Dicen que no se trata de llegar, sino de mantenerse. Y, aún así, la probabilidad de asegurar una carrera deportiva larga y prolífica es de una entre un… ¿millón? No sabemos con exactitud, pero hay varios estudios que ponen techo a los años en los que un deportista puede llegar a estar en activo. Y este sí es infranqueable. Con motivo de los JJOO de París 2024 ponemos el foco en los deportistas de élite y en el desafío de gestionar sus finanzas para asegurar su salud financiera a largo plazo.
La Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) y la Asociación de Tenis Femenino (WTA) estiman que la carrera de un tenista profesional puede durar entre 10 y 15 años (con permiso de Rafa Nadal), dependiendo de factores como las lesiones y el rendimiento. Similar a la carrera de un atleta de élite que, aunque puede variar significativamente, alcanza su pico de rendimiento durante unos 8 a 12 años, según investigaciones de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF).
Mismas cifras se barajan en natación, mientras que, sobre césped, según un estudio de la Universidad de Portsmouth, la carrera promedio de un futbolista profesional en la Premier League es de alrededor de 8 años. Año arriba, año abajo, los pocos que consiguen llegar al olimpo deportivo comparten un denominador común: el techo de edad en una carrera cuyo punto más álgido llega mucho antes de lo habitual, de ahí que la gestión financiera sea esencial para asegurar su bienestar económico a largo plazo. Algo lógico pero no siempre habitual.
Salud financiera más allá del deporte
Son numerosos los casos (algunos muy sonados como Gascoigne, Becker o Tyson) en los que las malas decisiones -entre otros factores- han llevado a la bancarrota. Según un estudio publicado por Sports Illustrated, un 80% de las grandes estrellas termina teniendo problemas financieros. En la NFL de fútbol americano, el 78% de los ex jugadores acaba al borde de la quiebra en dos años, mientras que el 60% de los que compiten en la NBA pierde gran parte de su fortuna en el siguiente lustro (fenómeno similar al que se produce entre los ganadores de algún sorteo de lotería). ¿Cómo pueden los atletas proteger y aumentar su patrimonio y garantizar una vida post-retiro próspera?
1. Educación financiera temprana
La educación financiera es crucial para cualquier persona, pero lo es de forma especial para los deportistas de élite que suelen alcanzar altos ingresos a edades tempranas -aunque no todos en la misma proporción-. Comprender conceptos básicos como el ahorro, la inversión y la diversificación puede marcar la diferencia entre una gestión adecuada y una vida post-retiro deportivo llena de dificultades financieras. Los deportistas deben buscar asesoramiento profesional desde el inicio de sus carreras para tomar decisiones informadas.
2. Planificación y ahorro para el retiro
La carrera deportiva es impredecible y supeditada a muchos factores que la hacen especialmente volátil. Es vital que los deportistas creen un presupuesto detallado que incluya todos sus ingresos y gastos, algo que aplica al resto de los mortales. Esto les permitirá tener una visión clara de su situación financiera, evitar gastos excesivos y protegerse de épocas en las que las victorias se resisten. En su caso, deben considerar tanto los ingresos regulares (salarios, premios) como los esporádicos (patrocinios, bonificaciones) y planificar sus gastos en consecuencia. En segundo lugar, hay que insistir en que la duración de la carrera de un deportista es corta. Tener claro que la carrera deportiva es limitada en el tiempo es esencial ahorrar para el retiro desde el primer día y asegurar el trabajo y los ingresos más allá del deporte.
3. Gestión de impuestos
La correcta gestión de los impuestos es otra área crítica para el deportista de élite y el star-system del deporte está lleno de casos en los que esta gestión ha brillado o bien por su ausencia o bien por su picaresca. Los deportistas, especialmente aquellos con ingresos internacionales, deben estar al tanto de las leyes fiscales en los países donde generan ingresos, entre otros muchos aspectos. Contar con un asesor experimentado y especializado puede evitar problemas legales y optimizar la carga tributaria.
Se acabó: ¿y ahora qué?
No hace falta llegar al final para empezar a preparar la transición post-carrera deportiva. Al contrario. De la misma manera que hay que preparar la jubilación lo antes posible, toca preparar el terreno de una nueva etapa cuanto antes. Esto puede incluir la obtención de nuevas titulaciones o formaciones, la exploración de nuevas carreras o negocios y el establecimiento de una red de contactos en otras industrias, aprovechando las sinergias creadas durante los años en los que el deportista ha estado en activo. La planificación de esta transición será clave para facilitar un cambio de carrera financieramente seguro.