Lo primero que se nos pasa por la cabeza ante esa pregunta es que no. Y efectivamente es así, ya que la propia CNMV cataloga a las acciones cotizadas como activos no complejos.
Es muy difícil que una persona en un contexto de asesoramiento financiero y careciendo de conocimientos en materia de mercados financieros, llegase a confundir una acción como un producto sin riesgo.
Por poner un ejemplo, rara es la vez que a lo largo del año los principales informativos televisivos no mencionan una subida o bajada de los índices más conocidos o de una empresa cotizada.
Pero, ¿es extensible que todas las acciones cotizadas son productos no complejos?
Recordemos que para diferenciar si un activo es complejo o no, la CNMV establece este criterio: la dificultad de entender tanto sus características como el riesgo que lleva asociado el activo financiero.
Uno de los factores más importante en cualquier acción cotizada es lo que se denomina como “profundidad de mercado”. Es decir, las ordenes de compra y venta que están a la espera de ser ejecutadas.
Si un activo cotizado tiene órdenes de compra y venta, a priori significará que cuanto mayor sea ese volumen:
- Ese activo es líquido y por tanto nuestras órdenes se podrán casar en el mercado.
- Será “más difícil” que un gran inversor (tanto interno como externo a la eª cotizada) llegue a provocar una oscilación con una única orden, ya que esa operación quedará diluida en las ordenes ya preexistentes.
Por tanto, ¿es posible que lleguemos a contratar una acción cotizada con una baja profundidad en el mercado y tener contrapartida para casar nuestras ordenes?
Desde luego que si, esa figura se denomina proveedor de liquidez (tiene que ser designado por la empresa cotizada).
- Esta figura queda reflejada en el BME Growth, siendo uno de los requisitos obligatorios para acceder a él, la designación de un proveedor de liquidez.
El BME Growth
El motivo de este hecho radica en que: El BME Growth es un mercado orientado a empresas de reducida capitalización que buscan expandirse, con una regulación a medida, diseñada específicamente para ellas y unos costes y procesos adaptados a sus características.
Lo que debemos de tener en cuenta es que, a pesar de que la eª tenga designado un proveedor de liquidez, si esta tiene una baja “profundidad del mercado” o “transaccionalidad”, es un valor muy susceptible y de frágil variación de su precio (su causa no es la propia tendencia del mercado) tanto por la entrada como por la salida de capital.
La CNMV en este sentido es muy estricta en cuanto a la posible manipulación de precios en los activos cotizados, recogido en el Real Decreto 1333/2005, de 11 de noviembre, por el que se desarrolla la Ley 24/1988, de 28 de julio, del mercado de valores, en materia de abuso de mercado (Artículo 3 → “Establecimiento de indicios de prácticas que falseen la libre formación de precios”).
Producto no complejo
Todos sabemos que es una acción y los riesgos en los que incurrimos al adquirirla, pero el hecho radica en que, la falta de transaccionalidad de algunos activos cotizados no es una característica conocida por el cliente minorista, y por tanto, de difícil medición para su poseedor. Y aunque las características principales de una acción cotizada cumple requisitos descritos por la CNMV de producto NO COMPLEJO.
- Se pueden reembolsar de forma frecuente a precios conocidos por el público. En general, siempre es fácil conocer su valor en cualquier momento y hacerlos efectivos.
- El inversor no puede perder un importe superior a su coste de adquisición, es decir, a lo que invirtió inicialmente.
- Existe información pública, completa y comprensible para el inversor minorista, sobre las características del producto.
- No son productos derivados.
Esa falta de transaccionalidad, aún a pesar de contar con un proveedor de liquidez (recordamos de nuevo que su función es la de dar contrapartida) deberá de tenerse en cuenta en el ámbito del asesoramiento financiero, debido a que tanto entradas como salidas de capital, repercutirán al precio del activo cotizado, afectando positivamente o negativamente al capital ya invertido.
Al igual que en el articulo anterior, existen determinadas situaciones en el que los conocimientos y capacidades del asesor son imprescindibles para una correcta labor de asesoramiento financiero.
Échale un ojo al perfil profesional de Sergio José Revilla Rodríguez.