cada fallecimiento) y cuya clase media se incrementa a pasos agigantados.
“Hablamos de un mercado de más de 1.400 millones de habitantes que seguirá creciendo en población bastantes años”
Alejandro Ortiz Fernández, nº asociado EFA 13.610
India: cantidad, y calidad
Y no solo es una cuestión de cantidad, también de calidad. A diferencia de China, hablamos de una democracia que aspira a ser liberal (aún bastante lejos, pues viene de un sistema de castas y en muchos estados se ha perpetuado un nacionalismo excluyente añadido a la persecución religiosa) y que ha modernizado la nación de manera notabilísima.
Como ejemplo, en el aspecto financiero, existen numerosas iniciativas para la inclusión financiera, a la vez que se ha creado una infraestructura pública digital al nivel de las mejores del mundo, que permite una gran variedad de opciones de pago digital. Y, además, el Código de Insolvencia y Quiebra ha logrado una reducción sustancial de los activos improductivos de los bancos comerciales, mejorando considerablemente la salud del sistema bancario.
Muchos otros indicios apuntalan la modernización del país: el sexto puesto mundial en solicitudes de propiedad intelectual; el ascenso de nueve puestos desde la pandemia en el Índice de Innovación Global (puesto 39 en 2024); así como las numerosas iniciativas en campos en desarrollo (Misión Cuántica Nacional, Misión Nacional sobre Sistemas Ciberfísicos Interdisciplinarios, Proyecto Genoma), destacando la Organización de Investigación Espacial, que este mismo mes ha realizado un acoplamiento espacial, siendo el cuarto estado del mundo en lograrlo.
India, del quiero al puedo
Así que, ¿podemos permitirnos en nuestras carteras de inversión obviar al país de mayor crecimiento cuando va camino de convertirse en un gigante mundial? Un mercado de oportunidades tanto en renta variable como en renta fija en un entorno estable, con una inflación controlada alrededor del 4% (el objetivo del Banco de Reserva de la India se encuentra entre el 2% y el 6%), que tiene una de las principales reservas de divisas del mundo, con una constante inversión extranjera directa por la diversificación de las cadenas de suministro a nivel global, y con una rentabilidad del bono a diez años del 6,80%, muy superior al de las economías occidentales.

En junio de 2024, los bonos indios se incluyeron en el índice GBI-EM de JP Morgan y se espera que en unos meses alcancen el 10% de ponderación. Sin embargo, no encontrarás en Morningstar una categoría de RF India; de hecho, es posible que no te sea nada fácil encontrar un fondo de inversión o un ETF exclusivo. Y todo eso en un mercado que ofrece un tipo de interés alto junto a una volatilidad histórica baja (alrededor del 5%) y una divisa, la rupia, bastante estable.
La renta variable también se ve interesante pese a las subidas de los últimos años. El principal índice de valores (Nifty 50) no es que haya recuperado precios de antes de la pandemia, es que casi los ha doblado, lo que podría hacernos pensar que la bolsa está cara. Y, sin embargo, el PER del mercado a inicios de 2020 era superior a 28 (el S&P 500 andaba por 24), cuando hoy es inferior a 21 (el S&P 500 en 30).
Cartera de futuro
“Es un mercado que ofrece un tipo de interés alto junto a una volatilidad histórica baja (alrededor del 5%) y una divisa, la rupia, bastante estable”
Alejandro Ortiz Fernández, nº asociado EFA 13.610
En conclusión, no se puede obviar en nuestras carteras, especialmente en la parte estratégica y a largo plazo, a una economía que en quince años previsiblemente aportará más del 10% del PIB mundial y que es la que más crece actualmente, con una base demográfica sólida, una modernización creciente, un sistema financiero creíble, y a cuyos mercados de renta fija y renta variable sin duda van a entrar ingentes cantidades de dinero en los próximos ejercicios. Y no, muchos de los índices “globales” aún no le asignan el peso adecuado; la próxima vez que revises tu cartera, fíjate en ello.