Su rostro ocupa la portada del número 12 de la revista Asesores Financieros EFPA y no es para menos. Montserrat Martínez Parera tuvo claro muy pronto su apuesta por el sector financiero, aunque eso exigiera dejar su Barcelona natal para ir cuajando una exitosa carrera profesional que en diciembre de 2020 culminó con su nombramiento como vicepresidenta de la CNMV.
Con 45 años, recibe a Rafael Rubio, director de Asesores Financieros EFPA, en una entrevista en la que, enseguida, quedan evidentes cuáles son sus preocupaciones: la protección del consumidor, la regulación financiera y, muy especialmente, la sostenibilidad. Hoy extraemos algunas de las preguntas que respondió Martínez Parera, convencida servidora de “lo público” que, sin embargo, conoce bien el lado más privado de la banca.
Trabajó como economista senior del Departamento de Estudios del BBVA, entidad en la que se ocupó también de las relaciones con inversores de BBVA New York. Poco antes de su nombramiento como vicepresidenta de la CNMV, ejerció de responsable de Asuntos Públicos de CaixaBank y directora de Presidencia.
Conoce igual de bien los entresijos del banco de España, del que ahora es miembro del Consejo de Gobierno, porque trabajó antes como jefe de gabinete del entonces gobernador, Luís María Linde. Algo parecido le ocurre, de hecho, con la propia CNMV, donde ya en 2007 trabajaba como directora de Presidencia.
Podéis acceder al resto de la entrevista aquí.
La CNMV publicó el pasado mes de mayo los resultados de la revisión de la primera fase de implementación de la normativa de sostenibilidad en las instituciones de inversión colectiva y las conclusiones no fueron muy positivas. ¿Es que las gestoras no lo están haciendo bien en ese aspecto?
Lo primero que es necesario recordar es que la regulación en el ámbito de fondos de inversión y de los productos de inversión es una regulación de transparencia. Lo que pretende es cuidar la información que se da al inversor, pero no se entra a fijar categorías de fondos o a ponerle etiquetas. Esto es importante porque, en ocasiones, una parte del sector y algunos inversores lo pueden entender de una forma errónea. Dicho esto, y teniendo en cuenta que el objetivo es analizar la información que se da al inversor en términos generales, creemos que la valoración es relativamente positiva.
Sin embargo, hemos señalado algunos aspectos donde las entidades deben dar un paso adicional. Por ejemplo, si un fondo de inversión dice que pretende contribuir a los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, señalamos que tal información nos parece un poco general. Lo suyo sería concretar más. ¿Qué metas son prioritarias? ¿Qué indicadores? La regulación va a ir ampliándose y creemos que el sector debe estar preparado para asumir tal esfuerzo.
¿Se están utilizando los criterios de ASG como reclamo publicitario? Hace unos días una consultora europea señalaba que el 49% de las gestoras europeas consideraba que el marketing ASG es muy importante en los objetivos de esa área.
La preocupación número uno de todo supervisor es que no haya una venta de un producto cuyas características no se adecuen a la realidad, que una entidad diga que es lo que, de verdad, no es. Esa es la prioridad que tenemos. Como supervisores todas nuestras prácticas van dirigidas a la protección del inversor y por ello, por ejemplo, hemos establecido criterios para el uso de determinados términos en la denominación de los fondos. Pero no podemos ser los únicos que hagamos esto. Sabemos que más del 30% de los fondos que se venden en España son fondos extranjeros. Necesitamos criterios comunes y por eso creo que es importante avanzar a nivel europeo en el establecimiento de criterios claros en la denominación de los fondos de inversión.
Factores ambientales, sociales y de gobernanza. ¿Qué revelan las distintas apuestas por cada uno de estos factores y, sobre todo, por qué tipo de factores se debería estar apostando ahora?
Creo que no debemos separarlos o apostar solo por los factores medioambientales. No cabe ninguna duda de la necesidad que tenemos de luchar contra el cambio climático, de reducir los gases de efecto invernadero y de la transformación que tenemos que hacer como sociedad y como país para avanzar hacia una economía más sostenible en el medio y largo plazo. Pero, también considero que necesitamos avanzar conjuntamente en los aspectos sociales.
No podemos avanzar en aspectos ambientales sin tener en cuenta el impacto de esas decisiones en la sociedad. Por lo tanto, esa integración de los factores ASG, como bloque, es precisamente la que tenemos en el ámbito de las finanzas sostenibles. Ese concepto, que incorpora los aspectos ambientales, sociales y de gobernanza, es el que tiene que estar presente en el día a día de las gestoras, de las empresas, de las sociedades de los inversores, en los modelos de negocio, incorporando esos riesgos, porque son todos ellos elementos importantes.