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Siguiente estación: ¿volverá la euforia?

Euforia

Viendo la situación actual de los mercados, y lo que se comenta en no pocos corrillos financieros, parece que lo vivido el año anterior se queda en una mera anécdota. Desagradable para muchos, pero simplemente en una anécdota.

La inflación sigue en niveles históricamente altos. Vladimir Putin y su homólogo Zelenski -con la ayuda de Occidente- no dan señales, o por lo menos lo disimulan magníficamente, de firmar un proceso de paz. Y no son pocas las compañías que han emitido previsiones a la baja en las últimas presentaciones de resultados. Sin embargo, las bolsas se han revalorizado más de un 20% desde los mínimos de octubre, y los bonos han ofrecido direccionalidad con la renta variable.

¿Qué nos dice todo esto?

Los mercados se mueven por expectativas, y el análisis de los precios nos puede ayudar a saber en qué porcentaje estas ya están descontadas. El año anterior hacía hincapié en aprovechar las caídas para comprar tras los descuentos que se estaban produciendo. El pánico se había instalado en los mercados, la inflación, la guerra, la recesión, y otros factores alimentaban este sentimiento que condujeron caídas significativas en unos mercados emborrachados previamente de liquidez. Las caídas en los precios descontaban la expectativa de recesión económica que de momento aún no se ha producido.

Nuestro análisis no nos indicaba una recesión pronunciada, sino un ajuste del ciclo que corrigiera los excesos que había provocado la política ultra laxa de los bancos centrales. Asimismo, estas correcciones fueron más pronunciadas debido al agravamiento y expectativa de enquistamiento del conflicto bélico de Ucrania.

Marcos Sánchez se pregunta si realmente estamos a las puertas de un nuevo estado de euforia.

¿Vuelve la euforia?

Hasta ahí parece claro: todo indica que el pánico que se había instalado en los mercados en el ejercicio anterior provocó una oportunidad de compra. Ahora bien, a la vista de las últimas subidas casi verticales de los mercados, alguien podría argumentarme si, en realidad, no estamos ante la otra cara de la moneda: la euforia.

Mi respuesta no alberga dudas: de momento, creo que no.

Intentemos descifrar el sentimiento de los mercados a través de una forma fácil y sencilla de entender: la volatilidad o índice que mide el pánico y la euforia.

Indicadores de euforia

La volatilidad está en torno al 20% en mercados desarrollados de renta variable, porcentaje que nos indica que todavía existen oportunidades. Sin embargo, debe prestarse atención a la velocidad a la que el mercado sube y el nivel de precios que se alcanza. Por otro lado, la volatilidad de la renta fija cotiza todavía por encima de su media histórica, aún lejos de los niveles que indican euforia y complacencia.

Hablar de recesión no es compatible con la situación del mercado laboral (EE.UU. volvió a crear 443.000 puestos de trabajo en el pasado mes de enero, con un descenso en la presión inflacionista de los salarios) y los costes de financiación de las empresas son todavía adecuados (y más si se relajan en la segunda parte del año) para generar inversión y por consecuencia riqueza.

Por lo tanto, pensamos que los mercados tienen aún recorrido. Sin embargo, no nos dejemos llevar por la EUFORIA. La búsqueda de oportunidades es un objetivo esencial en una inversión, pero también lo es una buena diversificación y sobre todo una buena gestión del riesgo.

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