Las Fintech ya son ‘una más de la casa’, pero, ¿cómo y cuándo empezaron a estar presentes en nuestras vidas? Joaquín Montoto pone su irrupción y consolidación en perspectiva.
A mediados del siglo XX, las fusiones entre bancos empezaron a crecer con el fin de ganar cuota de mercado a base de comprar a sus competidores y así acelerar su aumento de cuota. Se hablaba de sinergias que podían catapultar los resultados y poder crecer de manera exponencial tanto a nivel nacional como a nivel internacional.
Otro de los objetivos era ser lo suficientemente grande para no ser engullido por sus competidores internacionales que poco a poco iban poniendo el foco en las entidades europeas. Las diferentes circunstancias acaecidas, como la crisis financiera del año 2007, generaron otro cambio que afectaría en gran medida a la desaparición de las cajas de ahorro en España, que pasaron a ser adquiridas por otras entidades.
Nacimiento y crisis de las ‘puntocom’
Paralelamente, el mundo tecnológico nacía en el año 2000 con un sabor agridulce generando en poco tiempo la crisis de las “puntocom”. A pesar de ello, la tecnología aceleró los cambios dentro del sector financiero permitiendo a las puntocom hacerse con una pequeña cuota de mercado, dado que la estructura “rígida” de los bancos hacía difícil aplicar estas innovaciones de manera ágil.
Con la digitalización ese aceleramiento del sector financiero fue exponencial dando lugar a la aparición de nuevos jugadores como las Fintechs, los ‘neobancos’ y las startups, que aprovecharon esas ineficiencias de las grandes entidades para quedarse con negocios que han ido descuidando. La regulación cada vez más exigente, en gran parte debida a la crisis financiera del 2007, y los riesgos que conllevan los grandes cambios en la estructura tecnológica dentro de los bancos han hecho que fuese difícil aprovechar al máximo los beneficios de la digitalización.
Estos nuevos jugadores financiero-tecnológicos se hicieron poco a poco con parte de los principales negocios de la banca, como los medios de pago (tarjetas, cheques, transferencias, etc.), los depósitos, préstamos, gestión de patrimonio, intercambio de divisas y todo esto para particulares o profesionales.
Fintech: primeros pasos
En el año 1998 nació Paypal para permitir a los usuarios pagar en internet sin dar los detalles de sus tarjetas de crédito y así poner una “capa” de seguridad en la compra online. Con los “depósitos”, los préstamos y la financiación nacen los conceptos de “Buy now pay later “, “Save now spend later”, y la financiación que suele ser a tipo 0 como en Amazon, aunque esto ya lo hacía El Corte Inglés con financiaciones a 12 meses sin intereses.
En el mundo de la gestión de patrimonios las Fintech han creado los RoboAdvisor, que permite que una máquina con una serie de parámetros establecidos y con otros que son configurables en base a tu perfil de riesgo y circunstancias personales, invierta tu patrimonio en los productos seleccionados.
En el mundo de las divisas, los bancos han dejado una puerta abierta a nuevos competidores, al no poder garantizar un tipo de cambio o dar a conocer al usuario el coste que iba a tener en una operación de compra de divisas. Sin embargo, Revolut lo ha hecho muy sencillo y ha conseguido hacerse con una cuota de mercado considerable en ese sector.
Las Fintech se consolidan
En todos estos productos la banca no ha conseguido estar a la altura de estos nuevos competidores digitales para poder recuperar el negocio perdido. Esto se debe en gran parte al riesgo que conlleva tocar la estructura digital que tienen y el riesgo de crear una brecha que ponga en peligro esa coraza de seguridad que tienen. Por ello, solo les quedan dos opciones:
1º- Llegar a un acuerdo con estas nuevas startups, incorporando sus desarrollos tecnológicos que les permitan poder seguir prestando sus servicios a sus clientes y mantener esa confianza que han generado, adaptándose a las estrictas normas que han ido exigiendo los reguladores.
2º- Unir fuerzas entre diferentes entidades financieras para recuperar parte del negocio perdido desarrollando sus propias startups como en el caso de Wells Fargo, Bank of America, JP Morgan Chase y otros cuatro bancos que está trabajando en un nuevo producto que permita a los compradores pagar en diferentes negocios.
El problema es que, para estos últimos, los usuarios se preguntan qué están haciendo para diferenciarse de las empresas digitales ya instaladas y qué ofrecen esos mismos servicios añadiendo una experiencia de usuario mejor.