Nicolás Licandro, asociado de EFPA España, escribe para el blog EFPA “De vikingo a inversor sofisticado” testimonio sobre cómo una sociedad piensa y actúa poniendo foco en las generaciones futuras, utilizando como herramienta a los mercados financieros.
La disciplina, entendida como la capacidad de una persona para llevar a cabo determinada tarea o para adoptar un determinado comportamiento, es una cualidad con impacto positivo en varios aspectos de nuestras vidas, y sin dudas es un elemento clave a la hora de manejar nuestras inversiones financieras.
Los mercados nos ponen constantemente antes situaciones donde nos vemos tentados a actuar compulsivamente tanto por el hecho que los activos caen en picada, como cuando suben sin parar.
Es por eso que un inversor tiene que intentar abstraerse del ruido, tener un plan de largo plazo, una hoja de ruta y con disciplina llevarlo a cabo.
Hay varias experiencias exitosas que validan esta afirmación, pero en este caso quiero centrar mi atención y darles a conocer con más detalle lo que hacen los noruegos a través del Norwegian Government Pension Fund Global.
Noruega es un país desarrollado con una economía diversificada que logró un gran impulso luego de descubrir petróleo en la década del 60
Sabiendo que el petróleo algún día se acabará o dejará de tener el valor que actualmente tiene en nuestra economía, diseñaron un plan de largo plazo creando un fondo en donde poder invertir los beneficios y así intentar evitar los desbalances ocasionados por dicha actividad.
Fue recién en 1996 cuando le pusieron el nombre de Norwegian Government Pension Fund Global y establecieron que podría invertir en mercados extranjeros.
Actualmente este fondo tiene USD 1 tri. de activos bajo gestión, el doble del PBI de ese país. El fondo vuelca “utilidades” de tan solo el 3% hacia las arcas del gobierno, que representa el 20% del presupuesto.
Tiene una política de invertir en compañías ESG (environmental, social, governance) donde existe un tribunal de Ética que da recomendaciones a los gestores del fondo sobre el tipo de empresas en las que invierten.
Han demostrado la capacidad y la disciplina de volcar año a año los beneficios del sector petrolero pensando en los suyos a largo plazo.
En esta gráfica se puede ver la contribución anual al fondo por el rectángulo azul oscuro
Actualmente tiene un 70.80% en acciones, 26.50% en renta fija y 2.70% en inmuebles.
Posee el 1.50% del mercado accionario mundial en una cartera de 9’200 compañías diferentes de 74 países.
El fondo ha conseguido un retorno anual del 6.10% desde 1998 habiendo pasado por las crisis financieras, crisis de commodities generales, caídas del petróleo y otras adversidades.
Estiman conseguir una rentabilidad anual del 4%, que les permite financiar parte de la actividad del gobierno de turno y no descapitalizarse pensando en las generaciones futuras.
Envidiable, ¿no?
Desde nuestra perspectiva, sentados en el cono sur de las Américas y con una realidad completamente diferente cuesta creer que este tipo de conductas sean reales y no simples ejemplos teóricos sacadas de algún manual de buenas prácticas escrito por alguna organización mundial de “no sé qué”.
Los animo a reflexionar sobre la experiencia nórdica de la que me gustaría resaltar dos puntos: la importancia de marcarse objetivos y llevar a cabo un plan, una estrategia que nos permita llegar ahí a donde queramos; por otro lado, apoyarse en un equipo de profesionales que lo acompañe y lo ayude a recorrer este camino.
Nicolás Licandro
Financial Advisor – Business Development.