El próximo 29 de marzo, Inglaterra (y por consiguiente, la U.E.) pasará por un proceso de transformación de relaciones. De la negociación del Brexit, tanto el Estado Miembro, como la Supervisora (a un nivel macroprudencial), derivarán consecuencias significativas.
Las decisiones que tomen afectarán: tanto a las relaciones internacionales en el plano económico, como a una serie de factores cruciales para la implementación de la política monetaria. Y por consiguiente, de la Banca de Inversión.
Recientes estimaciones del Banco de Inglaterra y la primera ministra Theresa May, como representante del gobierno conservador, estiman que sin un acuerdo bilateral ni un suficiente período de transición, la libra podría depreciarse hasta en un 25%.
Lo que dispararía la inflación hasta niveles del 6, 5%.
Con estos datos, el Banco Central calcula una caída en el PIB de alrededor de un 8%, desde el año actual hasta 2023. Lo cual, lastraría a otros sectores de la economía, como son:
- empleo 💼
- vivienda 🏠
Qué va a hacer Inglaterra ante las perspectivas de crisis del Brexit
Ante esta perspectiva, Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra ha declarado que la entidad “tomará los pasos necesarios” para estabilizar la situación económica, cualquiera que sea el desenlace del Brexit.
No obstante, una salida de la U.E. podría endurecer significativamente los requerimientos en cuanto al establecimiento de empresas tanto dentro como fuera de Inglaterra.
1.Garantías para las empresas
El Supervisor penalizaría que no se contemplaran las medidas más laxas con las que cuenta Reino Unido actualmente, al ser un Estado Miembro.
2.Políticas arancelarias
Si añadimos las políticas arancelarias a la ecuación, se hace notoria la necesidad de que Inglaterra negocie una salida con “garantías” si no quiere enfrentarse a un proceso de desaceleración económica.
A pesar de contar con buenos datos en los últimos test donde se indica que los principales bancos del país cumplen holgadamente con los requerimientos de TIER1 del Supervisor (por encima de niveles de 2008), la situación del país no tiene un claro rumbo.
Cómo nos tomamos el Brexit los asesores financieros
Ante este contexto de inestabilidad, como Financial Planners nos surge la pregunta del millón:
¿Oportunidad de mercado o salida de inversiones?
Según el Informe Mundial sobre las Inversiones de 2018 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (CNUCYD), el Reino Unido recibió en torno a 20.000 millones en IED en 2017.
Esto, en principio, corresponde a una disminución anual de 90%. Pero las cifras de 2016 fueron particularmente inusuales. Ello fue debido a tres acuerdos transfronterizos de fusiones y adquisiciones (M&A). Entre los cuales, la adquisición de la empresa británica SABMiller PLC por Anheuser-Busch Inbev (Bélgica) por 101.000 millones USD.
A pesar del Brexit, la economía británica sigue siendo fuerte
- Londres sigue apareciendo como la capital financiera de Europa
- Gran Bretaña cuenta con una moneda fuerte a pesar de su reciente devaluación
- El país es uno de los mercados europeos más importantes. El Reino Unido ocupa el séptimo lugar en la clasificación Doing Business 2018 elaborada por el Banco Mundial.
Estos datos se basan, entre otros, en la facilidad de la creación de empresas en Reino Unido (13 días aproximadamente). Lo que ha sido puesto en tela de juicio con el Brexit en párrafos anteriores.
Si unimos esta información a la gran dependencia del PIB de Inglaterra al sector financiero, parece que el sentido común nos hace extremar la cautela en sesgar nuestra cartera de inversiones hacia Reino Unido.
Ante una depreciación de la libra, situación que ya está descontando el mercado, se pone de manifiesto que una política de inversiones basada en la cobertura eficiente de parte de la cartera, a través de derivados financieros, podría ahorrarnos sustos de cara a un acuerdo desfavorable para el país.
Fecha original del artículo (11/12/2018)