El aprendizaje no concluye al graduarse de la universidad. Por el contrario, la educación financiera se vuelve esencial en esta etapa. Esto implica aprender a elaborar y seguir un presupuesto, evitar gastos innecesarios y ser cauto con el uso de tarjetas de crédito, que suelen tener intereses altos. Además, establecer un buen historial crediticio es crucial para asegurar una mayor estabilidad financiera en el futuro.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, más de 1,7 millones de estudiantes se han integrado en el sistema universitario español durante el curso 2023-2024, por lo que podemos deducir que una cifra no demasiado lejana habrá finalizado sus estudios y estará a las puertas de iniciar su vida laboral.
El fin de los estudios superiores es un momento de inflexión, especialmente en lo que respecta a la gestión financiera. De hecho, no son pocos los que se enfrentan a deudas acumuladas por préstamos para los estudios o gastos derivados de la tarjeta de crédito, lo que les obliga a tomar decisiones responsables desde el principio. A continuación, ofrecemos algunos consejos prácticos para que los jóvenes puedan fortalecer sus finanzas personales desde el primer día.
Educación financiera: clave del éxito
La mayoría de los jóvenes comienzan su carrera profesional sin una formación adecuada en finanzas personales. Por suerte, hoy en día existen múltiples recursos gratuitos, como blogs, pódcasts y plataformas especializadas que pueden ayudarles a entender los conceptos básicos de presupuestos, ahorro e inversión. También multitud de libros sobre planificación financiera dirigidos específicamente a jóvenes y que pueden encontrarse en las bibliotecas locales de forma gratuita. En tercer lugar, también pueden considerar asistir a las reuniones de planificación financiera que sus padres tengan con un asesor financiero, si lo tienen. Una manera fácil de introducirse en el apasionante mundo de la gestión de las finanzas personales.
Presupuestos: la regla 50/30/20
Lo bueno, si breve, dos veces bueno. De ahí que las recetas sencillas sean las que mejor adherencia tienen entre sus seguidores. Una fórmula sencilla pero ampliamente utilizada en la planificación financiera es la regla 50/30/20. Según esta, hay que destinar el 50% de los ingresos a necesidades básicas como alquiler, comida y transporte; un 30% a gastos personales o discrecionales; y el 20% restante a ahorro o reducción de deudas. Esta estrategia, aunque sencilla, es exigente y efectiva, contribuyendo a evitar que prácticamente cualquier adulto —incluso aquellos que se encuentran en una etapa avanzada de su trayectoria profesional— sufra un revés considerable en caso de que surjan acontecimientos imprevistos (como un despido o la necesidad de incurrir en gastos médicos, por ejemplo) que comprometan de un día para otro sus finanzas personales.
Escoger bien la cuenta bancaria
La elección de una cuenta bancaria puede tener un gran impacto en la gestión diaria del dinero. En España, como en el resto de Europa, los bancos suelen ofrecer distintos productos con condiciones variables, por lo que es crucial comparar aspectos como las comisiones por mantenimiento, uso de cajeros automáticos, descubiertos o transferencias. Algunas cuentas corrientes ofrecen ventajas para jóvenes o recién titulados, así que es muy recomendable tener en cuenta todas las opciones a la hora de elegir la que mejor se ajuste.
Control de gastos: pequeño ahorro, gran diferencia
Una forma sencilla de reducir gastos es vigilar las pequeñas compras diarias, como cafés o comidas fuera de casa. Llevar un control de los recibos y sumar lo gastado al final de la semana proporciona una visión clara de cuánto dinero podría ahorrarse cocinando en casa o ajustando los hábitos de consumo. Este ahorro puede destinarse a reducir deudas o a incrementar el fondo de emergencia.
Uso inteligente de las tarjetas de crédito tras la universidad
Aunque las tarjetas de crédito pueden ser útiles, es importante utilizarlas con responsabilidad y anteponer, siempre que sea posible, el débito, siempre: antes, durante y después de la universidad. Se debe evitar acumular deudas innecesarias y mantener el saldo de la tarjeta por debajo del 30% del límite disponible. Además, es fundamental pagar las facturas a tiempo para construir un buen historial crediticio, lo cual es imprescindible cuando, en el futuro, se necesite solicitar un préstamo para adquirir una vivienda o un coche.
Planes de pensiones de la empresa
Algunos empleadores ofrecen planes de pensiones que igualan las aportaciones de los empleados. Este tipo de ahorro es fundamental para asegurar el bienestar financiero a largo plazo. Establecer aportaciones automáticas desde la nómina no solo permite ahorrar sin darse cuenta, sino que también familiariza a los empleados con el potencial del mercado de inversión a largo plazo.
Recuerda: terminar la universidad puede ser un reto financiero, pero con planificación y disciplina es posible establecer una base sólida para el futuro. La educación financiera, el seguimiento de un presupuesto, el control de gastos y el uso responsable del crédito son pasos clave para garantizar la estabilidad económica a largo plazo.