El Día del Trabajador se antoja como el marco perfecto para resignificar la figura del asesor financiero, pues puede parecer obvio lo que hace, pero nunca está de más recordarlo.
De entrada, y tal y como hicimos en el número 11 de Asesores Financieros, acudimos a ChatGPT en busca de una definición que aglutine todas las perspectivas: “Un asesor financiero es un profesional que brinda asesoramiento personalizado sobre cuestiones financieras, como la planificación de la jubilación, la inversión, el ahorro, la gestión de deudas y la planificación patrimonial”.
La misión de los asesores financieros es, según esta revolucionaria IA, “ayudar a sus clientes a establecer objetivos financieros, desarrollar planes de inversión, seleccionar inversiones y monitorear el progreso de su cartera de inversiones. También pueden proporcionar orientación sobre la gestión de riesgos y ayudar a los clientes a entender cómo sus decisiones financieras pueden afectar su situación financiera a largo plazo”.
¿Qué es el asesoramiento en materia de inversión?
Asesorar no es vender. Es algo más. Mucho más. En palabras de la CNMV, “el asesoramiento en materia de inversión consiste en ofrecer recomendaciones personalizadas sobre productos. Este servicio es recomendable para los inversores que quieren tomar sus propias decisiones de inversión, pero con el apoyo y asesoramiento experto de asesores financieros”. Este organismo señala que el servicio de asesoramiento ha de prestarse de acuerdo con las normas de conducta de los mercados de valores, en especial en lo relativo a la evaluación de la idoneidad de los instrumentos financieros que se recomiendan al cliente “atendiendo a sus circunstancias, conocimientos y objetivos de inversión”.
Es decir, para llevar a cabo un asesoramiento de calidad, el asesor debe ajustar los productos o estrategias que mejor se adaptan a cada cliente, realizando un seguimiento periódico de los objetivos del cliente con un triple objetivo: acompañar al cliente en sus decisiones de inversión, ayudarlo a conseguir sus objetivos financieros y ofrecer productos financieros adaptados a su perfil. Si esto no se da, el asesoramiento no es tal.
Asesor financiero: ¿qué conocimientos debe tener?
Para ello, el asesor debe tener un amplio conocimiento del sector financiero, sus productos, pero con una sólida base en economía conductual, ya que como hemos apuntado en varias ocasiones, las finanzas no son una ciencia exacta, sino que son volubles al comportamiento y la psicología humana (el dinero no se mueve solo, lo mueven las personas).
Este conocimiento es cada vez más importante, unido a lo establecido por la directiva MiFID y que es clave: una formación adecuada para garantizar que los inversores reciben un asesoramiento de calidad a través de la capacitación especializada y continua del asesor financiero, debidamente certificada.
En España, EFPA es una de las asociaciones encargada de promover y regular la certificación de los asesores financieros, con diferentes programas de formación y certificación específicamente desarrollados para los profesionales del sector, como la certificación European Financial Advisor (EFA), que se centra en los conocimientos y competencias necesarios para proporcionar un asesoramiento financiero integral y de calidad. Las certificaciones de EFPA están reconocidas en toda Europa y son unas de las más valoradas y reconocidas en el sector financiero.
¿Qué rasgos debe tener un buen asesor financiero?
Conocimientos y experiencia
Un buen asesor financiero debe tener un amplio conocimiento del mercado financiero y de los productos y servicios disponibles. Además, debe tener experiencia en el asesoramiento financiero y en la gestión de carteras.
Honestidad e integridad
Un buen asesor financiero debe ser honesto e íntegro en todo momento y poner siempre los intereses del cliente por encima de los propios. Debe evitar conflictos de interés y proporcionar información clara y transparente sobre los productos y servicios que ofrece.
Escucha activa
Un buen asesor financiero debe ser un buen oyente y tener la capacidad de entender las necesidades y objetivos de sus clientes. Debe ser capaz de establecer una comunicación fluida y efectiva para conocer las inquietudes, el perfil y la situación económica y personal del cliente.
Personalización del asesoramiento
Un buen asesor financiero debe ser capaz de adaptar sus recomendaciones y estrategias a las necesidades y perfil de cada cliente. Debe ser capaz de proporcionar un asesoramiento personalizado y diseñar una estrategia de inversión adecuada a las necesidades de cada cliente.
Orientación al largo plazo
Un buen asesor financiero debe tener una perspectiva a largo plazo y evitar recomendaciones basadas en el corto plazo. Debe ser capaz de diseñar una estrategia de inversión que permita al cliente alcanzar sus objetivos a largo plazo.
Comunicación efectiva
Un buen asesor financiero es capaz de comunicar de forma clara y efectiva las recomendaciones y estrategias de inversión a sus clientes, evitando tecnicismos o términos complejos. Debe ser capaz de explicar los riesgos y beneficios de cada inversión y ayudar al cliente a tomar decisiones informadas.