El progreso tecnológico trae consigo una forma inédita de relacionarnos con las cosas y con las personas a través de la automatización y el intercambio de datos, cobrando especial protagonismo el ‘big data’ y la inteligencia artificial. “Cambios en el mundo laboral, organizaciones y líderes. Una oportunidad“.
Con la transformación digital se instalan nuevas formas de pensar, de actuar, de diseñar estrategias, de tomar decisiones y asumir el liderazgo gracias a los recursos que la tecnología ofrece.
Entramos en la información en tiempo real donde la agilidad de respuesta es esencial.
Este es un mundo más predictivo, con conocimiento acumulativo y accesible, que hará necesario el trabajo colaborativo, afrontar riesgos en común, y donde el ser humano tenga su lugar.
La crisis del COVID-19 y la nueva normalidad, supondrán la consolidación de dichas tendencias.
La transformación digital también transformará el mundo laboral: el perfil de los trabajadores, de las organizaciones y los líderes.
Las organizaciones deben implantar la cultura de la innovación, de la reinvención constante, de la rápida adaptación a los cambios. Precisamos de una agilidad de respuesta que nos permita ofrecer los productos o servicios que el mercado, ahora también más exigente, en tiempo y forma.
La tecnología se ha convertido en un aliado, pero ¿destruirá la importancia del ser humano en la actividad productiva? ¿Y las organizaciones y los líderes? ¿Un mundo de “máquinas?
Cómo afrontar el cambio
En la era industrial la introducción de la máquina de vapor, llevó a una necesidad de más mano de obra para desarrollar tareas mecánicas en cadenas de producción con tareas repetitivas y poco valor añadido. En la era digital, en cambio, los trabajos tendrán, de alguna manera, automatizada la parte menos productiva y los y las profesionales podrán centrarse en tareas de mucho más valor agregado.
Por consiguiente, delante de este cambio evidente, renovarse o morir. Innovar o morir. Y en este camino habrá oficios que desaparecerán y trabajos sustituidos por la digitalización, sin lugar a dudas. Pero la aportación de la diferencia del humano, será esencial, y lo hemos visto en estos días de cuarentena. La tecnología son facilitadores que tienen que ayudarnos y mejorarnos.
Las personas deben superar el miedo al cambio, la parálisis ante el cambio. Vemos que se avecina una etapa de más esperanza y de confianza en el futuro y en el camino a este cambio habrá que construir determinadas capacidades.
En el libro “La aldea global” (1964) de Marshall McLuhan y B.R Powers, ellos decían:
“La humanidad ya no puede, debido a su miedo a lo desconocido, gastar tanta energía en traducir todo lo nuevo en algo viejo, sino que debe de hacer lo que hace el artista: desarrollar el hábito de acercarse al presente como una tarea, como un medio a ser analizado, discutido, tratado, para que pueda vislumbrarse el futuro con mayor claridad”.
Un libro que podemos considerar visionario ya que adelantaba el futuro. Nuestro presente.
Nuevas profesiones, organizaciones y líderes
Las nuevas profesiones que necesitamos en este nuevo paradigma, como ya detallaba el informe Adecco 2018, deberán tener: capacidades técnicas y estar orientadas a resultados, con valores sociales, habilidades colaborativas, gestión de la imagen propia, habilidades de la gestión del cambio, habilidades internacionales y comunicación y habilidades interpersonales.
Ello llevará un cambio en las organizaciones. Esta era digital, llena de incertidumbres, precisa de organizaciones con metodologías de trabajo ágiles. Todos sabemos que tal vez la mejor estructura organizativa no existe, pero también tenemos claro que una equivocada estructura organizativa es garantía de fracaso.
Las organizaciones se tienen que preparar para el cambio, con organizaciones red dual
La organización tradicional, jerárquica funcional, debe optimizar los resultados con menos recursos y dificultades.
Por otra parte, los equipos ágiles en red deben responder a las emergencias corto plazo y crear el largo plazo. Es necesario homogeneizar el funcionamiento de los equipos y empezar a utilizar diversas metodologías de simple funcionamiento en el reporte y toma de decisiones. De empowerment y especialmente formación a los nuevos y nuevas líderes.
Estos y estas líderes deben saber empatizar dando voz a la base de la pirámide
Es la clave del éxito, ya que están en contacto directo con los clientes, proveedores, operadores logísticos o con las nuevas restricciones. Son los que conocen parte de los problemas y seguro pueden dar visión a nuevas soluciones. Ello acelerará el proceso de cambio.
El principio de incertidumbre del físico Werner Heisenberg
Premio Nobel de física en 1932, es el precepto cardinal de a teoría cuántica, de la que poco os puedo explicar. Pero me hago mía el cuestionamiento que dicho principio hace cuestionando nuestra capacidad de saber algo de forma absoluta.
Con ello me quedo para definir cómo han de ser estos nuevos líderes en unos momentos de máxima incertidumbre y velocidad de cambio a la vez.
Decía Peter Drucker (1909-2005) referente indiscutible en management y gestión de las organizaciones, que un buen líder es aquel que es capaz de gestionar la máxima incertidumbre y tomar decisiones. Y que la mejor manera de predecir el futuro es creándolo.
Por ello nuestros líderes deberían ser (y muchos ya son) creíbles, deberían rodearse de los mejores expertos para tomar decisiones de forma ágil y exigente. Deben transmitir con claridad, mensajes concisos que dan dirección y simplifican lo complejo. Generan optimismo con los pies en el suelo y mirando hacia adelante. No sólo serán lideres competentes, sino líderes con método. Y tiene como mínimo tres valores: Empatía, humildad y vulnerabilidad.
Creo sinceramente que en este mundo hay sitio para tod@s pero sin duda… ¿quién ha dicho miedo? Estamos delante de una nueva gran oportunidad.
Anna Olsina Costa,
Asociada de EFPA España.