¿Estamos más cerca de conseguir objetivos Net Zero? ¿O más lejos? Para Julia Salazar, Sales Director y especialista en ESG de Amundi Iberia, la inversión es “un pilar clave para financiar la transición hacia un mundo bajo en carbono”. Algo que, con toda seguridad, nos acerca un poco más. En este contexto, Amundi ha lanzado una completa gama de fondos, cuyo objetivo es reducir la intensidad de carbono de sus carteras en un 30% para 2025 y en un 60% para 2030.
Hemos oído hablar de ello en radio y televisión, lo hemos leído más de una vez en prensa. Los objetivos Net Zero son un ejemplo de los asuntos climáticos encima de la mesa de políticos, instituciones financieras, aseguradoras y a la sociedad en general. Pero, realmente, ¿sabemos en qué consisten o cómo podemos contribuir como inversores a alcanzarlos? ¿es posible convertir una necesidad urgente como es la lucha contra el cambio climático en una oportunidad de inversión?
Julia Salazar comparte en esta entrevista algunas de las claves para, no solo entender el concepto, sino también para saber cómo es posible formar parte del cambio.
Julia, cuéntanos en qué consisten los objetivos Net Zero y por qué es tan importante alcanzarlos antes de ese horizonte 2050.
Los objetivos ‘Net Zero’ están relacionados con el concepto de ‘neutralidad de carbono’, que consiste en equilibrar las emisiones de forma que las emisiones de dióxido de carbono –principalmente, aunque hay otras- lanzadas a la atmósfera se compensen con la cantidad que es absorbida por bosques, océanos u otros agentes capturadores.
Efectivamente es un objetivo importante que surge de compromisos internacionales como el Acuerdo de París, donde se fija el objetivo de mantener el aumento de la temperatura global ‘muy por debajo’ de los 2 °C, y esforzándose por ir más allá y limitarlos a 1,5 °C respecto a las temperaturas preindustriales. Y es que alcanzar los objetivos Net Zero contribuirían a limitar el aumento global de la temperatura y evitarían las consecuencias climáticas peores del cambio climático, como la subida del nivel del mar, fenómenos meteorológicos extremos, mejorando la calidad del aire, nuestra salud física y nuestro bienestar.
Y, ¿cómo vamos? ¿Es factible poder alcanzarlos? ¿Cómo podemos contribuir de manera personal a estos objetivos Net Zero?
Siendo realistas, estamos lejos de alcanzarlos. Debemos ser conscientes de que no es algo que dependa únicamente de las administraciones públicas o de los países como ente institucional, sino que es compromiso de todos a nivel individual, a través de nuestras acciones cotidianas y a través de catalizadores como la inversión, un pilar clave para financiar la transición hacia un mundo bajo en carbono.
Gestoras de fondos y firmas de inversión como Amundi cuentan cada vez con mayores recursos para apoyar este compromiso global, no solo a través de fondos, soluciones de inversión, asesoramiento o servicios, sino también a través de toda su actividad de diálogo y votación en juntas generales.
Es cierto que la inversión puede ser un revulsivo importante, porque esta transición hacia un mundo Net Zero también necesita financiación. ¿Qué propuestas estáis haciendo específicamente desde la industria de gestión de activos?
La oferta europea de inversión en Net Zero está en expansión. Amundi concretamente trabaja en toda la cadena de valor para alcanzar esta meta a través de soluciones de inversión, asesoramiento, compromiso y diálogo con las compañías en las que invierte, ofreciendo servicios, herramientas y análisis que pueden ayudar en las decisiones de inversión.
Entre otras cosas, para contribuir a alcanzar estos objetivos a través de la inversión, gestoras como Amundi contamos con políticas de exclusión de aquellas compañías más perjudiciales para los objetivos Net Zero; aquellas que son responsables de la mayor parte de las emisiones y que no cuenten con planes consistentes o voluntad de reducirlas o eliminarlas.
Igualmente, cada vez se utilizan más métricas como la huella de carbono o métricas mejoradas para medir la alineación real de estos parámetros con los objetivos corporativos. Por su parte, el diálogo y compromiso activo con las compañías donde se invierte es también clave para convertir las convicciones en acciones concretas y ejerce una importante influencia para que las empresas actúen.
Y todavía queda mucho margen para la innovación de cara a financiar la transición a Net Zero, buscando nuevas geografías y clases de activos, desbloqueando los obstáculos a la financiación, explorando estrategias público-privadas, de impacto ecológico o de financiación privada verde, entre otras.
¿Y cómo puedo, como inversor, participar en este compromiso? ¿Qué propuestas hay encima de la mesa?
Cada vez más. Desde Amundi, por ejemplo, hemos lanzado este año una gama completa de soluciones activas y pasivas pensada para ayudar a alinear las inversiones con una trayectoria Net Zero. Las estrategias Net Zero Ambitions de gestión activa de Amundi se han fijado el objetivo común de reducir la intensidad de carbono de sus carteras en un 30% para 2025 y en un 60% para 2030 en comparación con 2019.
La amplia gama de fondos Net Zero Ambitions de Amundi está abierta a inversores institucionales y particulares y utiliza diferentes enfoques con una filosofía común: evaluar la credibilidad y viabilidad Net Zero seleccionado las compañías mejor preparadas para esta transición. La gama integra estrategias en renta variable, renta fija, real estate, multi activo, emergentes e incluso ETF climáticos, para ajustarnos a las necesidades y perfil de cada inversor.
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